Iraitz Maíllo Santarén, un joven con mirada de pillín de tan solo 10 años, cumplidos el pasado mes de agosto, se ha proclamado campeón de España en la exposición nacional de cría (Siegerschau) de pastor alemán celebrada los días 8, 9 y 10 de noviembre en la localidad sevillana de Marchena. Lo hizo, para sorpresa de los jueces que puntuaban la prueba, con una cachorra de 11 meses, Marlen de Itsasondo, criada en el barrio de El Puerto de Zierbena y descendiente de una larga saga de hembras criadas en este criadero galipo. “Es la primera vez que participaba en esta prueba del Campeonato de España y ha sido el primer niño que gana esta prueba”, destaca su madre Irantzu Santarén que no duda en señalar que a pesar de su corta edad, “empieza a tener callo en este tema”.
Un logro que alcanzó en una cita deportiva, lúdica y familiar para todos los públicos –cuyo objetivo principal era la selección de los mejores ejemplares recomendados para la cría– en la que tomaron parte en diferentes categorías más de 400 pastores alemanes de varios países europeos en la que el joven galipo demostró sus grandes dotes de handler (la persona que se encarga de presentar a los perros en exposiciones caninas) en el ring del campo de fútbol municipal Miguelete de Marchena .
“La Siegerschau Nacional es un certamen de gran relevancia internacional que atrae a criadores y aficionados de todo el mundo”, resalta con orgullo Irantzu Santarén, madre del joven Iraitz, del que subraya que “siente auténtica pasión por los perros. Él es consciente de que en este mundillo no sólo hay que pasear a los perros en los certámenes o competiciones sino que detrás hay un día a día de mucho trabajo. Él tiene claro que hay que sacarles, hay que cuidarles, hay que limpiarles, y que no es solo competir. De hecho, le gusta venir a pasear conmigo con los perros y le gusta atenderlos”, señala Irantzu que comenta una anécdota acaecida en la previa a este certamen que ha situado a su hijo pequeño como uno de los ganadores más jóvenes del prestigioso certamen canino: “La cuestión es que como eran varios días de competición alquilamos una casa que tenía piscina y uno de los perros, Tizón, que también compitió y que quedó quinto en su clase, se cayó a la piscina a las nueve de la tarde. Ahí estuvo Iraitz pendiente de secarle y de peinarle y hasta que no se quedó conforme no se fue la cama. Se implica mucho”. Tal y como explica la ama de Iraitz la prueba sevillana es una plataforma clave para mostrar la excelencia en la cría de esta noble raza.
No tiraba mucho
Ajeno a los halagos de su amatxu, Iraitz no oculta su satisfacción por el premio obtenido en Sevilla en un ring en el que competía con gente mucho mayor que él y con más experiencia en la presentación y en los ejercicios que conllevan este tipo de pruebas. “Estuvo bien, además Marlen no tiraba mucho y eso me lo puso más fácil”, apunta este alumno de 5º de Primaria en la ikastola Asti Leku de Portugalete al que le gustan las matemáticas más que las sociales aunque de manera definitiva “me gusta mucho más salir a pasear con Marlen”, indica el pequeño handler zierbanato cuya actuación no pasó desapercibida para el fotógrafo oficial de la Real Ceppa –Vereda– al que llamó la atención el gesto profesional del chaval pidiendo silencio a la concurrencia que asistía a la prueba.
Claro está que la determinación de este joven galipo ya se puso a prueba en la pasada edición de la Presieger Zona Norte, celebrada en el mes de junio en las campas de La Balsa de Ortuella donde también tuvo la oportunidad de pasear as Marlen y que también le valió el reconocimiento de los jueces e esta cita vasca. “Me he divertido mucho en esta prueba en Sevilla”, acierta a responder este niño de apenas 1,40 metros de altura y unos 40 kilos de peso que no teme a la fuerza que pueda desarrollar su querida Marlen o el resto de perros con los que habitualmente trata y se divierte en el criadero que regenta su madre en el barrio de El Puerto. “Marlen es muy obediente y no tira mucho”, reseña este aplicado estudiante que al igual que su coetáneos no le hace ascos al teléfono móvil para divertirse.
Para este joven aficionado a los perros en general, aunque le entusiasman los pastores alemanes, hay vida más allá de sus amigos de cuatro patas y así este año se ha apuntado para bogar en la trainera de su pueblo y sigue practicando kárate. “La verdad es que es un niño muy decidido y muy constante y cuando se empeña se vuelca en lo que hace. Este es su primer año en el club de remo porque no se les permite incorporarse hasta los 10 años, pero está muy animado aunque su pasión, sin duda, son los perros”, matiza Irantzu.