¿Sabías que a finales del siglo XIX Orduña vio nacer a una gran familia de txistularis? ¿Sabías que la familia amurrioarra Gancedo tiene el reconocimiento absoluto de todos los txistularis de Euskal Herria? Estas dos preguntas lanzadas a lo largo de los últimos días por el Museo de Orduña a través de sus redes sociales tienen ya una clara respuesta: “Esta historia viva del txistu merecía ser conocida y puesta en valor y el Museo de Orduña se ha puesto, una vez más, en marcha”.

Tanto es así que el domingo, a las 13.00 horas, será inaugurada una nueva sala de la colección permanente que se denominará La fabricación del txistu y donde se expondrá se la larga trayectoria de la familia Gancedo fabricando txistus, silbotes y txirulas. También mostrará cómo ha evolucionado el modo de crear y dar forma a estos instrumentos tradicionales de la cultura vasca o de los diferentes materiales utilizados que van desde la madera de boj, ébano o granadillo –una madera africana de color casi negro– a los modernos como la ebonita que es un derivado del caucho o el ABS, dentro de los plásticos.

Es una manera de seguir avanzando en el objetivo que se marcó el Museo de Orduña desde sus orígenes: la recuperación, conservación y exhibición del patrimonio etnográfico y cultural de la ciudad. Y lo hace, por un lado, a través de las salas de colecciones permanentes dedicadas a a los gremios, oficios y actividades más representativas de la historia de Orduña. Hasta el momento había 10: Sastres y modistas, Confitería, Música, Cerería, Botica, Tejedoras, Sillería, Zapatería, Taller de bicicletas y Cinema. Y a partir del domingo abre al público un nuevo espacio de estas características, el undécimo, dedicado al txistu.

Dos familias destacadas

Además de mostrar la evolución de este instrumento musical con paneles explicativos, objetos y piezas, la nueva sala permanente pone también el foco en dos familias de la comarca vinculadas directamente con el txistu. En concreto, a finales del siglo XIX Orduña vio nacer a una gran familia de txistularis, los Landaluce Elejalde. En el seno del matrimonio formado por Braulio Landaluce Murga y María Elejalde Alaña nacieron Joaquín, Alfonso, Manolo y Vicente, cuatro hermanos músicos pero uno de ellos, Joaquín, fue también “un artesano excepcional, maestro de maestros, en la fabricación de txistus, a los cuales dotaba de una sonoridad y musicalidad magistral”, resaltan desde el museo.

Su maestría fue determinante para Pepe Gancedo y su decisión, en 1968, de comenzar a elaborar txistus en la cercana villa de Amurrio. “Su hijo José María continua el oficio y entre ambos han fabricado más de 25.000 txistus, silbotes y txirulas repartidas por todo el mundo”, apuntan. La historia de todos ellos tendrá, ahora, un espacio permanente en el Museo de Orduña.