LA última victoria del Surne Bilbao Basket ante el Girona dio mucho oxígeno a los hombres de negro y tuvo más mérito de lo que indican la entidad del rival y el marcador. El equipo de Jaume Ponsarnau llegó a ese 80-74 final y liberador, pese a que entre Adam Smith, Kristian Kullamae y Alex Reyes, sus tres principales especialistas en el lanzamiento exterior, hicieron un 3 de 26 en tiros de campo. La inhabitual aportación en puntos de Alex Renfroe, sobre todo desde el tiro libre con 11 de 11 para 20 en total, permitió compensar la escasez anotadora desde el perímetro, una circunstancia que el Bilbao Basket debe corregir si quiere ser competitivo en el medio plazo en la Liga Endesa. Los vizcaínos apenas anotan 77,8 puntos por partido, solo por encima del Palencia y el Breogán, y eso en una competición en la que quince equipos pasan de 80 es colocarse más cerca de perder en la temporada más igualada que se recuerda.

Especialmente llamativo es el caso del estadounidense y el estonio porque ambos se reparten los minutos en la posición de escolta y consumen casi un tercio de los tiros de todo el equipo. En la quinta jornada, entre los dos metieron 56 puntos al Granada y, de hecho, Kullamae fue elegido MVP semanal. Eso sucedió hace solo un par de meses, pero esa cifra parece ahora mismo una quimera por la crisis de confianza y acierto, en ese o en otro orden, en la que ambos han caído en los últimos partidos. Desde el choque ante el Joventut, que hizo precipitar una losa mental sobre el Bilbao Basket de la que aún no se desprendido totalmente, Smith y Kullamae se combinan para 25 de 88 en tiros, con 11 de 42 en triples, en cinco choques. Reyes lleva diez canastas de 29 intentos en este mismo tramo. En los últimos tres, la cosa ha ido peor con 11 de 59 para el de Georgia y el de Tallin, y tocó fondo ante el Girona con 2 de 21 entre los dos.

Con estos números, Smith ya no es el máximo anotador del Bilbao Basket, algo que ahora corresponde a Sacha Killeya-Jones, y Kullamae ha caído desde aquel excelente 50-40-90 (porcentaje en tiros de dos, triples y tiros libres) que le hacía un jugador muy fiable saliendo desde el banquillo. “Hay que trabajar, perseverar y mantener la confianza hacia ellos porque no podemos hacer otra cosa en nuestras circunstancias. Y si no, habrá que encontrar a otros jugadores, como ha pasado hoy, porque cada partido nos está exigiendo cosas diferentes”, comentó Ponsarnau tras el último partido. El problema es que tampoco otros compañeros suman con regularidad desde la larga distancia y así las alternativas se reducen. Quizás la vuelta de Tryggvi Hlinason pueda ayudar a generar más espacios y liberar de la atención que Smith recibe de las defensas con constantes dos contra uno que le obligan a soltar el balón o a lanzar en posiciones poco claras, siendo un jugador que se mueve poco a través de bloqueos indirectos. El caso de Kullamae parece solo mental ya que fallar aquel tiro para ganar en Badalona le ha afectado hasta el punto de que está errando, incluso, lanzamientos muy sencillos.

De una manera u otra, los registros en ataque del Bilbao Basket son, y tienen que ser, muy mejorables ya que está situado en el último tercio en el acierto en los tres apartados del tiro y, según la estadística avanzada, es el segundo peor en puntos anotados por cien posesiones. Además, es el equipo que menos puntos recibe de sus titulares, con solo 37,2 por partido. Así, hasta que regrese la inspiración de las principales bazas anotadoras, los hombres de negro se están agarrando a la defensa, situados como el sexto equipo que menos puntos encaja por cien posesiones. Los de Ponsarnau destacan entre los equipos que peores porcentajes de tiro permiten a sus rivales, pero en cambio es el que más rebotes concede bajo su canasta, más de doce por encuentro.