Los camarones, los centollos, las nécoras o, incluso, el bogavante son las estrellas de muchas casas en Navidad. Por eso, la opción de comprarlos con antelación y congelarlos es una de las más acertadas. Eso sí, para congelar adecuadamente el marisco los profesionales en la materia recomiendan cocerlo bien, dejarlo enfriar y guardarlo en el congelador en un film transparente o al vacío para que se conserve bien hasta Nochebuena. Pero, si hay quien se decanta por almejas o percebes, es más recomendable esperar al último día para comprarlo ya que este tipo de marisco sufre con el proceso de congelación. “Hay quien también congela los percebes. La clave es la forma de hacerlo para que el producto sufra poco”, apuntan. Al igual que el marisco, el pescado también se puede congelar. De hecho, es muy recomendable hacerlo ya que de este modo se acaba con el anisakis, –parásito que suelen contener estos alimentos y que sobrevive a las altas temperaturas–. Es preferible comprar el pescado lo más fresco posible y prepáralo antes de meterlo al congelador cortándolo y limpiándolo bien.

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Yolanda Aurtenetxe, de la carnicería Aurtenetxe: “El cordero y el solomillo sube siempre en Navidad, suele haber más demanda” Pablo Viñas

Por otro lado, cualquier tipo de carne puede congelarse y aguantar las bajas temperaturas más tiempo que cualquier otro producto. Lo que sí que no es aconsejable congelar son los fiambres y embutidos.