El Surne Bilbao puso ayer el doble cinco en su balance de la temporada y la manera en que lo ha conseguido no deja de ser una rareza: es el único equipo de la Liga Endesa que ha ganado todo en casa y ha perdido todo fuera. Antes o después, esta cadencia cambiará, pero de momento los hombres de negro se pueden dar el lujo de pasar una jornada en el octavo puesto, el último que lleva a la Copa. Desde que el conjunto bilbaino regresó a la ACB en 2019, solo una vez había tenido mejor registro al cabo de diez partidos. Fue en el curso 22-23 cuando estaba octavo con seis victorias. En la campaña 19-20 también contaba con cinco victorias, pero era décimo. Además, los puestos de descenso, que todavía no hay que perder de vista porque es el objetivo principal, están a cuatro triunfos de distancia, como hace tres temporadas.

En lo que queda de primera vuelta, el Surne Bilbao querrá aferrarse con uñas y dientes a su posición actual, que por inesperada puede haber disparado la ilusión de la plantilla y los aficionados. Triunfos como el logrado ante el Gran Canaria o ayer ante el Hiopos Lleida subrayan la fortaleza de los de Jaume Ponsarnau en Miribilla. Contra el Zaragoza el triunfo vino acompañado de la brillantez ofensiva, pero en los dos últimos partidos hubo que desbrozar el camino a machetazos hasta encontrar las perlas de talento que sirvieron para lograr la victoria. Porque choques como el de ayer son de esos que se pueden apuntar a la defensa o al ataque, según la visión del baloncesto que tenga cada uno.

Durante los cuarenta minutos, el trabajo del Surne Bilbao en la contención fue excelente y clave para sujetar un partido que se podía complicar más de lo que apuntaba hasta el descanso cuando el mérito era ir un punto arriba pese a haber lanzado diez veces menos a canasta que el Lleida. Pero también fueron capitales los 61 puntos anotados por el Surne Bilbao en la segunda parte, que suponen la segunda máxima anotación del equipo en la Liga Endesa en medio partido por detrás de los 62 logrados tras el descanso en el duelo ante el Fuenlabrada de la campaña 22-23.

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SUMAR DESDE LA DEFENSA

En el cómputo final pesaron muchos los once puntos que sumaron los locales tras pérdida de balón por ninguno de los visitantes y los once puntos de diferencia que hubo en puntos al contraataque a favor del Surne Bilbao, que confirma siempre que puede su deseo de jugar a un ritmo alto. Sumar desde la defensa es el axioma básico para cualquier entrenador, pero no es fácil hacerlo. Así se asumen las pérdidas de balón o algunos tiros fuera de guion porque al final es un estilo que engancha al aficionado y que está dando frutos, al menos en los partidos en casa, porque siempre aparecen jugadores con capacidad y oportunidades para engordar el marcador. Ahora se trata de trasladar esa solidez y esa determinación a los encuentros como visitante para, efectivamente, poder justificar y dar sentido a unas aspiraciones más ambiciosas. Porque primero son los resultados y luego, los objetivos.