Tras varios años con sus aulas cerradas a cal y canto, el colegio Presentación de María Hijas de la Cruz de Bilbao volverá a acoger alumnos en sus instalaciones. Pero su uso no será docente, sino que el centro, ubicado entre la calle Ronda y Solokoetxe, se reconvertirá en una residencia de estudiantes. Ese es, al menos, el proyecto en el que está trabajando la propiedad después de que el Ayuntamiento de Bilbao recalificara el inmueble en el Consejo Asesor de Planeamiento celebrado el pasado 1 de julio. Este cambio del PER del Casco Viejo, aún en trámite, se está llevando en paralelo a la modificación de Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en relación a los alojamientos turísticos. Por lo tanto, una vez que los dos procedimientos concluyan, la nueva residencia podría alojar turistas, aunque solo durante los tres meses de verano.
“Su uso no será turístico, como están diciendo los vecinos”, puntualiza Asier Abaunza, concejal de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Urbano, quien muestra su “sorpresa” por el hecho de que la asociación Bihotzean Auzo Elkartea haya comenzado a movilizarse para tratar de plantear otras alternativas de uso a un colegio que es “de propiedad privada”. En ese sentido, matiza que la modificación de planeamiento que se está trabajando deja la puerta abierta a que estos alojamientos, en el caso de que quisieran, pudieran albergar hasta un 70% de usos turísticos durante el periodo estival. Por de pronto, el Consistorio inició en julio el procedimiento para eliminar su vinculación al uso docente y que el edificio se segregue en dos: Ronda 26 y Solokoetxe 15.
Abierto en 1859, el colegio Presentación de María Hijas de la Cruz cerró sus puertas una vez concluido el curso 2020/2021, tras varios años encadenando una caída continuada en las matriculaciones, fruto del cambio demográfico derivado de la baja natalidad que está reduciendo el alumnado en las primeras etapas educativas y está provocando la clausura de diferentes instituciones educativas. Fundado por la congregación Hijas de la Cruz, una orden de origen francés, fue referente en la dinámica educativa de las niñas y adolescentes bilbainas de los siglos XIX y XX. Llegó a albergar a 1.500 estudiantes –lo que da una idea sobre la magnitud de sus instalaciones– mientras que en los últimos años en activo del centro de Kristau Eskolak rondaba los 200 estudiantes.
RECALIFICACIÓN DEL EDIFICIO
El edil explica que el inmueble, que tiene la calificación de equipamiento docente, abarca, por una parte, el colegio, pero también la sede de la propia congregación de las hermanas Hijas de la Cruz en la calle Ronda. “Viene del planeamiento anterior, de 1995, en el que todos los edificios religiosos tenían la calificación de equipamiento no lucrativo. En el plan del 2022, los equipamientos religiosos pasaron a ser equipamientos, y a cada uno se le asignó la calificación que correspondiera. En este caso, docente, por ser un colegio. Por lo tanto, para poder destinarlo a cualquier uso distinto al educativo, requiere una recalificación”, explica el concejal de Planificación Urbana.
De es manera detalla que en este caso lo que se plantea es “quitarle la D de docente” y, por lo tanto, queda, todo ello, como equipamental. “La única diferencia sería que en vez de un equipamiento único serían dos equipamientos”, señala Abaunza en relación al planeamiento urbanístico que contempla que una parte del inmueble siga siendo el convento de las hermanas en la calle Ronda y la otra el equipamiento de la parte que da a Solokoetxe. “Dentro de los usos equipamentales cabrían las residencias de estudiantes o de mayores, también los usos sanitarios, por lo que podría ser una clínica, o los usos deportivos. En ningún caso podría ser un hotel”, puntualiza el concejal, quien insiste en que es una propiedad 100% privada. “Y como tal lo destinarán a lo que consideren, dentro de los usos que les permite el planeamiento urbanístico”, señala Asier Abaunza.
PROPIEDAD PRIVADA
En ese sentido, teniendo en cuenta que la asociación Bihotzean Auzo Elkartea convocó la pasada semana una reunión para buscar alternativas de uso al antiguo colegio que puedan satisfacer las demandas que detectan en la zona, Abaunza evidencia su asombro. “¿Por qué ahí? Puestos a comprar edificios podríamos comprar el edificio de Surne en El Arenal y cambiar el uso. Cualquier planteamiento que hagan los vecinos pasa por comprar el edificio y reformarlo para cualquier uso de los que están planteando”, sentencia el edil en relación a las pretensiones de la asociación vecinal del Casco Viejo, muy combativa en cuanto a la defensa de los derechos de los vecinos frente a la hostelería o al turismo. De hecho, sus propuestas han sido debatidas en el pleno municipal en diferentes ocasiones. A mediados de 2024 solicitaron decretar una moratoria para los pisos turísticos en Bilbao, una medida que fue decretada por el Consistorio a finales de año antes de iniciar una modificación de su PGOU.
En todo caso, Asier Abaunza asegura que el Ayuntamiento no tiene en mente comprar un edificio en el Casco Viejo para destinarlo a otros usos. “Otra cuestión sería que fuera un edificio nuestro, como ocurrió en la calle Esperanza con el frontón, donde planteamos un equipamiento que atendiera a distintas demandas vecinales”, señala el concejal. Sin embargo, al antiguo centro escolar, cuya recalificación tardará aún unos meses más en tramitarse antes de ser efectiva, le augura otro uso que no tiene por qué estar alineado con los intereses de los vecinos. “Pintar una residencia de estudiantes como si fuera un recurso turístico más en el Casco Viejo me parece excesivo”, zanja el edil de Planificación Urbana, quien observa con benevolencia la implantación de esta actividad como alternativa para los universitarios en un contexto de crisis habitacional.