Bilbao - Más de 120 profesionales participaron ayer en el homenaje que Musika Industriaren Elkartea (MIE) ofreció en el Kafe Antzokia de Bilbao a la cantante Aurora Beltrán, el mánager Ángel Azkarraga, Matxitxa, y el productor Marino Goñi, “ejemplos de profesionalidad” desde hace casi cuarenta años en una industria inexistente y dominada por el amateurismo a principios de los 80. “Vivimos un momento interesante porque, a pesar de las dificultades, ya se considera la música como generadora de riqueza y empleos, y útil para el país”, explicó el presidente de MIE, Álvaro Sanz.

Este homenaje, entendido como “un acto de agradecimiento” que buscaba “poner el valor el sector de la industria musical”, se volcó ayer con Ángel Azkarraga, Matxitxa; Aurora Beltrán y Marino Goñi. Bajo el lema 40 años sobre los escenarios, la asociación, creada en 2012 y actualmente con más de medio centenar de socios entre mánager, empresas de servicios y discográficas, quiso valorar públicamente el trabajo de la cantante navarra y de un mánager y productor que “trabajaron con casi todos los artistas y grupos de los 80”.

Sainz alabó el trabajo realizado por los tres homenajeados “desde el amateurismo y la falta de referencias”, y ensalzó “su labor profesional, talento y capacidad”, cualidades que “nos enseñaron al resto a trabajar en su línea”. El presidente de Musika Industriaren Elkartea expresó en su intervención “la esperanza” que se vive en 2019: “El camino no es sencillo, hay altibajos y dificultades, pero creemos que hoy vivimos un momento bastante interesante porque la música, en el marco de las industrias creativas, está ya considerada como un sector estratégico, con la consideración social adecuada como generadora de riqueza, empleo y utilidad para el país”, indicó.

sentimiento e industria Por su parte, Marino Goñi, que mostró su agradecimiento a MIE, al igual que el resto de homenajeados, recordó su trabajo compartido junto a Aurora, cuando lideraba Tahúres Zurdos, en la grabación del disco Tahuría, en el sello Oihuka, que Goñi fundó, al igual que la discográfica Soñua, y aseguró que “el recorrido ha sido inmenso desde entonces”, poniendo como ejemplo el reciente concierto de Berri Txarrak en Kobetamendi. “Cuando empezamos todo estaba por construirse y ahora Berri Txarrak ofrecen un espectáculo profesional, de categoría internacional, ante más de 20.000 personas y en euskera, con label vasco”, indicó Goñi, que aclaró que, en su caso, “los sentimientos han sido más importantes que los negocios” en su labor profesional.

Aurora Beltrán, excantante y líder de Belladona y Tahúres Zurdos y hasta hace unas semanas retirada de los escenarios durante los dos últimos años por problemas de salud, reivindicó su carrera, desde los tiempos del grupo femenino Belladona, a inicios de la década de los 80. “La parte creativa la tenían los chicos y nosotras éramos las chicas florero, la novia del cantante o la de los coros y la pandereta. Yo me rebelé. Costó muchísimo porque no nos tomaban en serio al principio, pero sabíamos usar nuestros instrumentos. Lo hacíamos mejor que muchos tíos”, explicó a DEIA.

mensaje crítico Aurora Beltrán, que tiene previsto volver a los escenarios en breve “sin apoyo alguno de las instituciones ni de las radios”, indicó que “no estoy en la industria de la música desde hace años”, ya que sus últimos tres discos en solitario se los ha financiado ella misma. “Estoy agradecida y reconfortada por esa parte que nos reconoce a gente como a mí, a Belladona y a Vulpes, una cosa muy limpia que convirtieron en muy fea”, explicó.

La cantante sí quiso ofrecer un mensaje crítico sobre la música comercial actual. “No entiendo nada. Todo es mamoneo y postureo, y parece que lo que está más a la vista es lo mejor. Flipo con lo que oyen los hijos de mis amigos. Son niños de 10 y 11 años que oyen letras descabelladas: “Yo te doy por aquí... te doy por allá...”, lamentó.

Aura cotejó los likes actuales, impostados o falsos en muchos casos, con los pagos a las radiofórmulas de antaño, y reivindicó a grupos “de la época” como La Polla, que “funcionan sin sonar en radiofórmulas, con el boca a boca”, frente a músicos comerciales que “son como esas hamburguesas malas que compra todo el mundo”.