Tiene 68 años, pero conserva la misma pasión por el rock n’roll que a finales de los 60, cuando conoció a su hermano Bruce Springsteen. El eterno guitarrista de The E Street Band regresó a su carrera musical personal hace dos años con un gran disco de soul y rock apasionado y ahora asienta su nuevo camino con Summer of sorcery (Wicked Cool/Universal), que agrupa sus primeras canciones nuevas en dos décadas y que presentará en directo el 15 de junio, en Sondika, en el BBK Music Festival. “Es más narrativo, de ficción y personajes. Quise capturar la emoción de ese primer verano de conciencia”, asegura el músico.

“Es uno de los mejores compositores, guitarristas y líderes que conozco”, asegura The Boss sobre Steve Van Zandt, alias Little Steven, guitarrista, actor en Los Soprano y Lilyhammer, y locutor radiofónico. “Desde siempre, entre ambos hubo un nexo de corazón con corazón y alma con alma”, dice Bruce en sus memorias, en las que recuerda que en sus batallas de bandas en Asbury Park, tocando en grupos distintos, “formamos una sociedad de admiración mutua”. Y a pesar del distanciamiento, cuando le abandonó temporalmente durante la grabación de Born in the USA, The Boss le despidió con un “buona fortuna, fratello mio”.

El nuevo álbum de Little Steven y sus The Disciples of Soul (“un cambiante grupo de inadaptados, pícaros y currantes”) llega apenas dos años después de su aclamado regreso en solitario, Soulfire, un vitalista y fogoso artefacto de rock soul que tiene un digno sucesor en Summer of sorcery, un álbum de 12 canciones grabadas en el estudio neoyorquino de este gitano con bandana y producidas con la ayuda del director musical y guitarrista de su grupo, Marc Ribler (Darlene Love, Roger McGuinn, Carole King) y colaboraciones de habituales de Springsteen como Bob Clearmountain.

El nuevo repertorio se aleja de la visión “personal y política” de sus primeros discos de los 80. “Quería grabar nuevo material pero más narrativo, más de ficción”, explica Steven. Su propósito era regresar a los discos de su adolescencia. A los viejos tiempos, pero con la sapiencia de quien ha pateado miles de escenarios. “El concepto del disco, a grandes rasgos, era capturar ese primer sentimiento que tienes cuando llega el verano. La electricidad de ese sentimiento de tener frente a ti ilimitadas posibilidades, de enamorarte del mundo por primera vez. He creado escenas cinematográficas en audio que te hacen sentir como cuando llega el verano. Estoy muy orgulloso”, aclara.

Impulsado por sus guitarras y las de Ribler, así como por la dinámica y potente sección de metales liderada por el saxofonista Eddie Manion (Diana Ross, Springsteen, Johnny Southside), Steven entrega un arrebatador y vitalista ejercicio de rock’n’soul de la vieja escuela con una decena de temas originales y dos recuperaciones: Suddenly you, de la serie de Netflix Lilyhammer; y Education, ya editada en su disco de 1989, Revolution. “El sistema educativo necesita reformarse y ser mejorado”, reivindica el estadounidense.

Esa canción, que suena entre el funk de James Brown y la psicodelia, es la única del álbum de contenido social y político, junto al rock funk Gravity, que habla sobre “prejuicios y poder”, y parece un alegato antiTrump. El resto remiten al verano, a la playa y el paseo marítimo, al amor joven y la lujuria desenfrenada, a la inocencia... Especialmente, el tema titular y su cumbre, que cierra el álbum. Con sus más de 8 minutos, evoca a Jungleland, a Rimbaud y Van Morrison en su viaje épico y cinematográfico centrado en el embarcadero de New Jersey (su particular Avalon), con un solo de saxofón que aplaudiría el inolvidable Clarence Clemons.

romántico empedernido El resto del álbum navega por territorios guitarreros vintage en Superfly Terraplane; el soul garajero en el caso de Communion; el sonido blaxploitation de los 70 en Vortex; el blues en I visit the blues; el sonido latino, con ecos de Pérez Prado y Tito Puente y una guitarra del mejor Santana, en Party mambo!; el sonido de los guateques de los 60 a lo Phil Spector en A world of our own; y al mejor soul, amoroso en Love again y desenfrenado, modelo Sam Cooke, en Soul power twist.

Son canciones en las que este “romántico empedernido” le canta al amor, el sexo, la armonía y la comunión humana, y plantea el baile como “dulce venganza” contra el sufrimiento. La gira de presentación de estas canciones llegará a Bizkaia el próximo 15 de junio, a Sondika, a las instalaciones de La Ola, en el marco del festival BBK Music Legends. Allí, Little Steven y su multitudinario grupo, reforzado con tres coristas de color, actuarán junto a The Beach Boys, Ben Harper, Suzanne Vega y Paul Collins, entre otros artistas. Las entradas de día cuestan 55 euros, más gastos, y el bono para ambas jornadas, 95.