EL Bidezabal está de vuelta en la élite del atletismo estatal. Los problemas económicos y la marcha de atletas de nivel llevaron a la Primera División al club de Durango. Un descenso que vino acompañado con la obligación de hacer una reestructuración. En esta situación se apostó claramente por la gente de casa y se apuntaló el equipo con alguna incorporación de fuera. Esa base durangarra fue la encargada de dar la sorpresa la temporada pasada al conseguir el ascenso. Un objetivo deseado, pero también complicado de conseguir. El Bidezabal arranca mañana en Donostia su nueva andadura en la División de Honor. En la primera jornada se vivirá un hecho histórico al juntarse cuatro equipos de Euskal Herria, el Pamplona, el Bidasoa, el Super Amara BAT y el propio Bidezabal.

Como muchos recién ascendidos, el único objetivo del club de Durango es seguir disfrutando una temporada más de la División de Honor. “El objetivo primordial es mantener la categoría. El año pasado ascendimos, pero en esta categoría las cosas son muy diferentes. Antes ganábamos a cualquiera y ahora hay muy poquitos a los que les podemos ganar. Las dos primeras jornadas son a dos chicas por prueba y la última a una, esa es nuestra fuerte. Trataremos de mantenernos en la última jornada”, afirma José Ignacio Hernández, presidente del Bidezabal. La División de Honor se divide en tres jornadas. En las dos primeras, los 16 equipos se dividen en cuatro sedes y se tienen en cuenta los resultados anteriores. Los puntos se suman y en la última cita, los clubes se dividen en dos grupos de ochos. Los primeros luchan por el título y los siguientes por la permanencia.

gente de casa El ascenso no ha hecho que el Bidezabal tire la casa por la ventana en busca de atletas de élite. La idea es la misma de los años anteriores. Centrar la base en la gente de casa e incorporar varios nombres que ayuden en pruebas específicas. “Hemos tenido alguna baja y hemos intentado compensar con alguna alta. El equipo tiene parecido nivel y en las primeras jornadas, al no saber con qué van los otros equipos, pueden pasar cosas inesperadas”, afirma Hernández. Sin embargo, la fortaleza principal de las durangarras estará en la jornada final, cuando no tengan que tirar tanto de fondo de armario y todo dependa de las mejores atletas de cada equipo. “Tenemos una muy buena en cada prueba. Sería ideal ganar a alguien en las primeras dos jornadas, pero si no ya sabemos dónde tenemos que buscar para mantener la categoría”, añade.

La División de Honor será una oportunidad para el Bidezabal como equipo y para las atletas de cara a sus retos individuales. “Las chicas que tenemos puede que no sean las mejores, pero se les da la oportunidad. Eso les da experiencia para cuando tengan que conseguir las mínimas para sus campeonatos individuales”, cuenta Hernández. Una oportunidad en la élite para un grupo de atletas que aspira a seguir creciendo entre las mejores.