NO es un hombre proclive a exteriorizar demasiado sus sentimientos, pero Unai Rementeria (Mundaka, 10 de agosto de 1973) se mostró ayer emocionado al final de un pleno de investidura maratoniano, sofocante por el intenso calor en la Casa de Juntas de Gernika y que pese a la emotividad, también tuvo duros intercambios dialécticos propios de la disputa parlamentaria. Rementeria, que llegó tranquilo a la cita, llamó a continuar trabajando -“orain, jarrai dezagun lanean”, señaló en numerosas ocasiones durante su intervención inicial- esta próxima legislatura en la que ejercerá por segunda vez como diputado general para llevar el bastón de mando de Bizkaia hasta 2023. Lo fue concretamente a las 18.09 horas, tras una sesión que arrancó a las 9.30 horas.

“Tu éxito será el de las vizcainas y los vizcainos, el éxito de Bizkaia”, le espetó la presidenta de las Juntas Generales, Ana Otadui, para concluir un pleno lleno de formalismos, pero que también tuvo guiños hacia Rementeria, sobre todo durante su parte final. Desde la salida a efectuar el juramento bajo el Árbol de Gernika, en el que optó por el juramento tradicional. Al cobijo del roble salió con los maceros y los miembros de la mesa. También estuvieron presentes los txistularis de Mundaka -su localidad natal y en la que aprendió a tocar-, que le brindaron un sentido Agur Jaunak que llegó a emocionar a algunos de los miembros de su familia, con su esposa, Saioa, y sus hijos, Danel y Markel, al frente. El aurresku corrió a cargo de otros dos mundakarras, Leire Requero y Mikel Bilbao. Este último, además, con especial motivo. Recién nombrado alcalde de Mundaka, ostenta un cargo que Rementeria ejerció desde 2007 hasta 2013. Tras el baile ambos se fundieron en un abrazo.

El máximo mandatario de Bizkaia tomó la palabra por última vez para agradecer la confianza depositada en él y mostrarse dispuesto al trabajo. Para entonces los abanicos -con logo de las Juntas Generales de Bizkaia incluido- ya eran el instrumento más demandado para combatir el calor, con un mercurio que sobrepasó los 34 grados en el interior del complejo. Y Rementeria lo hizo con voz enérgica, aún y cuando una afonía sufrida el pasado fin de semana pudo haberle aguado su discurso. Fue entonces cuando mayor emoción reflejó. Afirmó ser una persona “con muchísima suerte” por haberse visto rodeado “de una familia maravillosa, de unos amigos fieles, de un equipo de trabajo increíble, el mejor, y de un partido ejemplar”. Así lo apuntó mirando a algunos de los presentes, como el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar; la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa, o el consejero de Hacienda y Economía del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu. En la bancada de invitados también estuvieron presentes Marian Beitialarrangoitia, de EH Bildu, y Yahcov Ruiz, de Podemos de la CAV, o alejado del plano político, el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza. Una vez concluida su última intervención, “la primera de la legislatura tras su nombramiento”, como especificó Otadui, la Cámara irrumpió en un prolongado aplauso. Acto seguido, Rementeria saludó a las candidatas de EH Bildu, Bea Ilardia, y Podemos, Eneritz de Madariaga, al igual que con los portavoces del PSE, Ekain Rico, y PP, Amaya Fernández, que no dudaron en devolverle el gesto. Entre tanto, la hasta ahora diputada de Acción Social, Isabel Sánchez Robles, se mostraba emocionada.

El pleno se traslado por último a las inmediaciones del Árbol de Gernika, con numerosas fotos en las que los junteros posaron de mil y una formas posibles. Incluso pidiendo con tono jocoso al diputado general que saliera del encuadre, a lo que Rementeria accedió con buen humor. Se mezclaron, fueran de una formación u otra, tal como lo harán los próximos cuatro años en los que compartirán plenos, comisiones o juntas de portavoces. La nueva legislatura comandada por Unai Rementeria comienza su andadura.