L contrabajista Gabriel León nació en Caracas y se incorporó a la BOS hace 18 años. Gabriel lleva el confinamiento “como todos, a la expectativa, tratando de que el día a día sea llevadero, manteniendo un equilibrio mental, psicológico, pendiente de las noticias...”. Pero hay una diferencia. La música sigue siendo una parte muy importante de su vida diaria y además decide compartirla con todos aquellos que deseen disfrutarla con él.

Junto a otros 31 músicos de la Orquesta Sinfónica de Bilbao han lanzado un mensaje de esperanza y fuerza, acompañados de la versión de Txoria Txori de Mikel LaboaTxoria Txori, que se puede ver y escuchar en el facebook de la BOS y en youtube. “El vídeo surgió porque teníamos una necesidad de transmitir un mensaje a nuestro público, a la sociedad, a Euskal Herria. Necesitábamos un hilo conductor y se nos ocurrió que no había nada más acertado que la versión de Mikel Laboa. Además del fondo y el motivo emocional, lo importante es el mensaje que hemos enviado de ánimo y fuerza. Cada uno se grabó como quiso, en diferentes escenarios de sus casas; todo ha sido muy espontáneo”, confiesa este contrabajista.

Gabriel León sigue preparando nuevas iniciativas para compartir y ensayando todo lo que puede, aunque “también hay que pensar en el vecino”, se ríe. “Nuestro lugar de trabajo es el Palacio Esukalduna, ahí ensayo normalmente. Pero ahora, tengo que hacerlo en casa; espero que los vecinos comprendan la situación, pero intento mantener un equilibrio, no dar motivos para las quejas. Los músicos somos deportistas, tenemos que mantener músculos activos, seguir estudiando porque si no, la vuelta puede ser bastante dura”, explica.

Jon Irizar e Iranzu Goñi comparten profesión y vida. Ambos tocan el violín en la Sinfónica de Bilbao y pasan ensayando juntos muchas horas en su casa, acompañados de su hija pequeña. “Es más fácil llevar así el confinamiento”, confiesan. Pero, además, tienen encantados a sus vecinos porque cada dos días salen a tocar al balcón de su casa, en Miribilla, e incluso aceptan alguna que otra petición de canciones.

“La iniciativa ha tenido muy buena acogida. Incluso los vecinos nos piden que interpretemos alguna canción en especial; en ocasiones resulta fácil, pero otras veces no encontramos las partituras. Hacemos todo lo que podemos, incluso hemos tocado el Zorionak, sin ir más lejos, lo hicimos hace unos días para mi cuñado, que vive en el piso de enfrente”, relatan.

Jon lleva 20 años en la BOS e Iranzu, 17, aman la música e inculcan esa pasión a su hija, que también sale al balcón mientras tocan sus aitas. “Los responsables de la orquesta nos propusieron que mandásemos vídeos con rutinas de estudio, piezas… y a nosotros se nos ocurrió tocar el tango Por una cabeza, en el balcón. Es una pieza que nos gusta mucho, que nos la piden nuestros familiares y amigos cuando nos juntamos. Decidimos compartirla además por las redes sociales”.

Echan en falta también los ensayos con el resto de los músicos, “no es lo mismo tocar en casa que con la orquesta. Además, ya tenemos ganas de preparar la nueva temporada, esperamos que todo esto pase pronto y podamos retomar la vida cotidiana. Somos conscientes de que costará un poco, y en el caso del mundo de la música y del teatro, mucho más porque son espectáculos en vivo, con mucho público, pero estamos esperanzados de que pronto saldremos de este túnel”, confían.

Durante su confinamiento en Bilbao, Marion Desjacques, arpista de la BOS desde hace 15 años, continúa estudiando. “La música es una buena compañera”, explica. Reconoce que es difícil trabajar sola, “porque somos una orquesta, es una profesión sociable. Los músicos necesitamos compartir emociones con el público y éste necesita recibirlas; nosotros damos pero el público recibe. Es un intercambio. Pero, a día de hoy, tenemos que apañarnos con lo que tenemos más a mano. Debemos empezar a aprender a vivir con las nuevas tecnologías, es cierto que no se puede grabar con un móvil con la misma calidad que en el directo. Pero, al final, cuenta más la intención que la calidad, hay que cambiar el chip y pensar cómo podemos adaptarnos a estos tiempos y si por las redes sociales podemos ofrecer nuestros conciertos, nuestros vídeos, tenemos que hacerlo, tenemos que compartirlos”.

En la página de facebook de la orquesta y en youtube, Marion Desjacques ha colgado un vídeo en el que se aborda un concierto desde un punto de vista diferente: “Es el momento de ver qué pasa en casa, detrás del escenario. Se conoce la profesión pública del músico, que es interesante, pero nuestro trabajo empieza en casa. En el vídeo he querido mostrar al público que nos viene a ver a Euskalduna cómo se estudia, cómo se prepara un concierto… Es verdad que nada puede sustituir la intensidad del directo, pero yo creo mucho en el después, y creo que, una vez volvamos a la normalidad, vamos a disfrutar mucho más”.

Desde que comenzó el aislamiento por el coronavirus, la BOS ha tenido que suspender 17 conciertos, 8 de ellos para escolares, 6 de la temporada sinfónica, dos de cámara y uno de familia, aparte de un sinfín de actividades, talleres, conciertos, charlas… “Hasta el 30 de abril está todo cancelado, ya estamos devolviendo el dinero a las personas que han comprado las entradas, salvo a las que las adquirieron en la taquilla de Euskalduna, que está cerrada, a las que se retornará el dinero próximamente. A los abonados, les devolveremos la parte proporcional de lo cancelado. A efectos prácticos de esta temporada, se da por concluida, ya que es prácticamente imposible que antes del 30 de junio, que es cuando finaliza, los músicos puedan volver a juntarse en un escenario”, explica Ibon Aranbarri, director general de la BOS.

Los responsables de la sinfónica bilbaina ya están pensando en la próxima temporada 20-21, “que además íbamos a presentarla ya, pero no será posible recolocar a los artistas que iban a tocar estos meses porque ya tienen compromisos adquiridos. La idea es incorporarlos en la temporada del 21-22”, explica Aranbarri.

“Por ello, hemos decidido que queríamos seguir presentes en la sociedad vizcaina, y ya que no podemos en el escenario, lo estamos haciendo a través de las redes sociales. Con estas iniciativas queremos transmitir mensajes de esperanza, de presencia, de ánimo, de contar cómo es el día a día de los músicos…”.

Este interesante programa puesto en marcha por la BOS está siendo un éxito, por el momento los vídeos colgados por más de 15 músicos han tenido más de 233.000 reproducciones y casi 2.000 horas de visionado. La BOS va a seguir compartiendo las grabaciones de los músicos desde sus casas y recuperando conciertos realizados con anterioridad, explican desde la Sinfónica bilbaina. Música como terapia en momentos complicados.