Un Colin Farrell desatado es alma de la nueva película del director de Cónclave, Edward Berger, Ballad of a Small Player, que forma parte de la Sección Oficial del Zinemaldia y que el actor irlandés y el cineasta alemán han presentado este jueves en Donostia. "Tengo una especie de TOC a la hora de dar vida a mis personajes", ha confesado el intérprete, que, en esta ocasión, se convierte en un adicto al juego en Macao.
"Es la historia de una alma perdida en un entorno lleno de energía muy alta. Ha perdido su camino y me gustó mucho el guion porque no hay un transfondo de por qué se encuentra en esa situación", ha explicado el actor irlandés, que ha confesado ser un obseso con sus personajes.
Así lo hace también en este filme, para el que se dejó un bigote peculiar y aprendió a jugar a las cartas, pero, sobre todo, lo da todo con una interpretación ambiciosa y, a ratos, pasada de rosca. "Yo evitaría a mi perdonaje si me lo encontrara. Es alguien del que no te puedes fiar, porque miente y engaña, aunque, finalmente, se va encontrando a sí mismo y recapacita", ha indicado sobre un rol que parte de un guion escrito por Rowan Joffe y Lawrence Osborne, que produce Netflix y que se rodó durante ocho semanas en Macao y dos en Hong Kong.
"Me encantó Macao y me lo pasé muy bien allí. En su superficie puedes pensar que es simplemente una meca del juego, pero es un lugar ruidoso y brillante con un pasado muy antiguo y espiritual", ha explicado Farrell, que aprovechó sus ratos libres en el rodaje para pescar. "Es un lugar alucinante y todo un espectáculo. El primer día que llegamos nos dijeron que la banca había ganado en cuatro horas hasta 24 millones", ha agregado.
Macao, una protagonista más
Berger, por su parte, ha explicado que el propio color de Macao y su sonido ha definido la fotografía y la banda sonora del filme, por encima de cualquier referencia cinematográfica anterior. "Es un sitio electrificante porque te inunda todos los sentidos. Es un mundo de abundancia en el que nos encontramos un hombre perdido. Es un gran contraste entre el personaje y la localización", ha indicado.
El cineasta alemán tenía claro que Farrell debía de dar vida al personaje y así se lo indicó durante la promoción de Cónclave. "Pensé que un irlandés tratando de ser un aristócrata inglés era muy irónico y él estuvo de acuerdo. Admiro mucho su trabajo y trabajar con él lo certifica", ha comentado.
Junto a Farrell, el reparto incluye a Tilda Swinton y la china Fala Chen, que ha definido la película como "una ópera" en espacios reales. "Teníamos muchas localizaciones muy grandes e incluso tuvimos que seleccionar. No podíamos crear algo tan extravagente en un estudio", ha asegurado la actriz, que se convierte en una especie de hada madrina para el protagonista. "En China hay una conexión espiritual muy potente y la creencia de fantasmas es habitual. La película también habla de ello", ha agregado.