En imágenes: La Diputación Foral de Bizkaia busca familias de acogida | Fiesta de InviernoPankra Nieto
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Desde el primer momento, la Fiesta de Acogida de Invierno organizada por la Diputación Foral de Bizkaia este miércoles desprendía calidez y cercanía. En la entrada, el personal del servicio de la Diputación recibía con sonrisas y abrazos a decenas de familias que ya acogen, creando un punto de encuentro único para compartir experiencias y cariño. La jornada era mucho más que una celebración, era un espacio donde se palpaba la necesidad de que más familias en Bizkaia abran su hogar a niños que no pueden vivir con sus progenitores.
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El evento combinaba risas y alboroto: globos de helio, photocall, pintura de caras, taller de diademas y discofesta acompañaban a los niños mientras corrían y bailaban al ritmo de Pirritx y Porrotx y canciones como Maite zaitut e Ilargia. Entre carcajadas y música, las familias compartían sus vivencias, consejos y emociones, mostrando la riqueza de la experiencia de acoger. La euforia festiva se mezclaba con momentos de reflexión sobre la importancia de ofrecer un hogar seguro y afectuoso.
“Al principio me daba cosa meter a un niño desconocido en casa, pero luego pensé que si lo necesitaba, teníamos que hacerlo. En cinco años hemos acogido a siete niños, aprendemos mucho de ellos. Es una experiencia muy gratificante”, relataba Ángel Pérez, perteneciente a la bolsa de urgencia, recordando cómo la llegada de cada niño fue también un aprendizaje para el resto de la familia. “Hoy en día, hubiera acogido a todos de manera permanente, pero como somos mayores ya no podemos”, lamenta.
En Bizkaia hay 280 niños en acogimiento familiar, 160 en familia extensa, la ley impulsa esta vía, y 120 en familia ajena, además de 6 menores con necesidades especiales que requieren acogimiento especializado.
Matxalen Cayero, psicóloga del Servicio de Infancia de la Diputación, destacó que los perfiles de los niños y niñas en espera son muy diversos: desde bebés de apenas un año hasta grupos de hermanos o menores que requieren cuidados específicos. Explicó que los tipos de acogimiento varían según la situación: de urgencia, temporal, permanente o especializado y animó a todas las familias interesadas en acercarse.
El dato. En Bizkaia hay actualmente 280 niños en acogimiento familiar: 160 en familia extensa, 120 en familia ajena y 6 con necesidades especiales en acogimiento especializado.
12 niños en espera. Los menores en propuesta de espera de acogimiento son 12, de entre 3 y 8 años. La Diputación ofrece acogimiento de urgencia, temporal, permanente y especializado. En el último año, nueve familias han solicitado información recientemente y siete completaron el último curso de formación.
La joven Ariane, de 14 años, que lleva toda su vida en acogimiento permanente, también compartió su experiencia con gran madurez:“Estoy muy contenta, recomiendo mucho que den a los niños la oportunidad. Hay que tener paciencia, todo se soluciona”, añadía con una sonrisa. Su testimonio reflejaba la gratitud que generan estos hogares de acogida, así como la importancia de la estabilidad emocional en la vida de los menores.
Un cartel en San Mamés
Sergio González, que hoy en día cuenta con un hijo más –ahora son tres–, contaba cómo comenzó todo: “Vi un folleto en mi asiento de San Mamés, y decidimos dar el paso. Es lo mejor que nos ha pasado en la vida. Un partido del Athletic cambió nuestra vida y animamos a todo el mundo a hacerlo. Hace mucha falta y es una experiencia muy enriquecedora”, advierte.
Entre juegos, la tarde transcurrió muy rápido. El taller de antenas con diademas moradas y el bingo fueron un éxito. Los niños corrían, pintaban y bailaban, mientras los adultos intercambiaban palabras de apoyo y orgullo. La fiesta de invierno dejó una sensación clara: acoger es abrir la casa y el corazón, y Bizkaia necesita más familias dispuestas a hacerlo. Cada hogar que acoge cambia vidas.