En los últimos dos meses Bizkaia ha registrado media docena de incendios graves en viviendas. Uno de los últimos, reportado en Barakaldo durante la madrugada del domingo, se saldó con la muerte de un adolescente de 16 años. Patxi Berreteaga, jefe de la Sección de Prevención, Formación y Protección Civil del servicio del Servicio de Bomberos de la Diputación Foral, considera que han sido más. “Atendemos llamadas de incendios en casas todos los días, aunque en su mayoría no son tan graves”, detalla. 

También cree que los seis fuegos reportados en este bimestre no constituyen ninguna excepción a la norma. Eso sí, insiste en la necesidad de que los vecinos de Bizkaia tomen conciencia de cuáles son las medidas más oportunas para evitarlos o, en el caso de que las llamas se desaten, actuar de manera eficaz y diligente. “La más importante, la que siempre repetimos, es que hay que cerrar la puerta al fuego”. 

Las causas: las fuentes de calor 

Y es que una puerta abierta, en no pocas ocasiones, puede propagar un incendio localizado en una parte concreta de un inmueble residencial a otras partes de éste. En su mayoría, estos fuegos están relacionados con alguna fuente de calor. “Están en la cocina y en el resto de la vivienda. Se conforman por todos los aparatos electrónicos y el sistema eléctrico, además del tabaco. detalla. En los fogones, según Berreteaga, es relativamente común que una sartén estalle en llamas. Pero si la campana está llena de grasa, puede llegar a prenderse y provocar un incendio. 

Por otro lado, en invierno a estas fuentes susceptibles de desatar un fuego se les unen “los sistemas de calefacción y las llamas abiertas”. Esto es, las chimeneas, los braseros o cualquier elemento utilizado para generar calor. “En esa época del año hacemos un estudio de incendios producidos por chimeneas y, aunque hagamos campañas de prevención, son una constante; parece que son absolutamente independientes de lo que nosotros hagamos”, reconoce. 

Lo que también continúa sucediendo, pese a las campañas antitabaco, es el hábito de fumar. A veces, la brasa que se desprende de un cigarrillo en una superficie potencialmente inflamable, como pueden ser unas sábanas o el sofá, también puede originar un fuego. Por eso, Patxi Berreteaga insiste en que no conviene sobre estas superficies.

Qué hacer cuando se desata el fuego

Un vecino contempla el estado en el que ha quedado el edificio siniestrado de Barakaldo desde su vivienda Borja Guerrero

En ocasiones, la correcta aplicación de las medidas no llega a evitar el incendio. Es aquí donde entran en juego toda una serie de orientaciones para poner la vida a salvo. La Diputación, de acuerdo con Berreteaga, contempla tres posibilidades. La primera, que el fuego se haya originado en el inmueble pero no afecte a la vivienda. “En ese caso, lo más recomendable es permanecer en su interior –expone –. No conviene salir a una escalera llena de humo, porque mata mucho más que el fuego”, advierte.

Subraya, además, que la gran mayoría de los fallecimientos que se registran en un incendio tienen la inhalación de humo como causa. Cuando el fuego se ha originado en la vivienda, lo más recomendable, con arreglo a la Diputación, es llamar a los servicios de emergencia y, por supuesto, cerrar la puerta de la estancia donde se hayan producido las llamas.

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Los materiales de los que se constituye el edificio, en cualquier caso, no inciden de manera sustancial en las labores de evacuación. “Lo que determina este aspecto es la configuración del edificio. El de hormigón es mucho más estanco. Puedo tener un incendio en el piso que está debajo del mío y lo más probable es que no me termine afectando. En el de madera, en cambio, hay muchas más rendijas por las que puede colarse el fuego”, expone el jefe de servicio. 

Este ha sido el caso del incendio que se desató este domingo en la Calle Portu del municipio fabril. Después de varias horas, la escalera central del inmueble afectado colapsó a causa de las llamas. Sin embargo, los informes periciales realizados por la arquitecta municipal parecen indicar que el edificio no tendrá que ser demolido. Sin embargo, el daño humano generado por el incendio continúa hiriendo a los y las habitantes de Barakaldo.