En una época de vacas flacas, llámele crisis, desaceleración o recesión, las administraciones se enfrentan principalmente a dos problemas: su propia falta de recursos y una demanda creciente de servicios sociales. La situación global actual está plagada de incertidumbres, no solo ya por los conflictos bélicos sino también por el imparable alza de los precios. Ante ese escenario, el Ayuntamiento quiere apuntalar su futuro, sin ponerlo en riesgo, con unos presupuestos récord que superan por primera vez los 700 millones de euros, “sostenibles” al no echar mano del endeudamiento y al mismo tiempo impulsores de la inversión, el crecimiento económico y los servicios públicos. “Son las cuentas que Bilbao necesita”, subrayó la concejala de Hacienda, Marta Ajuria.

En una sesión extraordinaria, el pleno del Ayuntamiento bilbaino aprobó ayer martes de forma inicial, con los únicos votos a favor de los partidos que sustentan al equipo de Gobierno, los presupuestos municipales para 2024, tras rechazar las tres enmiendas totales presentadas por la oposición –EH Bildu, PP y Elkarrekin Bilbao– e incorporar 27 de las parciales.

En su defensa, Marta Ajuria, señaló que las cuentas se han elaborado “con la mirada en el futuro y nuevos retos, y prosiguiendo las líneas marcadas de los ejercicios anteriores”, con especial atención las prioridades que ya viene subrayando el alcalde Juan Mari Aburto: “Las personas, los barrios, la economía, el empleo, la seguridad, la movilidad, la cultural, la vivienda y los servicios públicos de calidad”.

Ajuria no obvió el escenario “de debilidad y desaceleración de las economías desarrolladas” que se vive en la actualidad, “consecuencia de la subida de tipos de interés” para frenar la inflación y “la falta de demanda que vive el comercio internacional”. Los conflictos bélicos y el alza de los precios mantienen una situación de incertidumbre, “que están condicionando el gasto público y la vida de las personas”. Un contexto en el que la “sostenibilidad” de las finanzas públicas se vuelve imprescindible. “Tenemos que ser capaces de compaginar la consolidación fiscal con las necesidades de inversión e impulsar el crecimiento económico, junto con la demanda de más y mejores servicios públicos”, expuso el reto. Y también la apuesta: un proyecto de presupuestos diseñado desde “la estabilidad, el rigor y el equilibrio”, unas cuentas “saneadas, sin deuda, sólidas y solventes para responder a las necesidades de la ciudad y poder hacer frente ante posibles imprevistos dada la situación actual de incertidumbre a nivel internacional”. Un total de 701 millones de euros que marca un récord en inversión directa –100 millones–, renueva la apuesta por los barrios y la accesibilidad, apuesta por una ciudad verde, incrementa el apoyo a las víctimas de la violencia machista, impulsa el desarrollo económico y el empleo, refuerza la seguridad, impulsa la emancipación juvenil y defiende la cultura. “Estas cuentas nos van a permitir disponer de más recursos para ejecutar políticas que tengan un efecto positivo en la ciudadanía. Vamos a reforzar los servicios públicos a pesar del importante incremento de los costes de los servicios que prestamos”, afirmó.

El pleno rechazó las tres enmiendas totales de la oposición, en las que pedían su devolución. Tanto EH Bildu como Elkarrekin Bilbao coincidieron en afirmar que se trata de unos presupuestos “continuistas” y que no afrontan los nuevos retos a los que se enfrenta la ciudad, mientras, para el PP, su formulación no permite que Bilbao “vuelva a ser la locomotora económica de Euskadi”.

La portavoz de EH Bildu, María del Río, abogó por un presupuesto “más ambicioso, eficaz y abierto a la participación de los agentes sociales” que permita afrontar los retos demográficos, de cuidados o climático. “Son unos presupuestos continuistas, perdiendo una oportunidad de oro ante el cambio de ciclo que vivimos. Los cambios a nuestro alrededor son cada vez más rápidos e intensos, pero el Gobierno municipal sigue a lo suyo”, lamentó. La portavoz de la coalición criticó asimismo que se hayan elaborado “a puerta cerrada, en una suerte de reparto de la tarta entre los partidos del gobierno y algunas migajas para los grupos de la oposición, aprobadas más por una motivación estética que estratégica”.

“Sin ambición ni ilusión”

Por su parte, desde el PP, Esther Martínez acusó al equipo de Gobierno de permanecer “anclados, sin ambición ni ilusión por Bilbao. No tienen ganas de que esto vaya mejor y, lamentablemente, lo que nos encontramos es con un gobierno anodino, con las políticas de siempre, con más dinero que nunca y absorto, incluso más de lo habitual”, lamentó. Además, arremetió contra la gestión de los recursos municipales, “que les cae como un maná del cielo pero llega del bolsillo de los ciudadanos, que les protege de cualquier riesgo que asumen. Presupuesto tenemos pero no lo está gestionando de la forma más eficaz”.

La portavoz de Elkarrekin Bilbao, Ana Viñals, recordó los resultados de las elecciones municipales del 28 de mayo para afirma que “la radiografía que hacen de la situación y necesidades de la ciudad no tiene nada que ver con la realidad. ¿De qué sirven 701 millones si la pobreza extrema persiste? ¿Si la exclusión social se cronifica dañando la convivencia social y aumentando la inseguridad ciudadana? ¿Si seguimos sin poder bajar de la barrera indigna de 20.000 personas sin un empleo en Bilbao?”, se preguntó. Viñals criticó que “el objetivo final de este Ayuntamiento parece ser la deuda cero, cuando debería ser conseguir pobreza cero”. “Nos falta razones para creer en estos presupuestos y nos sobran para pedir que se retiren”, resumió.

Los presupuestos municipales para 2024 aún deberán ser ratificados por otra sesión que se celebrará el 28 de diciembre, de forma que las partidas estén listas para que puedan empezar a desarrollarse desde el mismo 1 de enero.