Además de afectar a los dueños de vehículos y viviendas, la tormenta de granizo también afectó a otros sectores como las corredurías de seguros que aseguran verse desbordadas por el aluvión de partes de siniestros que han tenido que abrir. “De la noche a la mañana hemos pasado a tener 90 expedientes más. Todo de golpe porque esto no se puede prever”, asegura Gorka González, de la oficina de Allianz Gernika, que cuenta con una gran cantidad de clientes en Durangaldea e Igorre, municipios donde el granizo cayó con especial dureza y donde los destrozos han sido más cuantiosos, tanto en vehículos como en fachadas de viviendas.

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En imágenes: Así han quedado los coches tras la gran granizada de Igorre Borja Guerrero / Deia

“Lo que priorizamos en estos casos es, sobre todo, las lunas de los coches, ya que sin ellas no se puede circular. Las viviendas no suelen ser tan urgentes porque las tormentas realmente no dan tanto problema como lo hacen las inundaciones, que entonces sí que hay que aplicar el carácter urgente a los bajos y garajes. Pero en este caso sin un canalón se puede vivir quince días, que no pasa nada, no son daños que tengan tanta prisa. Pero en automóviles los cristales son importantes y más en taxistas, camioneros o repartidores, que utilizan el vehículo, esos son el principal foco que atajar”, explica González.

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En imágenes: El día después del fuerte granizo en Igorre Oskar González

Sobre todo, están recibiendo partes de lunas, faros y de las típicas marcas y abolladuras que deja el granizo en las chapas tanto en autos como en viviendas, tejas, techos, tejabanas... Sin embargo, asegura que en este caso el Consorcio Compensación de Seguros no actúa “porque son tormentas muy localizadas y los daños se centran en un radio de no muchos kilómetros”. Por lo tanto, es cada compañía la que tiene que hacerse cargo de lo asegurado y “es fundamental tener garantía de que tu póliza esté cubriendo fenómenos meteorológicos o de la naturaleza, como caída de arboles, granizo, lluvia, corrimiento de tierra, viento... Todo eso es necesario tenerlo para que te lo abonen”. González asegura que es importante ponerse en contacto directo con el agente de seguros de cada uno ya que “a no ser que tengas la póliza a mano es difícil saber qué te cubre exactamente”. “Es bueno hacer fotos y utilizar el WhatsApp para mandar al momento toda la información y poder empezar a trabajar en el parte cuanto antes”, explica.

Una mujer herida y decenas de coches dañados por una fuerte granizada en Igorre

Una mujer herida y decenas de coches dañados por una fuerte granizada en Igorre Andrea Valle / Arantza Rodríguez

En cuanto a las reparaciones, estima que pueden tardar hasta seis meses ya que “el volumen de trabajo en los talleres asciende de forma descomunal y no hay ni manos ni estocaje para atender todos los siniestros”.

En la misma línea que González, Carlos Couceiro, de la oficina de Mapfre de Igorre, indica que desde que pasó el lunes la tormenta sus tres teléfonos no paran de sonar. “Ayer (por el mismo lunes) teníamos que haber cerrado a las 19.00 horas y estuvimos hasta las 22.30. Esta mañana (por ayer) teníamos cola desde primera hora en la puerta de la oficina y los teléfonos no dejan de sonar”. Tanto es el volumen de trabajo con el que cuentan ahora que están recibiendo la ayuda de agentes de seguros de oficinas de Barcelona porque si no “es imposible”.

Lo mismo señalaban desde la oficina de Seguros Bilbao de Igorre, donde explicaron que no habían podido ni desayunar por todas las llamadas que estaban recibiendo y todos los siniestros sobre los que tenían que actuar. “No doy abasto”, aseguraba una de las agentes.

Las claves

¿Cómo actúo si me ocurre a mí?

Comunicación. Desde las corredurías de seguros señalan que es importante mantener la comunicación directa con el agente encargado de su póliza para saber en todo momento si podrán o no abonar el coste de los daños ocasionador por el granizo y la tormenta. Asimismo, destacan que es muy beneficioso fotografiar los daños para poder empezar a trabajar cuanto antes en las reparaciones pertinentes.

Paciencia. Aunque los agentes de las oficinas de seguros pongan en marcha todo el engranaje para reparar los vehículos y las fachadas de las viviendas lo antes posible, confiesan que es posible que los arreglos se alarguen hasta seis meses. Esto ocurre porque el personal continúa siendo el mismo y el estocaje también, ya que se trata de situaciones puntuales que pueden darse solo una vez al año.