Día grande en el barrio bilbaino de Miribilla, que espera septiembre con el ánimo partido en dos. Fin de las vacaciones y vuelta al cole en el barrio más joven de Bilbao, un hervidero de alevines, endulzado con las fiestas locales. Y en esta jornada de calor sofocante se está celebrando el concurso de paellas, que es la excusa que permite tomar al asalto el parque vertebrador para llenarlo de carpas y buen ambiente.

Desde las 21.00 del viernes las cuadrillas han ocupado posiciones, otras han acudido este sábado al amanecer y a las 7.00 ya se escuchaba el inconfundible sonido del montaje de las varas metálicas que sostienen los toldos, imprescindibles en una jornada de alerta naranja como la de hoy.

Barra libre

Lleno absoluto en Jardines de Gernika y con vuelco, por cierto, de edad. Muchos pájaros ya vuelan solos y los primero pobladores afrontan la jornada sin hijos.

Como siempre algunos van a por todas, a ganar el concurso de paellas, y otros apuestan solo por la diversión. Hasta el punto de que alguna cuadrilla aprovecha la barra libre del día para brasear hamburguesas, chorizos, alitas de pollo, langostinos o cualquier alimento que se les haya cruzado en el súper.

Otro rito que gana terreno es pasar la noche en la carpa con una nevera de cervezas, música a lo bajini y conversaciones de jardín de casa. Lo importante, dicen los vecinos de Miribilla, es pasárselo bien. Y la jornada se rematará, también como mandan los cánones, con la cena también a pie de calle.