En el Territorio Histórico de Bizkaia ha habido, durante las cuatro últimas décadas, numerosos casos de desanexiones, como las protagonizadas por Erandio, Sondika, Loiu, Zamudio y Derio que desde el 1 de enero de 1983, y gracias a un decreto de Gobierno vasco, se constituyeron como municipios independientes del Ayuntamiento de Bilbao. Otra fecha a destacar es la del 13 de noviembre de 1989, cuando en la Casa de Juntas de Gernika se aprobó la segregación de la Anteiglesia de Iurreta del municipio de Durango, un acuerdo que entró en vigor en enero de 1990. Justo un año después llegó la desconexión de Alonsotegi del término municipal de Barakaldo y más de una década después, en enero de 2005, Zierbena formalizó su separación de Abanto, y en 2006 el núcleo poblacional de Ziortza-Bolibar se separó formalmente de Markina-Xemein, localidad a la que pertenecía desde 1969.

Los anhelos independentistas de Usansolo no son, por tanto, ninguna excepción aunque, en este caso, han sido mayores las dificultades por salvar y que han impedido poder seguir la estela de los municipios predecesores en el tiempo y forma deseados.

Y, a pesar del sí mayoritario de la población obtenido ayer domingo en las urnas, el futuro de Usansolo como municipio con ayuntamiento e identidad propia aún no está asegurado. Hay que tener en cuenta que la consulta celebrada ayer domingo no es vinculante y que, siguiendo las pautas establecidas por la Norma Foral, el Ayuntamiento deberá ahora remitir la memoria y los resultados del referéndum a la Diputación Foral de Bizkaia, y posteriormente la deliberación quedará en manos de las Juntas Generales de Bizkaia, órgano que en última instancia tomará la decisión sobre el futuro de Usansolo.