Entre los mecanismos de la ficción

Aunque la sinopsis de su nuevo largometraje, ambientada en la Irlanda rural del siglo XIX, podría parecer que tiene poco que ver con cintas aclamadas del director como Una mujer fantástica y Disobedience, el chileno afirmó ayer jueves que “no es tan distinta” a ellas. “Es una variación o una profundización”, ha asegurado sobre un trabajo que decidió rodar nada más leer la novela original en la que se basa el filme. “Me atrapó, pero el desafío era buscar el hacer cinematográfico de estas dos mujeres con las que tanto había conectado juntas y por separado”, añadió.

Estas dos mujeres son una enfermera estricta que no cree mucho en la fe, interpretada por Florence Pugh, y la niña supuestamente milagrosa para la que la religión es lo más importante de todo, a la que da vida la debutante Kíla Lord Cassidy. “Tenía ganas de buscar un dispositivo que permitiera que la película fuera parte del problema entre tanta ficción”, explicó el realizador, que narra la historia mostrando tanto en la primera como en la última escena los engranajes del decorado artificial.

En lo que se refiere al relato, la película, en el fondo, no deja de ser una batalla más entre la ciencia y la religión, aunque según el director, esta vez hay una vuelta de tuerca más y la enfermera, que representa al progreso, es “la que está dispuesta a cambiar a diferencia del resto de los personajes”. “Decir que no a la ciencia es fanatismo”, añadió Lelio, para quien cualquier tipo de fervor, sea de un lado o del otro, es síntoma “de que las cosas no van bien”.

Partituras diferentes

Para contar esta historia, Lelio se ha rodeado de rostros muy conocidos y de una joven promesa, Kíra Lord Cassidy, que llegó a la película después de que su madre se leyera el libro y le dijera que podía intentar salir. “No tenía nada en común con el personaje, pero he conseguido conectar con ella. Sumergirme en su religión ha sido una experiencia increíble “, relató la intérprete, contando entre risas que su madre estaba más emocionada que ella por aparecer.

La película, además, se aleja de la típica ambientación irlandesa, con flautas incrustadas en cada una de las composiciones musicales, y busca el desasosiego al espectador a base de ritmos. Esta labor ha recaído en el compositor Mathew Herbert, que trató de acompañar la música a cada momento concreto de la historia. “En el cine, la música se suele usar para seguir a la gente o incluso adelantarse a ella, pero eso no queríamos. Aquí la música espera en otro sitio y puede venir del futuro o del pasado de la protagonista”, apuntó el británico. “Queríamos que fuera un personaje más, que pasara del western al estudio de personaje o que incluso tuviera tintes de horror”, añadió al respecto el director, para quien “es un lujo” contar con un compositor que entienda de tal modo el tono de la película.

Con The wonder, Lelio debuta en la Sección Oficial del Zinemaldia tras participar en 2005 en Horizontes Latinos con su primer trabajo, La sagrada familia. Entre medias, el chileno ha conseguido el Oscar, por Una mujer fantástica, y el Oso de Oro al mejor director en la Berlinale. “Es muy bonito volver a estar aquí. Tengo muy buenos recuerdos de Donostia”, indicó, confiando en que este nuevo trabajo conecte con el público del festival. l