June Crespo es una de las artistas más destacadas de su generación. Ganó el Gure Artea en 2013 tras acumular ya varios premios y becas desde que se licenció en Bellas Artes por la UPV 2005. Desde entonces, la creadora navarra, afincada en Bilbao, ha participado en exposiciones y recientemente acaba de afrontar dos citas internacionales que confirman su carrera al alza, en el Jeu de Paume de París y en la Bienal de Venecia

En estos momentos, está atravesando lo que ella denomina “una etapa dulce”. Su carrera artística sigue imparable: está preparando una exposición individual en el Guggenheim Bilbao para junio en 2023. El museo ha anunciado recientemente la programación artística del año que viene, entre la que se incluyen muestras de Picasso, Miró, Oskar Kokoschka, Lynette Yiadom-Boakye, Giovanni Anselmo. Además, mostrará en la sala 105 la práctica escultórica de Crespo en la encrucijada de múltiples caminos y líneas de investigación contemporánea.

“Llevamos meses gestando este proyecto, que se encuentra ya en fase de producción. Será mi primera exposición individual a gran escala ,y hacerlo en esta institución, con esta visibilidad, es un reto. Estableceré, además, un diálogo entre mis esculturas y el espacio que las acoge. Es un momento para apostar, arriesgar y no ir a lo seguro. No pierdo de vista que habrá momentos buenos y otros, valle; lo importante es mantenerse”, confiesa June Crespo en una conversación telefónica desde Roma donde participa en una colectiva.

Soy la primera artista vasca de mi generación que expone en el Guggenheim. Es un gran reto para mí

La exposición formará parte del compromiso del museo bilbaino de acercar y visibilizar la creación vasca. Hasta ahora, se han celebrado exposiciones individuales de varios creadores vascos, entre ellos Chillida, Oteiza o Pello Irazu, “pero no había expuesto nadie de mi generación, lo que supondrá un importante salto generacional. Me da un poco de vértigo. El comisario de la muestra, Manuel Cirauqui, lo tenía muy claro, la propuesta no era hacer una retrospectiva sino algo nuevo en diálogo con el lugar, aunque también vamos a introducir piezas anteriores”, explica. Su obra se presentará en la sala 105 del edificio de Gehry y se incluirán “obras inéditas de mayor tamaño de las que suelo hacer, porque el espacio lo permitirá”.

El arte nos hace más libres

Crespo trabaja desde la escultura un lenguaje que remite al cuerpo y a sus relaciones con la arquitectura. La creadora navarra vive entregada a la creación, y en especial a la escultura, que concibe como “una posibilidad de encuentro transformador, que puede hacernos más humanos y más libres”. 

A partir de fibra de vidrio, resina, cerámica, hormigón y bronce, corta, divide, amplía y recombina elementos y materiales, creando nuevas formas intuitivas que permiten a cada espectador realizar interpretaciones diferentes. “Lo que me interesa es lo que ocurre cuando caminas alrededor de la escultura; en algunos momentos estás vinculado con estas piezas de una manera más superficial de lectura, en cuanto a lo que reconoces como algo narrativo o figurativo. Y cuando te mueves, te está ofreciendo algo que gira en torno a aspectos más táctiles, de texturas o espaciales. Me gusta que una escultura pueda apuntar en muchas direcciones al mismo tiempo, que genere un espacio entre el movimiento del cuerpo y la percepción. Eso es algo común en mi producción, use un elemento u otro”.

Lo que me interesa es lo que ocurre cuando se camina alrededor de mi escultura

Recientemente, ha expuesto en el exterior de Bellas Artes, que cuenta en su colección también con una de sus obras. Entonces, eligió unas piezas de hormigón y cemento de su serie Core 22, inspiradas en formas arquitectónicas.

“Esta serie la llevo produciendo desde 2019, y me pareció que era una buena oportunidad para cumplir un deseo que tenía, que era llegar más lejos con este trabajo y proponer un espacio de juego público, donde los niños pudieran inventarse la manera de jugar. Quería trabajar con personas activándolas”, explica.  

Una serie de las que también estarán algunas piezas en la exposición del Guggenheim, al igual que la de Helmets, que llevó a la Bienal de Venecia y “que pone a prueba el proceso de función de la cera perdida, produciendo accidentes inesperados”. Estas piezas irán acompañadas de trabajos nuevos, específicamente realizados para el Guggenheim. Porque June Crespo está siempre en constante proceso de investigación.

La creadora navarra compagina su actividad artística con la docencia. “El arte tiene un papel catalizador, pero en la sociedad está incluido en el apartado del entretenimiento y el espectáculo. No dudo que se están haciendo muchos esfuerzos por parte de las instituciones por hacer un buen trabajo en este sentido, pero debería estar enraizado en los programas educativos. Cada vez hay menos espacio para el arte en las escuelas. Éste sería el primer terreno a conquistar”.