"Estamos felices de poder irnos a casa con Aimar". Pedro y Laura, los padres del bebé secuestrado el miércoles por la noche, han abandonado ya el Hospital de Basurto, tras recibir el alta médica. Con gestos de agradecimiento y el pulgar levantado, la satisfacción y el alivio dibujado en el rostro, la familia puede descansar con su pequeño en su domicilio de Durango.

Sobre el mediodía, Pedro, el aita del pequeño, salía del pabellón Iturrizar para recoger del coche familiar el capazo en el que llevar, ahora sí por fin, al pequeño Aimar a casa. "Ha pasado la noche pegado a su madre", relataba, el alta médica ya recibida. Las emociones se mezclaban en su interior, superada ya la pesadilla, tras el desgarrador trance por el que han pasado. "Pasamos el día de ayer con un contraste de emociones; ahora ya estamos más tranquilos y relajados, con muchas ganas de ir a casa", relataba, sobre todo después de saber que el niño se encuentra en buen estado de salud. "Le hicieron una exploración y está bien".

La pesadilla ha terminado para esta familia. Toca ahora reponerse y aprender a seguir adelante con una vivencia que ningún padre ni madre está preparado para vivir. "Sé que no lo voy a olvidar en mi vida pero tenemos que intentar dejar atrás la angustia que pasa durante esas horas, ese mal rato", reconocía.

Agradecimientos

Pedro no escatimaba en agradecimientos para todas las personas que, durante estos últimos días, se han volcado en arropar a la familia. Ya dentro del pabellón, tocaba despedirse de todos los trabajadores que les han atendido. "Si he querido salir a hablar con los medios de comunicación ese porque quería agradecer a toda la ciudadanía, la Ertzaintza y el personal sanitario que estuvo con nosotros", finalizaba.

Apenas una hora después, al filo de la 1 del mediodía, Laura y Pedro, con el pequeño Aimar metido ya en el capazo, abandonaban el pabellón en el que se encuentra el área de maternidad acompañado de otro familiar para entrar en su coche, que tenían aparcado en las cercanías.

En la puerta de acceso al Hospital, Pedro volvía a detener el coche para volver a reiterar su agradecimiento a toda la ciudadanía. "Estamos felices de poder irnos a casa con Aimar", acertaba a decir Laura, sentada en el asiento trasero junto al bebé.