bilbao - Habían anunciado en redes sociales que el concierto de Kobetamendi sería “increíble”. Y lo fue. Arropado por un amplio y versátil plantel de colaboradores, entre los que sobresalieron El Drogas, Aiora Renteria o el estadounidense Matt Sharp, añadido de forma sorpresiva, el trío euskaldun Berri Txarrak hizo historia ayer en Bilbao con el concierto-festival más multitudinario de la música euskaldun ante una marea de más de 20.000 fans que no tuvieron respiro durante las más de dos horas y media del repaso maratoniano a la amplia trayectoria de la banda, en la que deslumbraron con hitos para el recuerdo como Ikasten, Maravillas o Denak ez du balio.

Ikusi Arte Tour, la gira de despedida de Berri Txarrak, se ha ido colgando medallas en cada garito o festival que el trío ha desembarcado para decir agur. Y lo ha hecho siempre con las entradas agotadas, por lo que Berri Txarrak necesitaba del concierto de ayer, Lagunartean (¿o festival dada la programación previa a cargo de 70 creadores euskaldunes desde las 16.30 horas?), para agradecer a sus seguidores el seguimiento obtenido durante 25 años de carrera.

Tomaron posesión del espacio desnudo y de grandes dimensiones utilizado como escenario principal en el reciente Bilbao BBK Live casi con media hora de retraso, amenizada con los metales y percusiones de la Broken Brothers Brass Band, que ejercieron de teloneros. ¿Qué es eso de la puntualidad británica para unos tipos de Lekunberri? Y lo hicieron con el reciente Beude. ¡Qué mejor que con el agradecimiento a los pequeños locales que fueron forjando su exitosa carrera! Y la emoción del furibundo arranque se aceleró con un bloque que incluyó Gelaneuria y dos bazas ganadoras, la rocosa Jaio.musika.hil, auténtica declaración de principios y en la que Gorka casi se deja la voz, y el alivio eléctrico y semi reggae de la reciente Spoiler.

Ya con el ambiente encendido y sudoroso tras varios “goazen Bilbo”, el público, entre aplausos y brazos al cielo, voló muy alto con la complacencia de un sonido tan contundente como claro y preciso, y el trío siempre conjuntado y preciso. Jurgi, de Willis Drummond, tuvo el honor de abrir el turno de colaboraciones, todas anunciadas en la pantalla trasera, dejando poso en la hardcoreta Ez dut nahi, acelerada y brutal, anticipo de Etsia y de una Iraultza txikien asanblada compartida con Aritz Mendieta, de Deabruak Teilatuetan.

Aiora zea mays Tras reivindicar la necesidad de soñar en Zertarako, Libre@ (“aske zarete, libre, zuen kaiola erraldoietan”) les acercó al metal y a los fraseos rapeados, y sirvió de pista de despegue para uno de los momentos claves de la noche con la intervención de Aiora Renteria, voz de Zea Mays, que emocionó en la reivindicativa Aspalidan utzitako zelda (con unas proyecciones que giraban y remetían a una celda) y Bisai berriak, mientras caía la oscuridad. Ricky Faulkner (Love of Lesbian) y el saltarín Perernau (Mucho) tomaron el testigo con la balada Aditu bihurtuak con sus guitarras y teclados antes de que Gorka animara al baile con la popera Lemak, aingurak, que demostró que David (La M.O.D.A.) no desentona en euskera.

Y así, entre amigos arriba y debajo del escenario que añadieron color al repertorio y con la respuesta entusiasta de los fans, los Berri fue alternando clásicos como Ikasten, sin apoyo exterior alguno y con los botes de los fans buscando el cielo, con temas con la ayuda de Matxet (Jousilouli), entre el hardcore y el trash, y el dúo formado por el cómico Facu Díaz (a la batería) y Tony (Los Chikos del Maíz), que acercaron Betiko leloa a Negu Gorriak antes de que la muy aplaudida Iseo añadiera emoción y sensibilidad a Eskuak, que surgió fundida con la rapeada Ukabilak.

hasta 37 canciones Siempre con la entusiasta respuesta de los fans, arrebolados ante la excepcionalidad del concierto que estaban viviendo, el trío se gustó con los trazos power pop de la reciente Zaldi zauritua y el punk melódico de Hitzen oinarri ahula mientras Gorka reconocía las dificultades de la preparación del concierto. Entonces, la peña recibió con el rostro henchido de satisfacción la sorpresa de la noche, la visita del estadounidense Matt Sharp, amigo de la banda desde el disco Payola y miembro de The Rentals y exWeezer, que nos encandiló con los “uuuu” de Friends of P.

El bajo identificable de Oreka no sonó en el arranque, con Anari al micro. Ella atacó sus primeros versos antes de dejar paso a Gorka y a Karlos Osinaga Lisabö en otro de los momentos más excitantes de una cita (“dos referentes”, reconoció Gorka) que acumuló imágenes y sonidos para el recuerdo en su recta final, con el trío desatado en Bueltatzen o compartiendo la acelerada Oihu con Aitor Gorosabel, que cedió el micrófono a Gorka en David eta Goliath, tema de su banda, Su ta Gar.

Y tras Min hau, aportación fraterna de Gorka junto a su hermana Nerea (Ene Kantak y Matamalo), llegó la esperada intervención del maestro El Drogas en Maravillas, ese tema que rescata el miedo, el rencor y la violencia de la Guerra Civil en Nafarroa y que casa con la memoria histórica del disco La tierra está sorda, de Barricada. Ambas en formato acústico. Y cuando parecía que nada podía mejorarlo, el trío golpeó inmisericorde con Ikusi arte, Denak ez du balio y Katedral, que pusieron la fiesta final a una jornada (y a un grupo) para el recuerdo.