Los municipios de Barakaldo, Abanto-Zierbena, Muskiz, Ortuella, Santurtzi y Sestao han suspendido sus fiestas patronales porque la alerta sanitaria provocada por el COVID-19 no garantiza que los festejos puedan desarrollarse en condiciones de seguridad.

En un comunicado conjunto, los seis ayuntamientos han señalado que han decidido suspender las fiestas patronales, que se iban a celebrar entre mayo y julio, "tras un proceso de deliberación en el que se han valorado diferentes escenarios".

Han considerado "un ejercicio de responsabilidad" la suspensión de los festejos y han anunciado que se van a emplear 1,5 millones de euros, previstos para la organización de las fiestas, en "reforzar los programas de ayudas a los colectivos más vulnerables".

El dinero se destinará a los servicios que se están poniendo en marcha, así como a los ya existentes, para "dar la máxima cobertura posible" a comerciantes, sector hostelero, autónomos, microempresas y personas o colectivos vulnerables.

Han destacado que las fiestas son "un revulsivo económico" y que generan "una importante actividad económica", y han señalado que la decisión de suspenderlas "ha sido especialmente difícil" porque ese impacto económico no repercutirá "en el tejido empresarial de los diferentes pueblos".

Los seis ayuntamientos han indicado que "a día de hoy nada garantiza" que la mayoría de locales que pudieran verse beneficiados de este impacto "puedan para entonces ejercer su actividad, o al menos en condiciones plenas".

Han señalado que "a día de hoy no están garantizadas las medidas necesarias en materia de seguridad e higiene para poder celebrar las fiestas sin riesgos" por lo que "no sería responsable empezar a hacer contrataciones y programar actos sin saber si estas van a poder celebrarse".

Además, han agradecido a las comisiones de fiestas y grupos que participan en la elaboración de los programas, las aportaciones y el trabajo que siempre han hecho, así como su "comprensión y empatía" con respecto a esta decisión.