La modernización de la Policía Municipal pasa ineludiblemente por la integración de sistemas de videovigilancia. Con esta certeza, el Ayuntamiento de Bilbao ha licitado un contrato para dotar de cámaras embarcadas a las tres furgonetas de Inspección de Investigación de Accidentes a su disposición para ejercer funciones de movilidad. La licitación, que tendrá un coste de 72.000 euros con IVA pretende que, pretende ofrecer a los agentes locales “un mayor contexto en el marco de una actuación o incidente”.

Se trata del segundo contrato que licita el Consistorio bilbaino este año en relación a los recursos tecnológicos de vigilancia de sus agentes, ya que en junio se conoció otra iniciativa, por valor de 78.650 euros, en la que contemplaba la adquisición de 27 cámaras corporales, también conocidas como bodycam. Estas cámaras sirven grabar determinados tipos de actuación con los que “generar un efecto disuasorio frente a la escalada de conflictos o mejorar el soporte evidencial de cara a procesos judiciales, entre otros beneficios”.

En esta ocasión, se busca que los vídeos embarcados en los vehículos municipales den soporte a la grabación y transmisión en directo de determinados tipos de actuaciones policiales por parte de los agentes bilbainos. La idea que persiguen es “disponer de un mayor contexto en el marco de una actuación o incidente, disponer de más información que ayude en la toma de decisiones mediante el vídeo directo, apoyar las declaraciones de los implicados o testigos con imágenes, tener grabaciones del interior de las furgonetas, así como disponer de evidencias que se puedan utilizar en investigaciones judiciales”.

Para ello, la adjudicataria deberá aportar cámaras embarcadas para grabar tanto hacia el exterior como hacia el interior y que permitan a los agentes grabar actuaciones en cualquier momento a lo largo de su turno. Así, se contempla que las cámaras delanteras hacia el exterior permitan captar tanto el carril de circulación como el entorno, mientras se circula y al llegar al lugar del incidente. Según se concreta, la cámara deberá instalarse en la luna o en salpicadero y la grabación deberá ser “óptima en condiciones de movimiento y vibración durante la conducción”. Asimismo, se contempla que la cámara esté preparada para “que los reflejos del cristal no afecten a la calidad de la imagen”.

Por otro lado, las cámaras interiores estarán orientadas al puesto del ciudadano y deberán grabar el sonido. El pliego del contrato especifica que la grabación se iniciará y detendrá de forma manual desde la furgoneta, con posibilidad de iniciar la grabación de forma separada entre el sistema de cámaras exterior e interior. La adjudicataria deberá ofrecer un curso de formación para garantizar que el personal municipal adquiera el conocimiento “completo” sobre su uso.