“Alguien se fue de la boquilla y al final yo tuve que hacer que me llevaba la sorpresa aunque bueno, lo mismo da. Para ambos ha sido una forma de corroborar ante nuestros amigos, conocidos y en el marco de una fiesta popular nuestra apuesta común. Igual esta celebración de la Euskal Eskontza abre el paso para la otra, la legal”, vaticinaba el joven Adolfo, empleado de una empresa cárnica, que ayer se reconocía “encantado” con la representación programada por el Área de Euskera del Ayuntamiento de Ortuella en colaboración con la OGA y el apoyo del grupo de txistus y dantzas de Urioste.

Una celebración que además puso de relieve que en los compromisos esponsales, en Euskadi hay que añadir a lo de “en lo bueno y lo malo, en la salud y en la enfermedad, lo de con lluvia o sin ella al menos para el día de la boda. No en vano ayer la Euskal eskontza fue un acto poco propicio para utilizar los modernos drones fotográficos porque solo hubieran podido retratar el mar de paraguas que acompañó a las comitivas de ambos contrayentes.

Especialmente la que padeció Estizen, la joven treintañera de Urioste, que apenas se subió al carro de bueyes con la dote familiar empezó a notar como la fina lluvia comenzaba a superar el estadio de sirimiri empapando los bienes que aportaba al compromiso marital. No obstante, ni siquiera la lluvia pudo vencer la sonrisa de esta joven profesora de Jantoki en Trapagaran que por momentos fue la luz que alegraba la comitiva que acudía a la plaza del Ayuntamiento para oír las capitulaciones matrimoniales en un carro tirado por una yunta de bueyes retintos, Txulo y Alegre, nacidos en Sevilla hace 5 años y con 1.100 kilos de peso cada uno.

Dos animales traídos a Ortuella por su propietario de Gatika al que más de uno impusieron respeto cuando intentaron hacerse una foto con su yunta de fondo a al lado. Ajenos a la expectativa urbanita, los bueyes arribaron a la plaza sin contratiempos para reunir a los contrayentes en esta ceremonia enmarcada en los diversos actos programados en las Euskal jaiak de Ortuella que cumplen un nueva edición de fomento del euskera y de la cultura vasca en el municipio minero.

'HEMEN BAI'

Entre ellos cebe destacar la campaña Hemen Bai cuyo objetivo ha sido promover el hábito de pedir consumiciones en euskera en los establecimientos hosteleros de Ortuella para después extenderlo a los comercios de la localidad. En total son 22 los bares que participaron en esta iniciativa, que lucía una pegatina identificativa indicadora de su participación en la campaña. Asimismo, como inicio de Hemen Bai se colocaron unos carteles en los propios bares con sencillas indicaciones para sus clientes. Estas palabras en euskera les permitirán expresar correctamente en euskera: Qué y cómo pedir su consumición, pintxo, cuanto costaba?

Otro puntos reseñable de esta edición ha sido la participación de las bertsolaris Maite Sarasola y Iratxe Ibarra que prodigaron sus parabienes hacia la feliz pareja con una métrica muy aplaudida por los asistentes y que posteriormente alegraron los oídos de los asistentes que acudieron a la plaza Otxartaga para seguir el resto de actos de las Euskal jaiak como la V edición de la feria de artesanía o el concurso de Putxeras al que concurrieron más de 30 cuadrillas. Buena parte de esas alubias calmaron el apetito de los 300 invitados de la Euskal Eskontza en la que Estizen y Adolfo se dieron un sentido si quiero bajo la lluvia.