Las miles de tarjetas rojas que el año pasado colonizaron el Cementerio de Bilbao para reclamar a los morosos el pago de las tasas pendientes no eran papel mojado. Durante el último año más de 7.000 titulares de unidades de enterramiento del Cementerio de Bilbao han perdido sus derechos por el impago de las concesiones. Bilbao Zerbitzuak inició en 2023 una campaña para apercibir a aquellos adjudicatarios que no estaban al día con las cuotas mediante una notificación en forma de tarjeta roja que se colocó en numerosos nichos y panteones. Paralelamente, envió una notificación postal. Sin embargo, tras dos avisos, solo se ha conseguido que regulen su situación un 5,7% de los propietarios de las concesiones vencidas. Fuentes del Ayuntamiento de Bilbao confirman que la gran mayoría de aquellos titulares con los que no han conseguido ponerse en contacto han fallecido y no tienen línea de consanguinidad.
De esa forma, aquellos titulares que no han regulado su situación han perdido los derechos sobre las unidades de enterramiento de las que disponían en régimen de adjudicación. En la práctica la no renovación de la concesión supone, entre otras cuestiones, que el titular debe abonar los costes de su vaciado. A partir de ahí los restos se podrían enterrar en otra ubicación del cementerio. Y cuando no se reclaman, Bilbao Zerbitzuak puede actuar de oficio, incinerando los restos y trasladándolos al osario general, que es de visita pública. No obstante, fuentes municipales aseguran que, por el momento, no hay intención de llevar a cabo ningún traslado, ya que el Cementerio de Bilbao cuenta con espacio suficiente.
Más que un objetivo punitivo, el Ayuntamiento de Bilbao, a través de Bilbao Zerbitzuak, pretendía clarificar la situación, por lo que ha otorgado hasta dos oportunidades a los titulares para ponerse al día. “Queremos tener la satisfacción de que hemos agotado todos los recursos posibles para ponernos en contacto”, aseguró al respecto Antonio Fernández, director de Bilbao Zerbitzuak, el año pasado tras abordar una campaña que no se llevaba a cabo desde 2013. Aunque desde el punto de vista legal el Consistorio contaba con dar por concluidos los sumarios, la finalidad nunca ha sido provocar un perjuicio a los titulares, sino poder dar con ellos.
La conclusión a la que ha llegado Bilbao Zerbitzuak, tras el reiterado intento de ponerse en contacto con los titulares de las unidades de enterramiento, es que muchos de ellos han fallecido o se han marchado a vivir fuera. De ahí que se haya perdido la “trazabilidad” de los contactos tras enviar un correo postal a la última dirección de la que se disponía. En el caso de las personas que han respondido al apercibimiento, se ha conseguido que los familiares hayan realizado un cambio de titularidad, justificando la descendencia a través de la declaración de herederos.
Día de Todos los Santos
La campaña continuará este año, en cierta forma, ya que Bilbao Zerbitzuak notificará a 239 titulares cuya concesión vence este año la obligación de pagar las correspondientes tasas. Así, la advertencia volverá a llenar el Cementerio de Bilbao de las llamativas tarjetas rojas durante el Día de Todos los Santos, el día más concurrido de todo el año en el camposanto municipal, que se celebra hoy. “Les rogamos acudan a nuestras oficinas para regular la situación de esta concesión”, se avisará nuevamente a los morosos que no tienen al día las tasas de sus licencias que, en muchos casos, corresponden a importes muy bajos. Tras pagar el precio de las concesiones, que se otorgan por 50 años y 25 años –en el caso de los nichos–, y pueden oscilar de los 60.000 euros de las grandes capillas a los 487,4 de los nichos osarios de segunda, lo que se deben abonar anualmente son las tasas de mantenimiento. Así, el precio de conservación de las unidades más grandes puede costar 93 euros, mientras que en el caso de las más pequeñas es de apenas 9,3 euros. Esos son, precisamente, los importes que Bilbao Zerbitzuak está reclamando a través de las tarjetas rojas.