TOMEU Rigo está viviendo dos semanas curiosas, “muy especiales”, de esas que ponen a prueba la parte sentimental de cualquier deportista, sobre todo porque no es habitual visitar el pasado con solo 21 años. “Son días de reencuentros, pero cuando estás en la pista eso se olvida y hay que ganar”, avanza el escolta balear del Bilbao Basket, que el pasado viernes jugó por primera vez como visitante ante el Real Betis, en Sevilla, donde llegó en septiembre de 2011 en segundo año de infantil y pasó siete temporadas de su etapa formativa. Y este domingo se enfrentará al Iberojet Palma, el primer equipo del Bahía San Agustín, el club en el que dio sus primeros pasos y en el que empezó a destacar de la mano de técnicos como Joan Barceló. “Tengo muy buenos recuerdos de aquella etapa, era todo muy familiar. Yo estaba muy a gusto”, comenta.

Durante su etapa en el club de su isla, sus buenas cualidades técnicas y físicas llamaron la atención, incluso para los responsables técnicos de la Federación Española, y así le llegó la oferta del conjunto sevillano y decidió “coger uno de esos trenes que solo pasan una vez en la vida. Lo hablé con la familia y me apoyaron en la decisión de querer ser profesional del baloncesto”. Su decisión fue la misma que la de otros muchos jugadores baleares, que tienen que saltar el Mediterráneo para seguir creciendo. Rigo explica que la insularidad limita las posibilidades de sus clubes porque “las canteras de ACB de la península pueden coger jugadores becados, viajan a muchos torneos y eso en Palma es complicado porque los gastos se disparan. Competir a alto nivel se hace difícil”.

Puede ser por ello que con la excepción de unas pocas campañas del Menorca, las Islas Baleares han carecido de un proyecto asentado en la ACB. Y nunca lo ha habido en Mallorca, la isla natal de Tomeu Rigo, pese a que en su día convivieron en la LEB Oro el Mallorca Basquet y el Inca. No obstante, pese a esa lejanía de la élite muchos buenos jugadores han salido de Mallorca, Menorca e Ibiza. En el propio Bilbao Basket han jugado en esta década el ibicenco Paco Vázquez, el menorquín Álex Suárez y el mallorquín Pere Tomàs. “Allí se trabaja muy bien con los jóvenes, hay buenos entrenadores y buenas instalaciones. Desde pequeños se incide mucho en la técnica individual y se trata de inculcar un gen competitivo. Eso ayuda cuando sales fuera”, añade el escolta de Campos, al sur de Mallorca.

Tomeu Rigo adornó su palmarés con el entonces Cajasol ya que se proclamó campeón de España cadete en 2012 siendo jugador de primer año. Su buen rendimiento le hizo ser seleccionado para el Campeonato de Europa U16 de 2013 en el que se colgó la medalla de oro con España. Después, en 2017 fue cuarto en el Europeo U20 con una generación a la que también pertenecen Xabi López-Arostegui, Sergi García, Jonathan Barreiro o Santi Yusta, jugadores que ya están asentados en la Liga ACB. A Tomeu Rigo le llegó la oportunidad de debutar con el primer equipo del Cajasol de la mano de Luis Casimiro cuando tenía 18 años. “Puede ser que me llegara pronto, nunca se sabe. Lo importante no es debutar, sino quedarse. Yo intentaba dar lo máximo y aprender en cada entrenamiento, pero a lo mejor sí que no estaba curtido del todo física y mentalmente”, reconoce en el repaso de su etapa sevillana, que le dejó un saldo de 13 partidos y un total de 54 minutos en la máxima categoría, además de un par de cesiones al Cáceres en LEB Oro y al Morón en LEB Plata.

“No creo que sea una cuestión de suerte porque esos jugadores ya se veía que tenían el listón alto y han demostrado que valen para la ACB”, añade Rigo, que ha tenido que pasar por esos años complicados que siguen al paso a la categoría senior en los que muchos jugadores acaban desistiendo al no ver cubiertas sus expectativas. Hay que ser paciente y no rendirse: “En formación eres el líder de un equipo y cuando pasas a senior, eres el pringado. Eso se hace difícil porque tienes que ser fuerte de cabeza y no todos pueden. Si eres constante en tu trabajo y crees en ti mismo, al final pueden llegar los frutos. Más arriba o más abajo, tienes que quedarte con la sensación de que has puesto todo de tu parte”.

El escolta de Campos no renuncia a lo mismo que han logrado sus coetáneos, “aún me quedan años por delante”, y todo depende de “estar en el sitio adecuado en el momento adecuado” para que esa oportunidad sea la definitiva. Esa fue la razón que le llevó a dejar Sevilla y llegar a Bilbao, que espera que sea ese “sitio adecuado”. De momento, asegura que el Bilbao Basket le ofrece “una situación ideal”. “Mi objetivo es estar a gusto en un equipo, que es lo que ahora mismo tengo en Bilbao. Por primera vez siento que aporto a un equipo, que me necesita. Además, estoy en LEB Oro, en un equipo de alto nivel y objetivos altos, con una afición increíble y unos compañeros y un entrenador muy buenos”, comenta.

Su participación está siendo de 15 minutos por partido, quizás más de lo que se esperaba de un jugador que llegaba para ocupar un lugar secundario en la plantilla de Álex Mumbrú. “Mi rol siempre ha estado claro, aportar intensidad y defensa sobre todo. Tienes que dar lo que el equipo necesite. Si en ataque puedo tener tiros abiertos y meterlos, bienvenido”, aclara el jugador del Bilbao Basket, que tiene para elegir dentro de los distintos perfiles que han salido de sus islas (Rudy, Llull, Sastre, Abrines, Corbacho?). Pero Tomeu Rigo no duda: “Rudy, desde pequeño era mi ídolo. He estado en su campus un par de veces, le seguía mucho en la Penya y en el Supermanager siempre era mi primer fichaje. Además, ha llegado a la NBA y para mí es un referente, un modelo a seguir”.