El Surne Bilbao ha demostrado a base de contundencia competitiva y actitud sin reservas que vuelve a tomarse muy en serio esa FIBA Europe Cup que el pasado ejercicio le permitió celebrar el primer gran título de su historia. Pese a encontrarse en un grupo muy asequible -el Peristeri no era una perita en dulce, pero la gran inferioridad del Kutaisi y del Basket Brno prácticamente garantizaba pasar de fase aunque fuera como segundo clasificado-, Jaume Ponsarnau ha sabido inocular en el grupo el deseo de ofrecer una imagen enérgica y vigorosa en cada choque, dejándose llevar lo justo pese a la brutal diferencia de potencial con la escuadra que tenía enfrente.

Así, a la espera de que vayan llegando contrincantes de mayor nivel -en esta segunda ronda competirá contra PAOK Salónica, el rival al que batió en la final del pasado curso, Prievidza y Sporting Portugal- y tras el accidente en el estreno en casa contra el Peristeri (81-84), los hombres de negro han arrasado cada vez que se han enfundado el uniforme competitivo. Devolvieron a los griegos el golpe de manera más que contundente (64-86) y se dedicaron a coleccionar récords de puntos anotados y mayores diferencias a favor con triunfos por 51 y 55 puntos, con el colofón del festín final del miércoles frente a los georgianos: 117-54. Inequívoca muestra de ambición la de mantener en todo momento el acelerador pisado a fondo.

Accidentes

Por todos es sabido que esta primera fase de grupos está plagada de equipos de ligas muy secundarias, pero también lo es que siempre hay algún aspirante a gallo que se lleva algún disgusto ante una de esas cenicientas. Este año les ha ocurrido al Dijon francés, semifinalista al que el Surne Bilbao derrotó in extremis el pasado curso con una histórica remontada en Miribilla, que se ha quedado fuera por perder en casa el último choque ante el Bashkimi de Kosovo, que acabó colista; y el Rasta Vechta alemán, que terminó pagando caer en su feudo contra un Valcea rumano que solo ganó esa contienda. Otro conjunto de la Bundesliga, el Braunschweig, también se ha quedado por el camino.

Estadísticas

El Surne Bilbao, tras el mencionado susto inicial, entendió que la mejor manera de evitar despistes era no bajar la guardia en ningún choque y ha acabado pasando el rodillo, liderando la mayor parte de los epígrafes estadísticos entre las cuarenta escuadras en liza. Los de Ponsarnau han arrasado en valoración (138,2 créditos por partido, doce más que el Casademont Zaragoza) y anotación (102,8 puntos por cita, siete más que el conjunto maño) y han sido también los mejores en porcentaje de tiros de campo (52,9%), triples (43,6%), asistencias (28,7, cuatro más que el segundo), tapones (5,2) y pérdidas (solo 9,8), ocupando la tercera posición en rebotes (44) y la cuarta en balones robados (9,5).

Aleix Font, ante el Kutaisi. José Mari Martínez

Brillo individual

Y todo ello sin exprimir recursos individuales y sí potenciando la participación de jugadores con minutos más limitados en la Liga ACB, sobre todo un Aleix Font que ha aprovechado la oportunidad para promediar 13,5 puntos, segundo anotador de los hombres de negro, con un 45% en triples. Ningún miembro de la rotación de doce jugadores ha llegado a los 22 minutos por cita ni ha bajado de los quince, con focos también para los canteranos Bingen Errasti y Kepa de Castro. Melwin Pantzar ha sido el segundo mejor asistente de la competición (8 por partido), Tryggvi Hlinason y Bassala Bagayoko han entrado en el top 5 de taponadores y Justin Jaworski ha sido sexto en anotación (20 puntos de media).