¿No quieres caldo? Taza y media. Es lo que le está pasando, y así lo denuncia, la familia cuya vivienda habitual en el número 32 de la calle funicular del barrio de La Escontrilla fue okupada el pasado 28 de junio por varias personas, entre ellas varios menores algunos incluso de corta edad. Los okupas lejos de abandonar la casa se permitieron el lujo de amenazar de muerte, de lanzarles a los perros, a los legítimos inquilinos de la vivienda. Una circunstancia que ha dado lugar a que los familiares -que fueron a la casa acompañados de varios medios de comunicación a los que se recibió con una pedrada- se personaran en las dependencias de la policía municipal para presentar la oportuna denuncia.

Una denuncia que se sumará al expediente en poder del Ayuntamiento de Trapagaran cuyo alcalde, junto con responsables de la policía municipal y técnicos del Área de Bienestar social mantuvieron una reunión con los familiares de la vivienda okupada. En este sentido, el alcalde Xabier Cuéllar, tras mostrar su preocupación por Jesús Sánchez, el octogenario que llevaba viviendo 65 años en la casa ahora okupada, abogó "por la mediación para conseguir que salgan por su propio pie y evitar de esta forma, que pueda producirse una movilización vecinal contra la okupación".

Según subrayaron desde el Consistorio, los okupas no están empadronados en Trapagaran; "al parecer, proceden de Sestao; y podrían perder las ayudas sociales, en caso de estar recibiéndolas; algo que desde el Ayuntamiento nos comprometemos a comprobar". Paralelamente, los servicios sociales del Ayuntamiento estudiarán la situación de los niños pues la casa se encontraba en proceso de reforma. El sobrino de Jesús, José Antonio Pardal, comentó a DEIA que estaba realizando diversas obras en la vivienda para cuando volviera su tío, ya que "no reúne las condiciones de habitabilidad necesarias".

Por último, los responsables municipales precisaron a los familiares que se hará vigilancia desde la Policía Municipal "para evitar incidentes, porque es una situación que nadie puede entender que ocupen algo que es tuyo, máxime cuando el sobrino había empezado trabajos de reforma de la casa y no le permiten seguir con las obras pertinentes". La familia mientras tanto duda de la efectividad de la vigilancia "porque vecinos ya nos han alertado de varias furgonetas en las que se han estado llevando cosas de la casa", indicaron los afectados.