bilbao. Al mismo tiempo que se firmaba el acuerdo entre propietarios y jugadores que daba oficialmente inicio a la temporada, la NBA vivió unas horas agitadas en las que quedó de manifiesto que la mejor Liga de baloncesto del mundo es, para bien o para mal, un negocio con unas reglas intrincadas y unos procedimientos cuestionables desde el punto de vista ético. Nada nuevo, por otra parte, aunque los protagonistas de ello fueran Pau Gasol y otros jugadores importantes, involucrados en un traspaso múltiple que se dio como hecho y horas después fue vetado por la propia NBA, cuya credibilidad volvió a quedar en entredicho a la vista de sus millones de aficionados.

Dentro de una operación a tres bandas, el pívot de Sant Boi iba a ser enviado a los Houston Rockets, Chris Paul a Los Angeles Lakers y Lamar Odom, Luis Scola y el exbaskonista Goran Dragic, entre otros, a los New Orleans Hornets. Los protagonistas estaban casi con las maletas en la puerta, rumbo a empezar la pretemporada en sus nuevos destinos, cuando la NBA decidió frenar el acuerdo por "razones de baloncesto", según David Stern. El comisionado utilizó este eufemismo para esconder la realidad. La propia Liga es propietaria de la franquicia de New Orleans y los dueños del resto de los equipos no querían que los Lakers volvieran a salir de este traspaso en una posición económica muy favorable para el futuro. Los angelinos se deshacían de los grandes contratos de Gasol y Odom y eran los Hornets, precisamente, quienes más perdían al elevar sus compromisos salariales en más de 20 millones de dólares para la próxima temporada, justo cuando se busca un nuevo comprador para la franquicia de Luisiana.

Pasó con los propios Lakers cuando ficharon a Gasol, con los Miami Heat con LeBron James y con los New York Knicks con Carmelo Anthony. Por eso, la Liga ha justificado ahora su decisión en aras de defender la igualdad de oportunidades consagrada en el nuevo convenio para los mercados grandes y pequeños, pero generó polémica y dejó a los jugadores en una posición delicada. Chris Paul, que no quiere renovar con los Hornets, tendrá que buscar otro destino. Pau Gasol y Lamar Odom empezarán los entrenamientos con un equipo que no les quiere en su proceso de reconstrucción. "¿Cómo se hace eso?", comentó el alero neoyorkino. "Soy de los Rockets hasta que me digan lo contrario. Empezaré el trabajo con ellos. Por suerte, el pabellón está cerca del aeropuerto", bromeó Luis Scola, por su parte, en un resumen irónico de unas horas que agitaron la NBA.

La lógica indica que en los próximos días puede haber novedades con estos y otros jugadores. Nadie está a salvo en una competición a la que se puede aplicar la frase aquella de "no es nada personal, solo negocios". Solo en la NBA puede ocurrir que un jugador esté donde no quiere o donde no le quieren.