Arte, lana, leche y carne. Cuatro patas como las de la oveja autóctona sobre las que se sostiene su proyecto de vida y que juntas “conforman un todo”. Con el fin de evitar la desaparición del pastoreo con la pérdida de riqueza social y cultural que conllevaría, la asociación cultural de Karrantza nacida en 2015 ha organizado un encuentro agroganadero y creado la residencia del buen vivir, que resume su filosofía acercando al valle a artistas que plasman la experiencia en sus obras. Con su última iniciativa, Mutur Beltz sube un escalón más para la puesta en valor de la materia prima local al crear prendas y complementos con lana de oveja autóctona, que “aquí nunca se había comercializado”, explican Joseba Edesa y Laurita Siles, la pareja que ha dado vida a la asociación.Bolsos que llevan por nombre diferentes barrios de Karrantza y chaquetas representan el camino recorrido “desde la cuadra a la plaza, desde la esquila al diseño, desde el ordeño a la dinamización cultural, trabajamos la revalorización de la lana” tanto en la parte que atañe al campo “a través del manejo ovino” como al mercado textil. En conjunto, la tarea de Mutur Beltz “consiste en preservar y generar nuevas herramientas para la conservación y mejora del patrimonio cultural y natural vinculado a la tradición pastoril”, desgranan.

A partir de 2017 decidieron “colectivizar el problema, comprando a un precio justo de un euro por oveja la lana a la mayoría de los pastores de la Asociación Vasca para la Defensa y Protección de la Oveja Carranzana Cara Negra (Avascane)”. Fue también entonces cuando “ideamos la posibilidad de utilizar la lana vasca para el relleno de chaquetas, realizando la investigación junto a Ternua Group para dar lugar a Artileshell: un relleno interior de chaquetas, encargado de aportarnos aislamiento y mantenimiento del calor corporal” que presentaron en público tres años más tarde.

2020 se reveló como un año para no olvidar, no solo por la pandemia, sino porque avanzaron en “otro proyecto de investigación para la creación de tejidos 100% de lana vasca a partir de nuestro hilo con el objetivo de convertir esta materia prima en un producto de primer nivel con tejidos de lana de oveja carranzana para prendas y complementos: Mutur Beltz Wool Fabric”.

Tejido con propiedades

Casi recién salidos del confinamiento, ese verano viajaron a Payrin-Augmontel (Francia) “para conocer el taller Passe-Trame fundado en 1990”. Una “pequeña tejeduría que trabaja desde hace años en el renacimiento de la industria lanera” donde, “a partir de la lana de oveja carranzana, que actualmente no tiene ningún valor, hemos podido generar un tejido novedoso, una innovación sostenible en producto, ya que estos tejidos poseen propiedades muy técnicas”. Así, esta lana “puede ofrecer protección UV, control de la humedad por su higroscopicidad, alta resistencia térmica, transpirabilidad, absorción química tóxica, absorbe tanto el frío como el calor...” de la que quieren “proveer a diseñadores y empresas textiles” con la novedad de que “nunca antes se había trabajado de forma industrial”. En la fase final del trayecto han unido fuerzas con el diseñador Alberto Sinpatrón, la firma experta en tintes naturales de plantas cultivadas en la huerta Tintatoki, Mercedes Giraut y Teresa, de Le couture Bilbao. En su página web muestran los diseños: bolsos, chaleco, chaqueta de hombre y mujer. “Mucha gente de Karrantza reside fuera y nos escriben para preguntar sobre el bolso que lleva el nombre de sus respectivos barrios”, otra manera de fusionarse con el valle.

“Los interesantes resultados de 2021 nos abren un abanico de posibilidades con Mutur Beltz Wool Fabric: una serie diferenciada de textiles técnicos compuestos de lana 100% y que serán destinados para prendas, complementos, tapizados, decoración e interiorismo”, repasan. De cara a este 2022 “confiamos en poder alcanzar esta serie de investigaciones y ampliar nuestros canales de comercialización con el objetivo de cumplir el sueño de poder recoger, comprar y transformar toda la lana que se genera en nuestro valle, alcanzando nuestro reto real de economía circular”.

Quieren construir “un producto de futuro” afirmando que Mutur Beltz “contribuye a mantener la ganadería del valle de Karrantza, ayudan a salvar la especie de la extinción, protege el paisaje y potencia el comercio local, creando economía circular, ya que pagamos un precio alto a los pastores”.

La oveja carranzana “forma parte de nuestro pasado más cercano y sostenible, pero actualmente se encuentra en peligro de extinción debido a la incapacidad de dar respuesta económica a las materias primas que produce; el pasado pastoril es el responsable del paisaje que hemos heredado, por ello tiene un significado muy importante, en nuestra cultura y en nuestra biodiversidad”. Esta iniciativa “trata de englobar toda la cadena de valor, haciendo partícipes en el proceso a todos los agentes: los pastores, los esquiladores, los seleccionadores de lana, las industrias textiles, los productores de prendas y los consumidores”.

En el período de esquila “entre mayo y junio” visitan “caserío por caserío a los catorce pastores del valle”. De esta forma, “disminuye el impacto medioambiental en su entorno local, ya que a día de hoy la lana se trata como residuo” desechado ante la creencia de que no resulta rentable. En este proceso de auzolan “se facilita la limpieza de las cuadras y la selección de los vellones y al finalizar la temporada se lleva a cabo una cena para todas las familias, con el fin de analizar colectivamente los resultados obtenidos”.

Lavaderos artesanales

Con la lana ya en sacas “emprendemos una ruta hacia su transformación eligiendo el compromiso de la búsqueda de procesos e iniciativas que ofrezcan servicios capaces de asumir nuestros principios”. El lavado persigue “separar de las fibras, la grasa y otras sustancias extrañas, pero sin remover la materia vegetal”, un procedimiento que se complica aún más por la búsqueda de un lugar que acepte cantidades pequeñas porque “la mayoría exigen una cantidad mínima y los costes son elevados”.

Hace cinco años, Joseba y Laurita tuvieron que viajar hasta la región francesa de Auvernia “a una empresa familiar que produce ropa de cama ecológica de lana de oveja desde 1898 y allí, lavamos por primera vez nuestra lana en un proceso industrial”. Después se han desplazado a Mota del Cuervo, en Cuenca, a otra empresa familiar “que trabaja en el sector textil lanero desde 1935 y que dispone de uno de los pocos lavaderos industriales activos en la península y además está especializada en la manufactura de lana y la fabricación de hilados”, en su caso, con el sello de Karrantza.

Por Internet. Los artículos se pueden adquirir a través de la página web de Mutur Beltz, www.muturbeltz.com, accediendo al apartado de la tienda.

Ropa y complementos. Calcetines, una parka y un chaleco de mujer, una chaqueta bomber para hombre o patucos para niños y adultos, así como lana en ovillos, madejas y cardada forman el catálogo de productos.

49

Joseba Edesa y Laurita Siles desean rendir homenaje a los 49 barrios de Karrantza con un bolso que lleve el nombre de cada uno que irán comercializando progresivamente, bajo la firma de Alberto Sinpatrón.