DOS australianos, dos canadienses, dos franceses, un canadiense, un ucraniano, un bosnio, un ruso, un sudanés del sur y un español. La escena nada tiene que ver con una reunión de las Naciones Unidas, sino que aconteció la noche del viernes en el Vivint Smart Home Arena de Salt Lake City con motivo del enfrentamiento entre los Utah Jazz y Los Angeles Lakers, un encuentro que reunió a un total de trece jugadores nacidos fuera de las fronteras de Estados Unidos. No todos ellos saltaron a cancha, pero figuran entre los jugadores que se han ganado el derecho a arrancar una nueva temporada de la NBA inscritos en las plantillas oficiales, y son solo una parte de los 113 extranjeros que militarán esta temporada en la liga estadounidense, una cifra que marca una nueva plusmarca en su historia.

La NBA no solo se ha convertido en un producto de consumo global, planetario, sino que su materia prima también ha sufrido una diversificación exponencial en los últimos 30 años. Atrás han quedado aquellos años 80 en los que los jugadores no nacidos en Estados Unidos eran algo exótico. Se les calificaba incluso de intrusos, sobre todo a aquellos que no contaban al menos con formación universitaria americana, y cruzar el charco solo estaba en manos de un puñado de elegidos. Esta realidad comenzó a cambiar a mediados de los 90 y en la actualidad uno de cada cuatro jugadores que militan en la NBA ha nacido fuera de las fronteras estadounidenses.

En esta campaña 2016-17 habrá hasta 41 países extranjeros representados en la mejor liga del planeta y por primera vez en la historia todas las franquicias contarán al manos con un jugador no estadounidense en nómina. La lista la lideran los Utah Jazz, con un total de siete extranjeros -los australianos Joe Ingles y Dante Exum, los franceses Boris Diaw y Rudy Gobert, el brasileño Raulzinho Neto, el canadiense Trey Lyles y el ucraniano Joel Bolomboy-, mientras que Dallas Mavericks, Oklahoma City Thunder, Orlando Magic, Philadelphia 76ers, San Antonio Spurs y Toronto Raptors cuentan con seis. En cuanto a la representación por países, Canadá sigue al frente con un total de once representantes, seguido con diez por Francia y España -Pau y Marc Gasol, Juancho y Willy Hernangómez, Álex Abrines, Sergio Rodríguez, Ricky Rubio, José Manuel Calderón, Serge Ibaka y Nikola Mirotic-. Incluso países con escasa tradición baloncestística como Suiza (Thabo Sefolosha y Clint Capela), Austria (Jakob Poetl), Haití (Skal Labissiere) o Mali (Cheick Diallo) cuentan con algún jugador en la NBA.

Y la tendencia no parece que vaya a cambiar. En la pasada edición del draft una cifra récord de catorce jugadores no estadounidenses fueron elegidos en primera ronda, para un total de 25. El notable trabajo que se viene realizando en Europa a la hora de desarrollar jugadores en categorías inferiores y el hecho de que la NBA busque nuevas promesas cada vez en caladeros más recónditos profundiza en el carácter global de una liga que hace tiempo que dejó de tener carácter exclusivamente estadounidense.