Se ha cubierto el primer mes de competición en la Liga Endesa, cuatro jornadas que ya marcan algunas tendencias y no deberían servir para extraer conclusiones prematuras, pese a que en estos tiempos las sensaciones pueden cambiar de tono de una semana a otra. Dos equipos, el Tenerife y el Valencia Basket, se mantienen invictos y otro, el Granada, aún no ha ganado. El Surne Bilbao Basket está al 50%, cumpliendo estrictamente con la teórica dificultad de su calendario en casa y fuera, sin ninguna sorpresa hasta ahora.
Los triunfos lejos de Miribilla se les resisten a los hombres de negro en todo este año y ahora van a disputar tres de los próximos cuatro partidos de noviembre, justo antes del primer parón por las ventanas FIBA, como visitantes que deben servir para calibrar sus aspiraciones y poner a prueba el objetivo elevar la competitividad lejos de su público. Pero no serán salidas sencillas ya que el sábado el Bilbao Basket visitará al Manresa, que tiene en el Nou Congost su fortín particular donde el curso pasado solo cedió cinco partidos, y tras el duelo en casa ante el Zaragoza el equipo de Jaume Ponsarnau se medirá al Real Madrid y al Baskonia en dos canchas que están muy lejos de serle propicias.
En este primer mes de competición, se han disputado 36 partidos y ha habido 12 victorias visitantes, justo el 33%, con una sola en la primera y cuarta jornadas y cinco en la segunda y la tercera. El denominador común es que todos los conjuntos ganadores a domicilio han tenido que anotar más de 80 puntos para hacer con el triunfo. Pero ni siquiera eso a veces resulta suficiente porque catorce equipos lograron superar esa barrera y se quedaron con la miel en los labios.
En el caso del Surne Bilbao Basket, sus prestaciones en los duelos disputados en Málaga y Badalona, con 68 y 69 puntos anotados, respectivamente, resultan muy escasas para comenzar a sumar de visitante, cuando quiera que eso ocurra. Ya hay once equipos en la competición que están promediando 87 puntos por partido, con el Valencia Basket casi en los 101 en cabeza de todos, y la exigencia está clara si se quiere mantener una alta carencia de victorias y no fiar la suerte de la temporada a los partidos en casa.
Margen de mejora
Para ello, el conjunto de Ponsarnau necesita jugar con energía para sostener un ritmo elevado y con valentía y determinación para elevar su acierto cuando juega lejos de Miribilla. El margen de mejora es grande a nivel colectivo e individual. Dos jugadores estaban llamados a liderar al Bilbao Basket en estos partidos de mayor exigencia por su especial talento y variedad a la hora de sumar puntos. El domingo ya apareció la mejor versión de Justin Jaworski, que tiró del equipo cuando el Andorra apretó el marcador y puso en pie al público de la manera que se esperaba cuando llegó en verano a Bilbao. El máximo anotador de la pasada Bundesliga es un jugador de rachas y la clave es detectar cuándo puede llegar ese momento de inspiración que sirva para decantar partidos. De momento, sus porcentajes de tiro son mejores de tres que de dos, ya que está sufriendo en las situaciones de mucho tráfico ante defensas que no conceden un centímetro.
De Darrun Hilliard se esperaba otra cosa, un liderazgo más silencioso, con acciones de calidad esparcidas durante los encuentros que pueden ser igualmente dañinas para los rivales, pero el zurdo de Pensilvania aún no ha sacado a relucir de forma continuada esas virtudes y se ha encontrado con un muro inesperado en el tiro exterior. Su 15% de acierto en los triples, con solo tres canastas en veinte intentos en estas cuatro jornadas, resulta sorprendente para un jugador que, sin ser un puro tirador como su compañero, ha tenido en toda su carrera unos porcentajes más que aceptables desde la larga distancia.
Hilliard no ha rehuido su responsabilidad, ni lo va a hacer, y con el balón en las manos al menos está sumando en penetraciones, con mucha habilidad para absorber contactos, y desde la línea de tiros libres. Su mejoría en el tiro le ayudará también en su faceta como generador para alimentar a sus compañeros, algo que también figura en el plan táctico del equipo.