como hizo antes Oskorri, grupo también pionero en el espectro musical vasco pero situado en las antípodas estilísticas de WAS, el grupo vizcaino acaba de confirmar su desintegración tras 12 años de un pop alternativo de guitarras que se fue orientando a la pista de baile, la electrónica y la psicodelia, y llegó a abrirse al folk euskaldun en su recta final. Todo está en Loudness (12 years of Party & Music), un recopilatorio solo disponible en formato digital que incluye un inédito y una versión de LCD Soundsystem.

Casualidad o no, pero en menos de un año se han despedido dos de los mejores ejemplos de cómo el pop indie vasco se vestía con un traje contemporáneo y salía a competir sin complejos ante artistas estatales y extranjeros. Delorean nos dejó el año pasado... y ahora se confirma la separación de WAS, últimamente un cuarteto, pero siempre liderado por Deu Txakartegi, su sonrisa alta y desgarbada, sus bailes incansables y su magia al micrófono y, en los comienzos, también apoyada en su bajo.

Standard, de Getxo al mundo, titulamos en este medio la primera aparición del grupo. Corría 2005 y acababan de ganar el concurso de bandas noveles impulsado por el Festival Internacional de Benicàssim (FIB). El entusiasmo nos pudo entonces, pero allí había agua suficiente para salir indemnes de aquella previsión casi suicida con un grupo cuyo nombre (modificado hasta en tres ocasiones: Standard, We are Standard y WAS) era, en origen, un tributo a la machada del Athletic de Bilbao ante el Standard de Lieja (1 a 7) en la antigua UEFA Europa League.

Loudness (12 years of Party & Music), solo disponible en formato digital, al igual que Muzik, de Delorean, supone el agur de WAS. Una despedida musical, ya que la banda, según ha confirmado a DEIA, dice adiós sin conceder entrevistas. Y una despedida cuya escucha revela la capacidad de baile que encerraba su propuesta, tanta como su poder emocional y de evocación a través de unos himnos que mientras se bailaban vestían de luz, alegría y posibilidades una noche infinita.

Casi desde el inicio Aunque se echan en falta canciones como On the floor y Pressure, de su debut, 3.000 V 40.000 W. (2006), la antología viaja por el resto de su trayectoria, partiendo de sus segundos pasos junto a Andy Gill, de Gang of Four, ya con el de grupo de pop-rock lanzado a la pista de baile con pelotazos funk (a lo !!!) como Don´t let the children play around, The first girl who got a kiss..., The last time, con el apoyo del mítico remezclador Arthur Baker, y Other lips, other kisses.

Los 16 temas de Loudness... viajan también por su disco de remezclas, The Golden League, con paradas como Don´t give up, con John Talabot disparando sus beats, y recogen el épico Good ones, extraída de un EP de 2011, pero se centran en sus dos últimos discos de estudio, situados entre la música más selecta grabada en Euskal Herria en la última década.

De Day (2013) incluye Something bigger, el original y la remezcla de Alex Ferrer y Oreka TX; el épico 07:45 - Bring me back home; el himno Can I count on you, con ecos de Madchester, New Order y Stone Roses; y de estos últimos especialmente en el tufo psicodélico de Only neon, manipulado por Emanuel Lundgren. Y de su última obra maestra, Gau ama, en la que, en sus propias palabras “damos un toque contemporáneo a la cultura euskaldun” mediante irrintzis, algo de euskera y txalapartas filtradas por computadoras, recopila Irrintzi, I like you as you are y Ardoa, con samplers de Maurizia, Leon eta Fasio.

Inéditos Loudness... incluye también su última grabación, no incluida en ningún disco y editada en 2018. Es All about the music, un hit con aires de dance music elegante y de toque francés, a cargo de la producción de Pierrick Devin y Alex Gopher. Lo que parecía el aperitivo de un nuevo álbum ha acabado convirtiéndose en su canto de cisne. Con permiso de la versión autorizada en castellano (y muy lograda) de All my friends, de sus admirados LCD Soundsystem, que disparan más allá de los 10 minutos. “Significa mucho para nosotros”, dijeron en un comunicado.

“... ya no quede nada por decir. ¿Y tus amigos dónde están?”, cantan en ella. Aquí estamos hoy, diciéndolos agur. Echaremos de menos su pasión, sus ganas, la sonrisa incansable de Deu, los saltos, su valentía cosmopolita sin renunciar al ADN vasco, el sudor compartido y la nostalgia que nos provocó su repertorio por una juventud que a algunos nos pilló en los 80, bailando con New Order y Stone Roses. Alegría, ritmo, hedonismo, música y sonrisas. WAS son ya un deslumbrante e imborrable recuerdo. A la espera de noticias...