Javi Malo y la cartografía (II)
Lo que Javi Malo dibujaba podemos llamarlo como mapas de cordales, eran entonces muy pocos los que hacían este trabajo
Tal y como terminaba el artículo del domingo pasado, prometía profundizar más en este gran mapista del Grupo Turista Alpino Barakaldo (1929-2013), aquí estoy otro domingo al pie de la noticia en Historias montañeras.
Relacionadas
Lo que este hombre dibujaba podemos llamarlo como mapas de cordales, eran entonces muy pocos los que hacían este trabajo, nos sobran dedos de una mano. Tengo una extensa colección de mapas tanto de Malo, como de Apraiz o del bilbaíno José Antonio Oyarzabal, que muestro en una fotografía, estando bien ordenados en archivadores plásticos A3 en CAPXULAR, mi laboratorio cultural secreto. De Oyarzabal ya conté la relación que tuve con él debido al mapa de Itzina que dibujó y reproduje posteriormente como homenaje a su trabajo (artículo 63 del 06-03-2022).
Javi comienza a trazar mapas en 1966. Como cualquiera que se inicia en esta materia no podía asimilar los mapas topográficos de escala 1:50.000 y se empeñó en su interpretación hasta comprenderlos con los medios que disponía realizando la adaptación de esos mapas a una herramienta útil y cómoda de usar para los montañeros.
No podía llevarlos al monte por lo grandes que eran y tenía que estudiarlos, para trabajarlos, sobre una mesa. Así que para las salidas de montaña de su club tenía que hacer una copia a mano de la zona que iban a pisar con sus curvas de nivel. Un trabajo arduo. Animado por el sistema de representación de Oyarzabal, éste simplificaba mucho, decidió confeccionarlos sólo con cordales él mismo.
Entonces sólo existían mapas del Instituto Geográfico y Catastral del Ejército. Me pongo en contacto con mi amiga Inés Menéndez, a mi entender la última gran cartógrafa vasca con su empresa ‘Nondik’ que editó muchos mapas en un material especial, como de plástico, para que si se mojan, no se fastidien.
Veamos un poco la historia del Cuerpo de Ingenieros Geógrafos, dependiendo administrativamente de la Dirección de Estadística del Ministerio de Fomento. Fue creado en 1870. Tres años después se constituye la Dirección de Estadística y del Instituto Geográfico. Desde 1977 se le llama Instituto Geográfico Nacional (IGN). A principios del siglo XX, concretamente en 1904, se integró en el Instituto Geográfico el Observatorio Astronómico y Metereológico. En 1999 por orden del Ministerio de la Presidencia se crea la Comisión Española de Geodesia y Geofísica.
Durante los 155 años de vida de este Instituto importantes cuerpos de funcionarios han pasado por él. Ojo que el Ejército era quien utilizaba sus trabajos, por tanto, mandaron a los mejores a trabajar. Actualmente estos cuerpos son el de Ingenieros Geógrafos, el de Astrónomos, el de Ingenieros Técnicos de Topografía y el de Técnicos Especialistas en Reproducción Cartográfica.
Aunque algo sé de porqué a Javi Malo y a los pocos pioneros mapistas que tuvimos les tenía que costar un esfuerzo ímprobo simplemente acabar un mapa, le pregunto a Inés me lo aclare y así todos podemos leerla; Aupa Iñaki, la dificultad que tuvieron aquellos fue sobre todo porque casi no tenían datos de ningún tipo. Cuando empecé a hacer mapas iba incluso evolucionando todo por la aparición constante de otros mapas a diferentes escalas de los Ayuntamientos, Diputaciones., Gobiernos, del IGN también, incluidas ortofotos que ayudan mucho. Hay que sumar la movilidad que hoy es coser y cantar, entonces no era fácil llegar a los sitios con lo que dificultaba mucho el trabajo de campo. Por último, te diré que con la informática hoy día ayuda muchísimo. Malo no tenía nada de esto, tampoco Oyarzabal que recuerdo me contabas cómo iba a Madrid en bus ida y vuelta el mismo día a dibujar los mapas del Ejército que luego con esos apuntes acudía a los lugares y los cotejaba a ojo y mira qué calidad de trabajo hacía. Si con los medios que tenía, o sea nada, fue capaz Javi de hacer lo que hizo, editando tan ingente cantidad de mapas, ¿qué no habría hecho con un ordenador y un gps?.
En Pyrenaica, tras su muerte, sus colegas del GATB le dedicaron un obituario de cuatro párrafos. Quiero reproducir el comienzo de uno de ellos dado que es un honor volver a leerlo tras 12 años de ausencia del bueno de Malo; A principios de noviembre nos dejó este gran entusiasta de la montaña. Sirvan estas líneas de recuerdo a un montañero que contribuyó a nuestro deporte aportando el conocimiento geográfico que adquirió de nuestros macizos y cordales. Destacó en la interpretación de dibujos y planos. Gracias a Apraiz que fue quien le enseñó.