El folclore vasco, a la par que la danza contemporánea gestada en la CAV, traspasa las fronteras y viaja por el mundo. Eso es precisamente lo que ocurre este mes en el Festival de Edimburgo. Allí, grandes artistas y compañías vascas se citan hasta el próximo día 26 de la mano del programa #ScotlandGoesBasque de Etxepare Euskal Institutua, en el que para muchos es el mayor encuentro mundial de artes escénicas, el Fringe. Y no es para menos ya que entre el público se encuentran programadores y críticos internacionales. Por ello, los participantes lo consideran como “un gran escaparate para las artes escénicas”.

Entre ellos se encuentra Akira Yoshida. Un bailarín navarro, de madre donostiarra y padre japonés, que ha llegado a la danza contemporánea partiendo del breakdance. Él está en el Fringe con su actuación Home, una mezcla de breaking y danza contemporánea. Yoshida, que actualmente reside en Austria, donde sigue formándose como artista, cuenta que para él ir al festival es motivo de alegría porque al haber estado un gran tiempo fuera, se siente representante de “parte del trabajo que se hace en el País Vasco”. Además reconoce sentir incertidumbre: “Yo no conocía la magnitud que tiene el Fringe, estaba deseando verlo desde dentro”, cuenta.

Asimismo, el número que presenta en Edimburgo, según ha confesado el artista, ha sufrido “algún que otro recorte de tiempo”, porque, junto con otras dos compañías, ha creado un nuevo espectáculo llamado Basque Showcase que se presenta en el Fringe hasta mañana en la sala 1 del Centro Nacional de Danza. Con la modificación, han conseguido realizar un número con “una duración natural”, cuenta Yoshida y con el espectáculo espera no dejar a nadie indiferente.

proyecto colectivo Otro de los espectáculos que compone Basque Showcase es Habrá wue ponerse vachas del Proyecto colectivo HQPC. La obra nace de Maylis Arrabit, directora artística de la pieza, que creó el número basándose en la película The Royal Tennenbaums. A partir de ahí, trabajó junto a Ebi Soria Corón y Xabier Madina, los dos bailarines que representan la obra.

Se trata de una pieza de danza-teatro que ha sufrido modificaciones para poder llegar a la obra final Basque Showcase. Los componentes de Habrá que ponerse cachas cuentan que la obra original de sala consta de 35 minutos y que, por su parte, la de calle se compone de 25 minutos, por lo tanto la modificaron: “No queríamos hacer la versión de calle porque lo realizaremos en una sala. Por ello, Janice Parker, una artista y coreógrafa escocesa, nos ayudó a reducir diez minutos de la versión de sala y hemos creado una tercera versión con otra calidad”, cuenta Soria Corón.

Los artistas que componen esta obra saben que parten etiquetados: “Nuestra pieza entra dentro de la danza inclusiva, pero la cuestión es cómo hacer que se denomine solo danza y borrar ese atributo”, se preguntan. Asimismo, el valor añadido de Hay que ponerse cachas se encuentra, según los componentes de la obra, “en el punto esperanzador” de la misma: “Está claro que generamos impacto porque uno de los bailarines está en silla de ruedas, pero queremos mostrar un punto más blanco y lleno de esperanza, sin luchas y sin reivindicar nada”, y a esto añaden que la directora artística, Arrabit, es discapacitada y que “no es habitual ver a una mujer con discapacidad dirigir un número en un festival internacional”.

Así, estos tres artistas afrontan el Fringe con curiosidad y expectativa: “Es un festival internacional importante y nos hace ilusión ver cómo funciona la pieza en Escocia”, cuentan.

humano vulnerable Por último en cuanto a Basque Showcase se encuentra el número creado por la compañía Krego Martín Danza. Fundada por Begoña Krego y María Martín, y con 5 obras dirigidas, afrontan el Festival de Edimburgo con un amplio recorrido interpretativo a sus espaldas. Ellas presentan Zona (No) confort, una pieza dirigida por María Martín y Judit Ruiz que, además, son las dos únicas bailarinas que interpretan el espectáculo. La obra parte de la idea, por un lado, de hacer sentir cómo actúa el ser humano cuando se siente expuesto y vulnerable. Por otro lado, trata de realizar un trabajo somático con el público para llevar a cabo “una experiencia vivencial a través de la palabra”. La obra cuenta con la particularidad de la música y el diseño de luces utilizados para ambientar la puesta en escena, creados por Marc Cano y Niko Hafkenscheid en exclusiva para Zona (No) confort. Además, la compañía espera que el público acoja bien el número, viaje con las artistas por la pieza y que cada uno de los espectadores “vea simplemente a dos seres humanos y se sienta identificado”.

“TODO ES SUMAR” En el Festival de Edimburgo no podía faltar el folclore vasco. Para representarlo estará la obra Atlantik 1050, que nació de la colaboración entre el Instituto Vasco Etxepare y el Festival Atlantikaldia de Errenteria. En este proyecto participa Alain Maya, bailarín de Ereintza Dantza Taldea, que cuenta que el proceso de creación ha pasado por tres fases: la primera fue el encuentro entre la coreógrafa Jen Wren y Maya en Errenteria en el que ambos se mostraron mutuamente pasos típicos de la danza correspondiente a cada una de las dos localidades. Después Maya viajó hasta Edimburgo para conocer a los bailarines escoceses y trabajar con ellos. Tras esto, el bailarín vasco y Wren trabajaron con sus grupos en sus localidades correspondientes, por separado, y las únicas referencias para conocer los avances de la otra parte las encontraban en WhatsApp: “Nos mandábamos vídeos para saber cómo íbamos progresando”, afirma Maya. Así, finalmente, el pasado día 7 se produjo la unificación de los dos grupos de bailarines y realizaron varios ensayos todos juntos para poder exponer Atlantik 1050 ayer al público.

Maya califica como “muy bonita” la experiencia que vive al participar en el Fringe. Cuenta que Atlantik 1050 representa “un puente entre dos culturas” y que está siendo muy enriquecedor conocer cómo se trabaja en otros países: “Llama la atención cuando ves bailar las danzas escocesas porque te sorprendes cuando encuentras puntos en común con las euskal dantzak”, y añade que “en la danza todo es sumar”. Además, este proyecto se mostró al público asistente al Fringe ayer, y también se mostrará a los que acudan al Atlantikaldia de Errenteria el próximo día 22: “Va a ser curioso ver dos acogidas distintas por parte de dos públicos distintos en dos localidades diferentes”, concluye el bailarín.

2theatre, veteranos Además de las compañías que acuden por primera vez al Fringe, se encuentran las veteranas, las que ya han estado alguna vez en el festival. Una de ellas es la compañía bilbaina 2Theatre. Ellos ya estuvieron en 2017 con el espectáculo teatral Losing it y ahora regresan con Interbeing, un impactante show de gran componente físico y visual sobre la guerra de Ucrania.

2Theatre, compañía encabezada por la actriz Lana Biba y el actor Txema Pérez, estrenó de forma internacional Interbeing el pasado día 2 en Edimburgo y se podrá disfrutar de él en el festival hasta el próximo 26. El espectáculo combina teatro físico, manipulación de objetos, música en directo, acrobacias, mimo, danza y trabajo de máscaras para conseguir el disfrute del público. Pérez confiesa que “se trata de una obra creada durante dos años y basada en hechos reales”.

La compañía imparte cursos de verano en el London Physical Theatre School. En 2017 dio su primer curso en Ucrania y allí se encontró con alumnos que habían formado parte de la guerra como soldados o fotógrafos. Los resultados de este curso fueron presentados en septiembre de ese mismo año en el festival internacional de Kiev Gogolfest y allí, varias entidades se interesaron por el espectáculo y colaboraron para que, finalmente, Interbeing haya podido viajar hasta el Festival de Edimburgo.

En cuanto a la acogida del público asistente al Fringe, Pérez cuenta que está yendo bien: “Este año hemos ido a lo grande. Actuamos en una sala con 350 butacas y aunque no creemos que se llene la sala entera, sí estamos consiguiendo un buen número de espectadores”, dice el actor.

Así, Edimburgo se convierte en agosto en el centro de las artes escénicas, y todos los asistentes al mismo pueden disfrutar de cientos de shows tanto en salas como en las propias calles de la ciudad. Todo para conseguir que “el mayor escaparate internacional de artes escénicas” haga su magia y consiga que tanto intérpretes como asistentes disfruten de la experiencia hasta que el próximo día 26 se baje el telón de esta edición.