Berango - Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2011 sobre atropellos y velocidad estableció que el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello se reduce como mínimo cinco veces si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 kilómetros hora en lugar de 50. Con el objetivo de convertir Berango en un municipio más seguro, habitable y amable, la localidad se ha sumado al proyecto que propugna que las ciudades adopten la primera cifra.

Mediante esta iniciativa, se apuesta por reducir la velocidad a 30 kilómetros por hora de todo el tráfico rodado urbano. "En realidad, el límite de velocidad máximo de 30 kilómetros por hora ya estaba fijado prácticamente en todo el municipio, solo quedaban algunos tramos aislados", aclaran desde el Ayuntamiento berangotarra.

Así, con las limitaciones que se van a aplicar próximamente, todo el perímetro urbano del municipio queda regulado a dicha velocidad. No obstante, existen algunas excepciones donde la velocidad máxima permitida es de 20 kilómetros por hora. Es el caso de la calle Sabino Arana, que tras la reurbanización integral ha sido configurada como "zona de convivencia", dando protagonismo al peatón, para que prevalezca sobre la circulación. También está limitado el entorno del colegio público Berango Merana en Simon Otxandategi etorbidea. Los tramos donde próximamente se circulará a 30 kilómetros por hora son: calle Gorrondatxe, entre Kurtze y Aizkorri, ahora de 40; Sabino Arana, en el tramo desde Eroski hasta el límite con Sopela, actualmente de 50 kilómetros por hora, y Simon Otxandategi Etorbidea, en la zona de Axgane, también de 50.

Según subraya el Consistorio berangotarra, esta actuación redundará en beneficio de seguridad, sostenibilidad y salud. "Al limitar la velocidad de los vehículos a 30 kilómetros por hora, se incrementa la seguridad vial, reduciendo el número y la gravedad de los accidentes, puesto que a menor velocidad se reduce el espacio de frenado". Al mismo tiempo, señalan, "mejorando la seguridad se fomentan los desplazamientos a pie y en bicicleta, lo que conlleva a una vida más activa, menos sedentaria y más saludable". Además, a menor velocidad, "la velocidad es más uniforme, con menos acelerones y frenadas. Se disminuye la contaminación acústica y la contaminación atmosférica".

De este modo, esta medida busca dar respuesta a las necesidades detectadas en el proyecto Berango, pueblo de la infancia y la Adolescencia para "hacer compatible el tráfico de vehículos con la seguridad de los menores a la hora de desplazarse. Igualmente, también subsana las necesidades detectadas en el proyecto Ciudades Amigables con las personas mayores que se lleva a cabo en Berango desde 2017.