Uno de los principios fundamentales de la creación de Eup! ha sido convertirse en un espacio propio para posicionarse y ampliar las oportunidades de negocio digital del comercio local de Bizkaia.

En definitiva, contribuir a dinamizar la actividad comercial y el empleo en Bizkaia con el mínimo impacto ambiental gracias al uso de redes de logística cercanas y sostenibles.

Avanzar de manera decidida en la transformación y digitalización del comercio local está siendo clave en el desarrollo de esta nueva herramienta digital, un hecho que, según todos los implicados, con el tiempo va a acarrear grandes ventajas para la actividad comercial, y para la economía local, en general.

Este argumento se apoya en las numerosas ventajas que representa comprar en el comercio local.

Mucho más ahora, tras la pandemia, un sector que ha sido duramente castigado por las consecuencias de la crisis sanitaria.

No hay que olvidar tampoco que, en muchas ocasiones, los comerciantes locales se nutren de proveedores también locales.

En el caso de productos alimenticios suele ser muy habitual, lo que supone aún, un mayor beneficio.

El auge del producto KM0 o producto de proximidad es otra de las consecuencias del impulso al consumo local.

Cercanía y confianza en el trato

Pero hay muchos más aspectos beneficios. La especialización es otra de ellas, al que se le unen la cercanía en el trato y la confianza entre cliente y consumidor.

Detrás de estos comercios de proximidad suele haber también mucho esfuerzo, pequeños emprendedores que han sacado sus negocios adelante gracias a mucho trabajo y dedicación.

Eup! respalda todo ello pese a ser una plataforma digital, una característica que le hace ser diferente frente al resto de soportes virtuales de compra, ya que complementa la venta electrónica con la física en tienda.

Por un consumo responsable

El consumo local responde, a su vez, a un consumo responsable, lo que viene a significar que a la hora de comprar se cuestione lo que es prescindible y lo que no; las disponibilidades económicas reales para, después, elegir los productos, no sólo en base a su precio o su calidad, sino también si son respetuosos con el medio ambiente.

Y como el consumo responsable traspasa fronteras, también se puede ejercer en el hogar y en los hábitos de vida, de tal forma que la ciudadanía interiorice su parte de responsabilidad como personas individuales a la hora de cuidar y mejorar el entorno.

Gestos como ahorrar electricidad, calefacción, agua o combustible, hacen que mejore la calidad de vida de la todos.