La leyenda cuenta que Mr. Jones, la canción que provocó que el debut de Counting Crows -con el álbum August and Everything After-, vendiera casi 10 millones de discos hace 30 años, sonaba una vez cada hora en algún punto del planeta Tierra. Con menor éxito que en sus inicios, pero con una larga y sólida carrera que aúna rock, pop y sonidos de raíces estadounidenses, el grupo sigue en la brecha y ha vuelto a la carretera. Su gira europea recala hoy jueves en Bilbao, en la sala Santana 27, donde interpretarán sus éxitos y el nuevo y excelente EP, Butter Miracle Suite One. “Seguir aquí es un triunfo, somos demasiado tercos para morir”, explica su líder, el sensible vocalista Adam Duritz.

Tardaron seis años en publicar Somewhere under wonderland y después cinco en editar Butter Miracle Suite One, que tiene una duración de 20 minutos. Cuando le entrevisté hace unos años dijo que se debía a que estaba trabajando para una obra de teatro y que por eso optaron por el disco de versiones. ¿Qué ha pasado ahora?

La verdad es que no lo sé. Supongo que uno hace discos cuando está inspirado para hacerlos.

Por el número de discos que han editado en casi 30 años, parecería que prefieren la carretera y las giras que los estudios de grabación. 

Creo que hacer discos es probablemente la parte más importante de ser músico para mí, pero también reconozco que la gente ya no está tan interesada en comprar discos, así que es un poco frustrante. Aun así, la maravilla de crear algo de la nada es algo increíble y lo aprecio.

Eso sí, llevar una canción al directo y que el público la haga propia debe ser la bomba.

La parte que realmente me gusta de esta pasión por la música es volver a explorar la canción una y otra vez, descubrir constantemente cosas nuevas sobre ella.

¿En qué momento está la banda tras las turbulencias de los últimos años y la imposibilidad de tocar en directo durante tanto tiempo?

Me preocupaba que no hubiera nadie cuando volviéramos, pero la gente sigue ahí. Supongo que hemos vuelto (risas).

¿Han acabado por encontrar su verdadero lugar como banda? Me reconoció hace años que se habían equivocado al buscar temas comerciales y cortos, en la onda de Mr. Jones. 

Hmmmm… (duda). No recuerdo haber dicho tal cosa. Creo que siempre estamos a la búsqueda de nuestro espacio, y ese lugar está cambiando y evolucionando constantemente. Supongo que nuestro lugar siempre va a estar dondequiera que estemos.

La industria discográfica ha cambiado mucho. La juventud cada vez oye menos la radio, que apenas dedica espacio al rock, pero, al mismo tiempo, ganan espacio redes sociales como TikTok, donde es imposible que canciones como las suyas suenen debido a sus largos desarrollos.

Los tiempos y las cosas cambian; así es el mundo.

Le sigue gustando más la música que la industria que la rodea, imagino.

Pues sí. La industria es siempre la parte más tonta de cualquier forma de arte.

Y seguir aquí tanto tiempo después… ¿lo considera un triunfo?

Definitivamente. Somos demasiado tercos para morir.

¿Un grupo como Counting Crows, que ha vendido millones de discos tiene que vivir ahora casi exclusivamente de los directos? Nadie quiere pagar ya por las canciones. ¿Qué le pasa al ser humano?

Por mucho que la gente ame el arte, siempre lo ha considerado más como algo que le pertenece y menos como algo por lo que tiene que pagar. El arte contribuye a la humanidad, pero la humanidad rara vez quiere contribuir al arte.

¿Qué buscaba con esta última suite de cuatro canciones, qué sentimiento las une? Sus canciones van creciendo en intensidad y electricidad.

El reto de la composición musical me entusiasmó mucho. Estoy muy orgulloso de ello.

Por cierto, ¿habrá segunda parte?

Sí, absolutamente.

Vuelven a Bilbao, no sé si recuerdan su paso por el Bilbao BBK Live.

Lo recuerdo con mucha claridad. Es un festival increíble en la cima de una colina.

¿Cómo son sus conciertos en 2022? Casi siempre hay espacio para temas de todos sus discos y el setlist suele ser imprevisible. 

Están siendo bastante épicos, la verdad.

¿Y qué espacio tiene la última suite en los conciertos?

La tocamos en su totalidad y por orden. Todas sus canciones suenan en los conciertos de esta gira.

¿Mantienen en el setlist esa joya titulada Palisades Park? Su introducción me recuerda a la de New York City Serenade, de Springsteen. 

La solemos tocar, sí, porque me encanta esa canción.

He visto que se ha cortado los dreadlocks [rastas]. ¿Tiene algún significado especial, necesitaba verse renacido tras estos años difíciles?

No, no hay nada de eso, solo me he cortado el pelo (risas).