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Adolescentes en el gimnasio: "Ama, quiero hacer pesas"

“Con todo el tema de las redes, quieren ponerse fuertes”, dice el gerente de un local de Bilbao al que van a entrenar menores desde los 12 años

Adolescentes en el gimnasio: "Ama, quiero hacer pesas"Jose Mari Martinez Bubu

"AMA, quiero hacer pesas". El deseo, en boca de un preadolescente, viene acompañado de una sarta de dudas. ¿Será perjudicial? ¿Podrá ir al gimnasio? ¿Y si imita en casa la rutina de un tiktoker? “Hasta hace pocos años se rechazaba que los niños hicieran entrenamiento de fuerza porque están en crecimiento y se creía que les venía fatal, pero eso es un bulo. Nosotros tenemos a chavales desde los 12 añosque hacen entrenamiento de gimnasio, de pesas, pero hay que tenerlos controlados para que no cojan mucho peso y hagan el ejercicio bien, con la postura correcta”, explica Hugo Rodríguez, gerente del gimnasio Nivel3 Indautxu, en Bilbao.

En una cadena de material deportivo han detectado “un aumento de ventas de pesas y bandas elásticas por un ‘target’ cada vez más joven”

Con este profesional coincide Arantza Aguilera, responsable de comunicaciones con el consumidor de Decathlon en el Estado, quien corrobora que “el trabajo de fuerza corporal cada vez está más recomendado desde prontas edades y menos demonizado, como sí pasaba antes”. Esta es una de las razones, argumenta, por las que han detectado en sus tiendas “un aumento de ventas de kits de pesas y bandas elásticas, principalmente, por un target cada vez más joven”. Algo a lo que ha podido contribuir también, añade, “la influencia de las redes sociales, donde hay un fenómeno en auge de perfiles que trabajan la tonificación”.

Un joven realiza ejercicios en una máquina en el gimnasio Nivel3 Indautxu de Bilbao.

"Un monitor siempre cerca"

Despejados los miedos iniciales, Hugo profundiza en el perfil de los menores que realizan este tipo de rutinas. “Tenemos a muchos chavales que practican otro deporte, como el fútbol, o un chaval de 12 años que corre en motos y de repente les dicen: Tienes que hacer un entrenamiento de fuerza porque te viene muy bien. Desde esa edad, si los chavales están ya un poco formados, lo pueden hacer”, afirma, siempre y cuando “haya un monitor siempre cerca de ellos para ver cómo hacen el ejercicio”.

Además de estos preadolescentes, se acercan a sus instalaciones para preguntar chicos de 14 o 15 años. “Con todo el tema de las redes sociales, Instagram y demás, quieren ponerse fuertes, estar en forma, que se les vean los bíceps, los abdominales, el pecho.... Por ahí van un poco los tiros. A raíz de la UFC y de que Ilia Tupuria quedara campeón del mundo, también están muy de moda las artes marciales. En este último año hemos dado un salto bastante notable”, señala.

“En el ‘low cost’ no les hacen caso”

Para el gerente de Nivel3 el precio, también en este sector, marca la diferencia. “En los gimnasios low cost, a los que van, no les hacen ni caso y de ahí vienen luego los problemas. A un chaval de 14 o 15 años hay que hacerle una rutina en base a lo que necesita y a cómo está. Muchos gimnasios les dicen: Toma esta rutina y búscate la vida. ¿Quieres que estemos encima tuyo? Hay que pagar. A un chaval de esa edad en casa le dicen: ¿Cómo te voy a pagar yo a ti 100 o 150 euros para que te estén vigilando? Pues no. Ahí vemos que están un poco desangelados. Cuando vienen a gimnasios familiares, de toda la vida, te dicen: Joé, si en el otro sitio no me decían cómo lo tenía que hacer”, relata.

Sin asesoramiento, un ejercicio, a priori beneficioso, puede resultar fatal. “Con 14 o 15 años, por lo que veo en las redes sociales, están haciendo, por ejemplo, un ejercicio que se llama peso muerto, que es coger una barra desde el suelo y levantarla con discos. Como estés levantando mucho peso y no hagas bien el ejercicio, te puedes partir la espalda”, advierte.

Entre 20 y 30 euros al mes

Aunque antes, dice, acudir a un gimnasio era “más elitista”, hoy en día uno low cost puede costar, según estima, apenas 20 o 30 euros al mes. “Yo creo que los aitas muchas veces, por no aguantarles, les dicen: Toma 20 euros y vete al gimnasio. No se dan cuenta de que no los supervisan”, comenta.

A los chavales también les da un toque de atención para que reflexionen. “Ven en redes sociales que fulanito, el típico youtuber, está haciendo ejercicio, pero claro, él tiene detrás un entrenador personal que le explica cómo hay que hacer el ejercicio y la postura”, aclara y subraya que “a nada que cambies un poco el cuerpo hacia un lado o hacia otro puede que lo estés haciendo con una parte que no debes y ahí es donde llegan las lesiones”.

"Los aitas muchas veces, por no aguantarles, les dicen: 'Toma 20 euros y vete al gimnasio'. No se dan cuenta de que no los supervisan”

Hugo Rodríguez . Gerente del gimnasio Nivel3 Indautxu

Por ello, les aconseja no arriesgarse a practicar sin un profesional que los supervise. “Con esto de internet hay entrenadores on line y todo lo que tú quieras. Yo te pongo la rutina, sé lo que pesas, lo que mides, lo que comes, pero si no te estoy viendo hacer el ejercicio in situ, no vale para nada”, avisa Hugo, que recuerda que, “con la nueva ley del deporte, a partir del año que viene toda persona que imparta un deporte va a tener que estar titulada”.

Desde los 4 años, hay niños que acuden a su gimnasio a “hacer jiu-jitsu, un arte marcial brasileño que está muy de moda, o taekwondo”. También imparten boxeo infantil, pero sin ningún riesgo. “La persona que da la clase está titulada y no les va a poner a uno en frente del otro a pegarse en ningún momento”, aclara.