Un cadáver en el Peine del Viento y sus chorros de aire expulsando sangre. Este es el punto de partida de Galerna, el debut literario de Peru Cámara con el que contrapone la imagen bucólica de Donostia en una tormentosa noche de investigación policial.

¿Cómo alguien de Portugalete que vive en Hernani decide escribir un thriller ambientado en Donostia?

Básicamente, porque cuando decidí vivir con mi pareja, que es de Hernani, pensamos en probar en Donostia. Estuvimos un año viviendo allí y yo estaba leyendo mucha novela negra. A Steig Larsson, Jo Nesbø, Camilla Läckberg... Caminando por Donostia con una galerna en ciernes me di cuenta de que esta ciudad, en esas condiciones, podía tener la premisa perfecta para un thriller. Escribí el primer capítulo teniendo muy claro el principio y el final. Vi que funcionaba muy bien el tono de la novela y traté de hacer algo con mucho ritmo, que sucediese en solo una noche. Así que todo empezó con una tarde de paseo.

A priori, Donostia parece una ciudad propicia para otro tipo de novela.

Sí, pero creo que tiene escenarios muy atractivos para generar atmósferas de misterio y suspense: el Aquarium, el Peine del Viento, el Palacio de Miramar, la torre de Atotxa... Además, al transcurrir la historia en una noche, necesitaba que las distancias fuesen cortas. También el fenómeno de la galerna, algo muy de aquí y muy reconocible por nosotros. Había una serie de elementos que lo hacían el escenario perfecto. De hecho, la ciudad es un personaje más. 

Casi todos los thrillers comienzan con la imagen de un cadáver en un escenario destacado y usted lo hace en el mismísimo Peine del Viento.

Las novelas policíacas comienzan normalmente con la aparición del cadáver y una pista que lleva a ir mostrando los intereses ocultos que terminan en la acción, la violencia. Imaginar los orificios de aire del Peine de Viento expulsando sangre era muy impactante y visual. Una manera de acabar el primer capítulo a lo grande. 

También aparecen las instituciones donostiarras, que, en clave de ficción, muestran otro lado oscuro de la ciudad.

No pretendo decir que todos los políticos son corruptos ni tampoco que todos los cocineros son malos. Nuestra cocina, por ejemplo, es nuestro escaparate al mundo, pero ha evolucionado tanto que se ha fusionado con la ciencia, lo que daba juego a mezclar elementos muy interesantes.

“Caminando por Donostia con una galerna en ciernes me di cuenta de que esta ciudad podía tener la premisa perfecta para un thriller”

Donde sí hay un cambio notable con respecto a otros thrillers es con el protagonista, muy alejado de la imagen de detective sabiondo a lo Sherlock Holmes.

En muchas novelas el personaje es superlisto o tiene una memoria fotográfica o un instinto policíaco superdesarrollado, lo que me desconecta porque yo no soy así. Como lector necesito a alguien con quien sentirme identificado. ¿Tú te acuerdas de tu primer día de trabajo? El primer día siempre estás un poco vendido. Lo suples con ilusión, pero sientes que se te escapan las cosas. Vi que en ello podía estar identificado el lector.

Enfrentarse a una primera novela y decidir ambientarla en una única noche no habrá sido fácil.

Es complicadísimo y exige muchísima autocrítica. Es correr una maratón y cuando piensas que has llegado a la meta, la meta se ha movido otros tantos kilómetros. Puedes estar dando muchas vueltas a un capítulo hasta que te das cuenta que lo tienes que tirar. Aún así, es un trabajo muy gratificante. A medida que ves que va ganando en cohesión y solidez te sientes muy bien.

¿Por qué cree que siguen enganchando tanto los thrillers?

Creo que lo mejor que tienen es que el lector forma parte de la experiencia. Del mismo modo que en una novela romántica te emocionas con lo que les pasa a los personajes, en el thriller vas elucubrando el caso. Es un género muy juguetón. Aparte de eso, nos despierta mucha curiosidad la violencia. Un asesinato es algo ajeno para nosotros, por lo que de alguna manera nos despierta algo primitivo en nosotros mismos.  

Hasta hace no mucho prácticamente solo había thrillers nórdicos o americanos, pero ahora no hay miedo a contarlos desde aquí. 

Hemos heredado el gusto por el policíaco y ahora no hay miedo a crear nuestras historias localizadas aquí. Ibon Martín, Mikel Santiago, Laura Balagué... Creo que somos herencia de esos gustos, adaptados a nuestra visión.

“Un asesinato es algo ajeno para nosotros, por lo que de alguna manera nos despierta algo primitivo en nosotros mismos”

¿Cree que a día de hoy sigue siendo posible sorprender con el thriller?

Sin duda. Ese es el deber de los autores. Seguir sorprendiendo e intentar ser originales. Con los mimbres que tienes hay que intentar darle una vuelta más, que la experiencia lectora sea fresca. Esa es la intención de Galerna al suceder en una sola noche.

¿Cuánto de vocación cinematográfica hay en la novela?

Obedece más a una carencia como escritor. Yo no puedo llegar a altas cotas literarias, pero sí puedo ser visual porque estudié audiovisuales en Bellas Artes. Es a lo que recurro cuando quiero contar algo. Responde a mi educación y a mis carencias.

Uno de los elementos más característicos de los thrillers es que suelen ser sagas. ¿Habrá nuevas entregas?

Sí. Para el primer trimestre del año que viene estará acabada la segunda entrega y empezaremos el proceso de maquetación. Creo que los personajes tienen recorrido, son muy ricos en matices y en pasado y en futuro. Hay relaciones que se tienen que establecer y habrá un caso que también se dará en Donostia que creo que el lector lo va a disfrutar.