- El municipio minero de Abanto-Zierbena está sorteando la crisis sanitaria del covid-19 con el carácter que mejor define a las gentes de esta comarca ante situaciones desfavorables: la unidad y la solidaridad para afrontar esta pandemia que de momento se salda con tan solo 15 vecinos que han dado positivo por coronavirus. Un respeto ejemplar en el confinamiento y un corpus de unas treinta personas -entre funcionarios, agentes cívicos y subcontratas- que atienden a los vecinos, entre los que hay cerca de 400 personas más o menos vulnerables, hacen que los abantoarras afronten con entereza la permanencia en el túnel de esta crisis.

Imagino, alcaldesa, que en estos números mucho tendrá que ver las medidas de confinamiento impuestas por las autoridades sanitarias. ¿Cómo ha reaccionado Abanto-Zierbena a la crisis?

—En Abanto-Zierbena comenzamos con 2 positivos y hemos incrementado los datos, aunque no todos los días, hasta alcanzar los quince positivos, una cifra de contagiados que es esperanzadora y nos anima a seguir volcados en las medidas preventivas que se han puesto en marcha. La gente está respondiendo de una manera ejemplar, de diez diríamos. De hecho en todo este tiempo, desde el día 14 de marzo tan solo se han puesto doce sanciones, algunas por reiteración, y el resto leves por el incumplimiento de las normas de confinamiento. La labor fundamental de la Policía ha sido sobre todo atender desde la cercanía y desde la información y de la educación.

Una labor dificultosa debido especialmente a la dispersión de núcleos que tiene el municipio.

—La gente está llamando mucho para contrastar y aclarar y asegurarse de si pueden o no salir a la calle sin saltarse las limitaciones impuestas a las personas por las autoridades de los gobiernos vasco y central.

Eso en el caso de personas que no necesitan ayuda especial, porque Abanto cuenta con dos residencias de ancianos e imaginamos que Bienestar Social tendrá otro importante número de persones bajo su tutela. ¿Cómo afrontan la atención a este sector social?

—En Abanto efectivamente tenemos dos residencias (una privada), con las que estamos permanentemente en contacto y en las que afortunadamente no hay ningún caso de contagio lo que habla del buen trabajo que se está llevando a cabo. Estamos en coordinación y en el caso de Sanfuentes dentro de sus medidas nos comentaron la necesidad de llevar a cabo alguna desinfección por parte de los bomberos y de hecho se ha llevado a cabo este pasado sábado. Un contacto permanente para transmitirles también un mensaje de ánimo a los que están allí confinados.

¿Qué medidas ha exigido esa atención pormenorizada?

—La calidad humana de nuestra gente es la que nos está permitiendo dar una vuelta de calcetín al funcionamiento ordinario. Se ha hecho por parte de la gente del Ayuntamiento un gran esfuerzo de reorganización para estar 24 horas pendientes de la atención a los vecinos, de los más vulnerables e incluso de las empresas y comercios. Este mismo fin de semana hemos estado atentos al nuevo decreto, para adaptar los servicios a los que en él se exige y que ya prestamos a cerca de 400 personas. Ahí están trabajando, de manera transversal, un importante grupo de personas -cercano a las 30- que atienden a los mayores sin olvidar a las personas dependientes, a las familias desestructuradas y a todas aquellas afectas a los diferentes programas que se han ido poniendo en marcha desde Bienestar Social.

Covid-19 es una crisis de afección humana pero los humanos también son trabajadores. ¿Puede el coronavirus devenir en nuevas situaciones de precariedad que exijan medidas extraordinarias?

—La urgencia ya nos ha llegado en forma de algunos casos concretos a los que ha habido que ayudar. A cerca de una docena de personas se ha proporcionado alimentación básica que se ha adquirido en establecimientos del municipio. Al mismo tiempo se están aprobando nuevas Ayudas de Emergencia Social (AES). Estamos haciendo una revisión de las AES que hemos agilizado al máximo posible para facilitarlas a sus destinatarios. De hecho, estas ayudas son ahora mismo una prioridad en el Departamento de Intervención

Todo este tipo de medidas de carácter extraordinario ¿qué repercusión va a tener en los presupuestos municipales?

—La prioridad absoluta en el Ayuntamiento de Abanto-Zierbena es que todo el gasto que se lleve a cabo ahora sea para la gestión del coronavirus. Lógicamente el Departamento de Acción Social tiene un gran peso en el presupuesto pero también se ha tenido que tramitar toda una batería de productos de seguridad (EPIS) para todos los equipos, además de desinfecciones y ayudas. Obviamente el covid-19 nos exige una capacidad económica. Para actuar con responsabilidad, lógicamente, esta situación nos aboca a tener que plantearnos que habrá que revisar el presupuesto de 2020. Ahora la necesidad obliga pero llegarán semanas o meses en las que habrá que dar una vuelta importante a los presupuestos donde seguro tendremos un afección negativa que nos obligará a articular las políticas municipales para responder a los efectos que va a tener. En ese horizonte, ¿no teme que asomen los apuros de las pymes que han debido cerrar?

—Sin duda. Y desde ayer también para la construcción y el tejido industrial.

"La gente está respondiendo de manera ejemplar, de diez diríamos. En todo este tiempo tan solo se han puesto doce sanciones"

"La prioridad absoluta en el Ayuntamiento de Abanto-Zierbena es que todo el gasto que se lleve a cabo ahora sea para la gestión del covid-19"