El Casco Viejo de Bilbao pierde este sábado a uno de sus máximos estandartes. El restaurante Pentxo, ubicado en la calle Belostikale, cierra su persiana tras más de 37 años de servicio ininterrumpido en los que ha logrado hacerse un hueco en el corazón de bilbainos y turistas gracias a sus guisos y a su buen hacer.

Regentado por Prudencio García González, más conocido con el sobrenombre de Pentxo, comenzó su andadura en este local el 10 de mayo de 1988, tras varios años trabajando en un establecimiento más pequeño.

Aunque el restaurante lleva el mote de su creador, todos los pasos a lo largo de su extensa trayectoria han estado guiados desde los fogones por Loli, su mujer. "Que digan que un plato mío les recuerda a su amama es el piropo que más ilusión me hace", afirma emocionada.

El Casco Viejo de Bilbao pierde este sábado a uno de sus máximos estandartes. El restaurante Pentxo cierra su persiana...

Posted by Deia on Friday, February 28, 2025

No consigue retener las lágrimas al recordar tantos años de esfuerzo y recompensa entre guisos y recetas. "En el momento de decir adiós quiero acordarme de mis hijos Asier y Henar y de mis empleados, sin los que nada de esto hubiera sido posible. Los dos Guillermos y Cila, una trabajadora portuguesa que lleva toda la vida con ellos, han sido una parte fundamental de este icono del Casco Viejo.

Si por algo se ha caracterizado el Pentxo es por la calidad de sus comidas. Tanto es así que ante su entrada, sus dueños lucen orgullosos el certificado de Tripadvisor en el que lo reconocen como el mejor restaurante del Casco Viejo en menús del día. La autoproclamada 'casa del buen comer' se despide tras recibir "todos los años desde 2015 hasta 2024" el premio Traveller´s Choice, que distingue a los establecimientos que están entre el 10% de los mejores del mundo.

Cuestionado por el éxito de su cocina, Pentxo no duda. "La fórmula es sencilla: dar buen producto, que esté bien elaborado y hecho con mucho cariño, además de ofrecer mucha cantidad".

La figura que se encuentra en la entrada del local se ha convertido en un elemento inconfundible del restaurante. Jose Mari Martínez

Ubicado en un espacioso local de dos plantas y de unos 160 metros cuadrados, con la cafetería a pie de calle y el comedor en el piso superior, es el tipo de establecimientos que encandilan con su estilo retro y pintoresco.

"Nos da mucha pena dejarlo, pero no podemos estar aquí toda la vida", afirma Pentxo. Apesadumbrado por el futuro de su querido local, confiesa que no se plantea alquilarlo, por lo que lo ha puesto en venta. Su despedida, que sigue a otros comercios históricos, apunta al fin de una era para la hostelería del Casco Viejo.