Musika-Música es una cita imprescindible, casi obligatoria, para los adeptos de la música clásica que habitan la villa, quienes este sábado han vuelto a demostrar su melomanía al anegar hasta el último rincón del Palacio Euskalduna para disfrutar de la segunda jornada de conciertos que ofrece el festival. 

La ola ha impactado contra el centro de convenciones y espectáculos pasadas las 10.00 horas. Mientras en el aledaño Parque de Doña Casilda reinaba un silencio sepulcral, sólo interrumpido por el piar de los pájaros y el rugido de algún motor, las inmediaciones del Palacio bullían de actividad. Frente a las taquillas aguardaban ya cientos de personas.

En ese momento, formaban colas de longitud considerable y ojeaban el programa para amenizar la espera. En esas estaban Ofelia Irizar y César Iturrizar, que no se pierden una edición: “Llevamos viniendo desde que se inauguró –ha dicho Ofelia– porque las orquestas y los grupos son estupendos y los programas son muy buenos”, ha detallado

La bilbaina es muy aficionada a la música clásica, una corriente por la que se vio felizmente arrastrada “cuando era muy jovencita”. Ha lamentado, sin embargo, que las nuevas generaciones no disfruten tanto de estas piezas: “En los conciertos hay muy poca gente joven”, ha admitido. En ese sentido, echa de menos más iniciativas para divulgar la obra de autores como Chopin, Bach o Beethoven entre los jóvenes.

Ainhoa Agudo coincide con Ofelia. La profesora de violín del conservatorio Juan Crisóstomo Arriaga también ha señalado la necesidad de impulsar proyectos dirigidos a jóvenes y adolescentes. Eso sí, muchos de los músicos que le acompañan hoy no rebasan la veintena: “Cursan la ESO o Bachillerato y están totalmente entregados. Hay un sector de gente joven cada vez más aficionado a la música clásica, aunque cuesta que se acerquen a ella”, ha concedido.

Ha apuntado, también, que Musika-Música “es una de las citas más importantes del año, porque se trata de un acontecimiento de carácter internacional”. “Es un honor poder participar en él”, ha celebrado. Ainhoa también acudirá a algunos de los recitales como público. Ha indicado que le interesan de manera especial los de música de cámara. 

Música de culto a precios populares

En contraposición a la música de orquesta, la de cámara aúna aquellas piezas compuestas para un grupo reducido de instrumentos. Su nombre hace referencia a las pequeñas habitaciones de los palacios en la que ensayaban los músicos en la edad media y el renacimiento. Los recitales solo eran accesibles para un reducido grupo, la aristocracia.

Hoy día sigue siendo así en muchos casos. “Este tipo de recitales suelen ser carísimos”, ha apuntado Ainhoa. Pero Musika Música los ofrece a precios populares, algo que la profesora de violín destaca de manera especial: “No es habitual. Hay pocos conciertos de música de cámara y hay que democratizar el acceso a este tipo de piezas. Es importante que haya precios populares para que todo el mundo pueda disfrutarlas”, ha zanjado.