Para Pieter Paul Rubens (Siegen, 1577 - Amberes, 1640) lo más relevante en el conjunto de su proyecto fue la recuperación de la "grandeza de la Antigüedad Clásica". Categorizado por la academia como pintor barroco, el artista flamenco consiguió un "dominio absoluto" del cuerpo humano como herramienta artística y, así, lograr el movimiento en las escenas.

Una demostración de ello ofrece el Museo Bellas Artes desde hoy hasta el 22 de enero de 2023 dentro del programa 'La Obra Invitada', con el asesoramiento de Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Museo del Prado y con el apoyo de la Fundación Banco Santander. En esta ocasión, la pinacoteca acoge siete bocetos preparatorios para lienzo prestados por el museo Bonnat-Helleu de Baiona . A esta selección se suman tres grabados de reproducción de Paulus Pontius pertenecientes a una colección particular.

La selección estará en el Museo de Bellas Artes hasta el 22 de enero. Oskar Martinez

El motivo de ser de estas obras procede de un ambicioso encargo, considerado el más importante de toda su carrera, de 115 lienzos que Felipe IV realizó al pintor para decorar la Torre de la Parada, un pequeño palacio empleado como pabellón de caza en las afueras de Madrid. Dado el volumen del trabajo, Rubens contó con otros pintores de su escuela pero antes plasmó las ideas en bocetos al óleo con una escala reducida.

Casi toda la selección trata temas mitológicos. Apolo enamorado persiguiendo a Dafne después de haber recibido un flechazo de Cupido; el dios Pan con rasgos humanos y de cabra, acercándose de forma violenta a la ninfa Siringa; o el perro de Hércules descubriendo el color púrpura tras morder un molusco son algunas de las escenas recogidas.

El Jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Museo del Prado, Alejandro Vergara, ha señalado dos aspectos apreciables en estos bocetos que nos obligan a mirar de cerca: “Aprendemos sobre su arte tan solo al ver seis o siete imágenes suyas. Una de ellas es la importancia de manejar con absoluta facilidad el lenguaje de la anatomía humana. La otra es el idealismo porque Rubens, cuando está pintando, lo hace en conexión con la idea de que la misión del pintor es acercarse a un lugar mejor". Este experto también ha incidido en que "habría colas más largas a las puertas de un museo en el siglo XVII ante una exposición de Rubens que para la de ningún otro pintor" haciendo hincapié en que "con gran diferencia es el gran artista en términos de influencia"