“El año pasado fue un shock, en febrero íbamos como un tiro, con muchísimas consultas, trabajo con empresas... De repente llegó marzo y las agencias empezaron a anular reservas, pensamos que íbamos a tener que cerrar, llegamos a abandonar la oficina y tuvimos que volver a trabajar desde nuestras casas”. Así vivió el verano de 2020 Edorta Arostegi, administrador de Marmitako Sailing, una escuela náutica con alquiler de embarcaciones. Según explica, el público local fue quien les salvó cuando su negocio estaba a punto de hundirse: “Sorprendentemente en mayo y junio pudimos volver a trabajar el público de cercanía, gente que viaja y que tiene poder adquisitivo local se dio cuenta de que no podía viajar a lugares exóticos como tenía por costumbre y empezó a explorar a ver qué actividades podían hacer por su alrededor”.Desde que terminó el confinamiento el año pasado, el alquiler de embarcaciones ha vivido un auténtico boom que ha llegado a triplicar y hasta cuatriplicar el volumen de negocio de algunas empresas del sector. Además, los profesionales afirman que los interesados han pasado a ser vecinos de Bizkaia.

Contra todo pronóstico, Arostegi comparte que este ha sido el mejor año de los cuatro que llevan abiertos. “Los dos primeros fueron de presentación, en el tercero llegó el coronavirus y este estamos asentando el proyecto, el tiempo ha sido malo pero además de todos también hacemos travesías más largas hasta lugares como Galicia o Bretaña, además por la escuela nos entra bastante trabajo también”, expresa.

Tal y como cuenta, la misma gente cercana que acudió a su rescate el año pasado ha repetido su hazaña. Reconoce que siempre ha habido locales interesados en sus servicios, pero que Bilbao al ser la ciudad europea del año en 2018 había un flujo de público internacional importante. “Trabajábamos con alemanes, irlandeses... muchas empresas venían a hacer teambuilding y ahora estamos empezando a estas relaciones”, dice.

Como el propio nombre de la empresa indica, Marmitako Sailing, la gastronomía tiene un protagonismo singular en sus excursiones, por lo que en el Marmitako Tour, que sale de Getxo y visita los acantilados y el flysch de Bizkaia, siempre encuentran un sitio calmado en el que echar el ancla y disfrutar de unas anchoas de salazón y un marmitako. “Ha habido un tiempo que no hemos ofertado salidas gastronómicas por respeto a la hostelería, que es un sector que lo estaba pasando mal. De hecho antes los platos los cocinábamos nosotros, pero decidimos delegarlo a un restaurante”.

Entre sus servicios más demandados, Arostegi afirma que las salidas a ver puestas de sol para parejas o grupos están funcionando muy bien. Del mismo modo, comparte que un evento que está funcionando bien y les ha sorprendido han sido las pedidas de mano, unos trabajos que ha considerado “muy satisfactorios”.

una puesta de sol

Por otro lado, el responsable de 2 Millas, David Benavente, asegura que el año pasado desde que terminó el confinamiento hubo un boom de gente que quería salir a navegar y que los meses entre mayo y agosto fueron espectaculares. Según explica, 2021 ha sido más flojo que 2020, pero sigue superando con creces el número de clientes que solían recibir antes de 2019.

Hemos multiplicado por tres y por cuatro nuestro volumen de clientes. Está muy claro, es gente local de Bizkaia, familias sobre todo. Este año se está abriendo un poco más el abanico, está viniendo gente extranjera: colombianos, chinos... Los internacionales siempre han sido una minoría para nosotros, pero estos dos últimos años han sufrido un buen bajón”, indica.

En cuanto a las salidas, apunta que la mayoría de los alquileres son de entre cuatro y dos horas de duración y el recorrido puede variar dependiendo de sus intereses, pero uno bastante habitual es salir por los acantilados de Galea, ir hasta Sopelana, entrar por debajo del puente colgante y terminar en Erandio.

“No te dicen a donde quieren ir, se lo tenemos que preguntar nosotros, ellos simplemente quieren estar en el barco. Hay familias con niños que vienen con una botella de agua que simplemente quieren estar en el barco y dar un paseo. Está muy demandado salir en barco a ver la puesta de sol”, comparte Benavente.

El clima desanima

Otro factor a tener en cuenta ha sido la meteorología, este verano los días soleados han sido una anomalía en Bizkaia, lo que ha tenido un impacto negativo en este tipo de ocio que está completamente expuesto al aire libre. “La gente ha estado muy sensible con el mal tiempo y nosotros hemos notado bastantes cancelaciones porque no hacía los días como se quería. Se notó sobre todo el verano pasado porque además tuvimos durante una temporada una limitación en el número de personas a bordo, nos perjudicó bastante y estuvimos 3 o 4 meses sin facturar prácticamente nada” expresa.

Según informa, la mayoría de los alquileres tienen una duración de medio día o de un día entero como mucho. En las excursiones cercanas suelen salir cerca de la costa para que puedan darse un baño y la gente que pasa un día completo va hasta Castro o Plentzia. “Hemos hecho alguna salida de tres o cuatro días pero el barco que más se ha utilizado tiene ocupación para once personas y ha pasado más de un día en el mar. Lo más habitual es que los clientes sean familias o grupos de amigos que quieren celebrar un cumpleaños o una despedida de soltero. Eso sí, salvo que tengamos mucha confianza en quien vaya a manejar la embarcación, el patrón lo ponemos nosotros”, concluye.

Tres planes. Realizar un viaje a bordo de un barco ya no es algo exclusivo al alcance de solo unos pocos. Dependiendo de los intereses de cada uno, hay varios planes por menos de 60 euros que además de ser accesibles proporcionan una experiencia igual de intensa. Por un lado se encuentra una travesía a Punta Galea con un precio de 45 euros por persona. Por otro lado, los que quieran disfrutar de una puesta de sol a bordo de una embarcación pueden hacer un recorrido de casi tres horas por alrededor de 50 euros por persona. Por último, un recorrido de cuatro horas por los acantilados de Galea hasta Sopelana con regreso por la ría y paso por debajo del Puente Colgante no alcanza los 60 euros.

“Hemos multiplicado por tres y por cuatro nuestro volumen de clientes desde que terminó la pandemia”

“Hay familias con niños que vienen con una botella de agua y solo quieren dar un paseo”

Responsable de 2 Millas

“El año pasado fue un shock, en febrero íbamos como un tiro y en marzo empezaron a llegar cancelaciones”

“Gente local con poder adquisitivo se dio cuenta de que no podía ir a lugares exóticos”

Administrador de Marmitako Sailing