BILBAO - Cuatro años después de las elecciones municipales, las encuestas sitúan a Juan Mari Aburto en un escenario excepcional para repetir como alcalde de Bilbao, rozando la mayoría absoluta. Apuesta por el diálogo y la colaboración y confiesa que los contactos personales le dan ilusión para seguir adelante. Bilbao tiene muchos proyectos en marcha pero el alcalde señala que este ha sido el mandato de la accesibilidad, porque es lo que realmente mejora la vida de los vecinos.

Su trayectoria política es amplia pero ser alcalde implica una relación de cercanía con los vecinos. ¿Es difícil?

-Para mí, la cercanía es algo muy importante en mi forma de ser y de concebir cómo debe ser el Ayuntamiento y un alcalde. Cercanía, responsabilidad y compromiso son tres cualidades que intento trabajar. Y cuando se me acerca un vecino para darme las gracias por haber puesto un banco para que se pueda sentar es una maravilla. Esos contactos personales me dan mucha fuerza para seguir adelante con ilusión.

¿Es necesario que el alcalde esté en todos los actos públicos que se celebran en Bilbao?

-No sé si un político tiene que estar, tengo una cierta trayectoria y la gran diferencia de ser alcalde con el resto de cosas que me ha tocado hacer es precisamente la cercanía y la intensidad. La intensidad es enorme. Bilbao es una ciudad dinámica, activa. Hay vida a todas horas y yo procuro estar en todos los sitios donde la presencia del alcalde es requerida. Detrás de cada uno de esos eventos hay mucho trabajo. A veces por nuestra parte y otras, por parte de quienes los organizan. Y la gente quiere que el alcalde esté presente. Aunque supone un esfuerzo me gusta. Supone devolverles todo lo que ellos hacen durante el año para que la ciudad esté viva. Por eso, creo que es importante estar, aunque a veces sea a horas en las que apetece estar en casa. Pero, la vida de un alcalde son las 24 horas del días los 365 del año.

Sus colaboradores más estrechos le consideran un hombre sensible, sus adversarios políticos le acusan de no encajar bien las críticas. ¿Qué hay de una y otra apreciación?

-Soy una persona sensible. Una persona que tiene sentimientos y a veces están a flor de piel. No tengo doblez, no hago teatro. Si estoy triste, se me nota y si estoy contento, también. Las críticas políticas las aguanto bien y no puede ser de otra manera, pero quizás, a veces, me afecte más esa crítica que es más personal. El mundo de la política es de tejer complicidades, muchas veces con gente diferente, de buscar acuerdos, y yo estoy contento de los acuerdos que hemos alcanzado en este mandato, también con la oposición. En política cada vez más se exige más diálogo y colaboración frente a ese binomio gobierno-oposición. Yo, desde luego, voy a trabajar para que nos podamos encontrar y sumemos porque seremos fuertes y Bilbao lo va a agradecer todavía más.

Las últimas encuestas le sitúan a un paso de la mayoría absoluta. ¿Esperaba estos primeros pronósticos?

-Las encuestas son eso, encuestas. La verdadera es cuando la gente vaya a votar y confirme esos resultados. Los sondeos marcan una tendencia y es importante, pero hay que seguir trabajando. No hay que confiarse, hay que trabajar hasta el último día. Lo más importante es trabajar la confianza de la gente. Por eso quiero trasladar un mensaje y es que las necesidades de los bilbainos y bilbainas son las mías; sus alegrías y sus tristezas, también. Bilbao es una ciudad que tiene que ir acompasada.

Usted que defiende la bondad de pactar y tejer entre diferentes, si no lo necesitara, ¿volvería repetir gobierno con el PSE?

-Creo que al final hay que tejer complicidades. La ciudadanía nos demanda estabilidad, certidumbre, confianza. En Bilbao fuimos el primer Ayuntamiento del Estado que antes del pleno de toma de posesión teníamos un pacto firmado. Eso ha sido muy importante y nos ha dado mucha estabilidad. El pacto ha funcionado bien: dos partidos políticos diferentes, pero que hemos sabido poner en el medio aquello que nos une y sobre todo trabajar en beneficio de la gente. A mí esto me gustaría ampliarlo a la oposición donde hemos conseguido múltiples acuerdos en todos los plenos. A partir de ahí, ¿qué nos va a deparar el futuro? Yo soy un hombre que busca la colaboración y lo voy a seguir haciendo desde la posición que sea y que es la que va a marcar la ciudadanía. Por tanto, lo primero, respeto a la gente; lo segundo, hablar con todos, y lo tercero, buscar un acuerdo que dé la mayor estabilidad posible. En ese sentido no oculto que el acuerdo con el Partido Socialista da estabilidad. Y a mí tener una ciudad cohesionada me parece un bien a conservar.

La discrepancia más sonora con su socio ha sido respecto al peaje de entrada a Bilbao. ¿Qué es lo que piensa de ese tema?

-Lo que pienso es que hay que ir tomando medidas disuasorias en las ciudades para que el coche no sea el principal protagonista de la vida de una ciudad, sino el vecino. Bilbao es una ciudad en la que el peatón gana cada vez más espacio y nuestro planteamiento de futuro tiene que seguir siendo así. La bicicleta tiene que ganar espacio. De hecho, con la eléctrica, los barrios son también protagonistas. El transporte público tiene que ser nuestra seña de identidad. Tenemos una red de transporte público que es la envidia de muchas ciudades. Además es una urbe muy manejable. Por eso digo que hay que establecer medidas disuasorias con respecto al coche.

¿Peaje, impuestos?

-Medidas que tienen que ir en positivo hacia los otros medios de transporte. A partir de ahí definimos un Plan de Movilidad Urbana Sostenible. Y en ese plan se establece la posibilidad del cobro en el acceso a las ciudades, a determinadas partes de la ciudad, a determinados vehículos y cuando haya riesgo medioambiental o de salud. Estamos hablando de una posibilidad a muy largo plazo, siempre que se den condiciones que hoy por hoy no se dan. Por lo tanto, no soy de peajes, porque así está firmado en ese pacto.

La accesibilidad era uno de los retos más ‘domésticos’ de Bilbao, ¿lo ha conseguido?

-Bilbao es muy pequeño, 44 o 45 kilómetros cuadrados y ese botxo tan querido para nosotros enseguida nos lleva a barrios altos, como Arangoiti, Artazu, Altamira, Monte Caramelo, Kobetamendi, Mazustegi... Tantos y tantos. Y en estos barrios altos vive mucha gente mayor. Por lo tanto, esa gente tiene necesidad de una buena accesibilidad y lo hemos trabajado como un gran proyecto de ciudad. En números redondos, hay en torno a cuarenta ascensores en Bilbao de los que veinte se han puesto en marcha o se están habilitando en este mandato. Ha sido el mandato de la accesibilidad, nuestro gran proyecto. Ocurre que si pones un ascensor en La Pinza, calzada de Mallona quiere el suyo. O Ciudad Jardín... donde tenemos proyectos para el siguiente mandato porque en esto hay seguir avanzando. La accesibilidad se consigue también con esos pequeños rebajes de acera.

Hay temas que han agotado la legislatura. Los vecinos de Zorrotza siguen expectantes.

-Mi primer proyecto es la defensa de los intereses de Bilbao y en este caso de los intereses de los vecinos y vecinas de Zorrotza. Dijimos desde el primer momento que queríamos que el tren estuviera soterrado. Nos hemos comprometido con presupuesto para garantizar ese proyecto y confiamos que la otra parte asuma su parte.

¿Y la nueva Termibus?

-Es un proyecto que en sus inicios generaba algunas dudas por tratarse de un proyecto fallido en la contratación y quiero ser muy agradecido con los vecinos del entorno por las molestias que han sufrido. En julio o agosto, lo normal es que estemos haciendo pruebas en la nueva Termibus y en septiembre esperemos que esté ya funcionando la nueva estación.

El Pacto de Seguridad consiguió una foto inédita de unión de todo el Ayuntamiento, pero los delitos han aumentado.

-Se habla mucho de seguridad desde el ámbito de los medios de comunicación, se incide mucho y se da una especie de altavoz a cuestiones de inseguridad que puedan pasar, que ocurren y no hay por qué ocultar, pero hay que leer un poco también esos datos y acompañarlos del conocimiento porque cuando aumentan los delitos aumentan también las actuaciones y las detenciones. La eficacia policial se está incrementando. Y es fundamental que seamos capaces de desarrollar ese modelo de policía de cercanía. Que seamos capaces de desplegar agentes en todos los barrios. Nuestro gran compromiso es tener gente en la calle, 130 personas incorporadas el año pasado y otras cien realizando estos días cursos de formación en Arkaute para el próximo agosto es estar en las calles de Bilbao. No hay ningún Ayuntamiento en el Estado que esté incorporando tanta gente a la plantilla de su policía. Con las medidas que estamos adoptando, la percepción de seguridad irá mejorando porque para nosotros la seguridad es una prioridad absoluta, la primera de las prioridades.

¿Será el alcalde que inaugure el Tren de Alta Velocidad?

-El TAV no es solo un proyecto de conectividad es también un proyecto social. Nos va ayudar a regenerar definitivamente Bilbao La Vieja con un espacio de 90.000 metros cuadrados. Lo importante es que esté, da igual quién lo inaugure y yo voy a trabajar cada día para que el Tren de Alta Velocidad esté en 2023. Es una obra muy importante y vamos a trabajar de la mano del Gobierno vasco para que sea viable ese año, pero hace falta que en el otro lado se vayan cumpliendo esos compromisos. Por eso es importante que de las elecciones generales salga un gobierno estable que cumpla con los compromisos adquiridos y confío en que el PNV es quien mejor va a defender los intereses de Bilbao y Euskadi.

Zorrotzaurre sigue siendo un punto débil para el agua pese a la isla.

-Somos una ciudad con una ría por el medio. Zorrotzaurre es un gran proyecto. Es seguir con la transformación de Bilbao, con ese desarrollo de isla del conocimiento, de isla del talento, con ese proyecto de ciudad universitaria que supone rejuvenecer Bilbao. Por tanto, es importante que se adopten las medidas que hagan que la vida en Zorrotzaurre sea normalizada. Hay varias cuestiones que tienen que ver con la inundabilidad y en ese sentido la apertura del canal no es la única. Tiene que ir acompañada de otras que se están dando como son los dos tanques de tormenta y la elevación de la isla metro y medio. Hay que tomar otras medidas, como ese muro corrido en Elorrieta que va a hacer que la inundabilidad sea más dificultosa.

Hay previstos nuevos proyectos universitarios en Zorrotzaurre.

-Para mí es un proyecto precioso el de rejuvenecer Bilbao y hacerlo desde el punto de vista del talento y el conocimiento, que nuestros jóvenes tengan más oportunidades. Si somos capaces de generar esa ciudad universitaria alrededor de la universidad vamos a generar actividad económica. Contar con Digipen, con el proyecto del Centro de Mondragon, con Navarra o el proyecto de la universidad del diseño Kunsthal o la facultad de Medicina... Seguimos manteniendo contactos con universidades del Reino Unido, también con la UPV, aunque ahora tenemos un proyecto muy ilusionante que es la universidad de Medicina.

La ría está pensada para ser la gran avenida de Bilbao, ¿para cuándo?.

-Para final de este año estará concluida la urbanización desde el puente de Gehry hasta Elorrieta. Hay que dotarle de contenido. Este año vamos a tener los saltos de Red Bull en categoría masculina y femenina. Viví mal cuando tras un problema en la ría no se celebró el triatlón, ahora lo recuperamos. Va a ser un gran proyecto de nuestra ciudad. En el Guggenheim se invirtieron 130 millones de euros y en la ría llevamos invertidos más de 1.000. Es un icono de nuestra ciudad como el Athletic.