LA lluvia no fue impedimento para que la procesión del Nazareno saliese a las calles de Bilbao. Aunque, el mal tiempo fue responsable de los nervios y la incertidumbre que se vivieron ayer varios minutos antes de que el reloj marcase las ocho y media, hora en la que estaba prevista el inicio de la marcha de Semana Santa.

“Está lloviendo un montón, así no salimos. Así no se puede”, se escuchó decir a varios cofrades, quienes no pudieron fingir su nerviosismo. Sin embargo, al final pudieron seguir con la tradición de la Semana Santa pero con una gran diferencia: los pasos de Santa María Magdalena y Nuestra Señora de la Soledad no salieron a las calles. Tras cubrir con un chubasquero el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno y salir por la puerta de la quinta parroquia, solo se escucharon los aplausos de todas las personas que aguardaban su espera. “Menos mal, al final va a salir”, dijo María Jesús, una mujer de 70 años que según contó, acude “año tras año” para “pedir salud para mí y todos los míos”. Los tambores y las trompetas comenzaron a retumbar en la entrada de la quinta parroquia y las sonrisas de los asistentes, quienes se refugiaron entre los paraguas, se hicieron notar. El paso salió y, tras el, el recién nombrado obispo auxiliar, Joseba Segura.

Por primera vez en su historia, el itinerario de la Procesión del Nazareno no finalizó en la quinta Parroquia, desde donde partió, sino que puso punto y final a su procesión en la plaza del Corazón de María, donde se realizaría un encuentro entre María Magdalena, Nuestra Señora de la Soledad y Nuestro Padre Jesús Nazareno, un acto que la lluvia impidió que surgiera. Así, la cofradía del Nazareno salió en solitario y recorrió las calles Hurtado de Amezaga, plaza Zabalburu, San Francisco, Cortes, Cantalojas, Conde Mirasol, San Francisco y la plaza Corazón de María.

Precisamente, según los organizadores, acortar la procesión “permite que los cofrades puedan llegar a tiempo para coger el transporte público y se elimina el tramo final de San Francisco que, por lo avanzado de la hora, había menos público”. Además, la modificación del recorrido también se pensó para poder finalizar en un espacio más amplio para disfrutar del cierre de la procesión y sus saetas. De hecho, la primera de ellas se cantó en la calle Cortes por el veterano Vicente Salinas, quien le pasó el testigo a Juanjo Navas, un cantaor flamenco, que el año pasado cantó por primera vez dos coplas en euskera; un acto que fue muy aplaudido por el público también este año.

Las saetas se cantaron tanto en el recorrido tradicional como en el encuentro final en el corazón de María. Así, como cada año, miles de personas se reunieron en las calles para no perder detalle de esta procesión.

Los pintxos se van de procesión De la misma manera, aprovechando también la devoción de muchos de los presentes por la gastronomía vasca, también tuvo lugar en los barrios de San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala el evento Pintxo Nazareno, una actividad organizada con la colaboración de 24 locales hosteleros de la zona, donde los bares que participaron ofrecieron un pintxo especial Nazareno por tan solo 1 euro para celebrar las fiestas.

Hoy será el turno de la procesión de La Piedad, que partirá a las 20.30 horas desde la parroquia San Nicolás de Bari. La Cofradía de Nuestra Señora de la Merced portará el único paso de la procesión, el de Nuestra Señora de la Piedad.