Una misión tan gigantesca como es el intento de asalto al Palau Blaugrana exige unos índices de perfección y sostenibilidad que el Surne Bilbao Basket no fue capaz de alcanzar este domingo (91-82). El conjunto vizcaino, intachable en lo referente a la lucha y a la fe, se mostró como un equipo voluntarioso y aguerrido, con ganas de pelear pese a la inferioridad de armamento y profundidad, pero dos sonoras desconexiones en forma de contundentes parciales en contra acabaron con sus esperanzas.

Un 17-0 concentrado casi plenamente en el arranque del segundo cuarto, con Willy Hernangómez como principal ejecutor, y otro 15-2 en el tercero con Jan Vesely como protagonista cuando los visitantes llegaron a colocarse con un inquietante 50-47 desnivelaron muchísimo el encuentro. Y pese a esos duros golpes e incluso llegando a verse veinte puntos abajo (79-59) a 6:40 de la última bocina, los de Jaume Ponsarnau vendieron carísima su derrota, llegando a acercarse hasta un amenazante 81-75 a 3:10 del final, un intento de rebelión sofocada por los de Roger Grimau a base de triples.

Lo intentó con todo su alma el conjunto vizcaino, pero no le dio para domesticar a un contrincante que atraviesa por un notable momento de forma, que le ha cogido gusto al galope y que presume de capacidad para mostrarse dañino en todas las posiciones y desde todas las distancias, ya sea engatillando once triples con buenos porcentajes o con Hernangómez liderando con veinte puntos a la batería interior.

 Por el contrario, a los de Ponsarnau les faltaron efectivos y recursos. Adam Smith, notable en ataque con sus 20 puntos, Xavi Rabaseda, hiperactivo sobre la cancha, y Melwin Pantzar, vertical y valiente, echaron de menos más aportación del juego interior, donde esta vez Sacha Killeya-Jones no fue un puntal al verse totalmente superado en defensa y activando demasiado tarde, cuando se perdía ya por veinte puntos, su talento ofensivo, y de los fusileros exteriores, con un insuficiente 7 de 21 en triples.

BUEN ARRANQUE

El Surne Bilbao Basket aguantó perfectamente el entonado arranque de los anfitriones desde la línea de 6,75, con tres dianas tempraneras de Nicolás Laprovittola y Joel Parra. Con un trabajo defensivo enérgico y todos sus jugadores produciendo en la faceta ofensiva, llegó incluso a colocarse por delante (9-10) en el ecuador del primer cuarto de un partido rebosante de ritmo. Aunque les costó afinar el punto de mira en el triple y volvieron a sufrir a la hora de cerrar el rebote defensivo, los de Ponsarnau aguantaron la mirada de los azulgranas hasta la clausura del acto inaugural (21-19), aunque la entrada en escena de Hernangómez había influido ya de manera plausible en los acontecimientos en cancha.

La superioridad del pívot madrileño sobre la defensa de Killeya-Jones, con nueve puntos en un abrir y cerrar de ojos, disparó a los azulgranas, que tras un dos más uno del propio Willy para cerrar los primeros diez minutos abrieron el segundo cuarto con un inapelable 14-0 con el poste exNBA absolutamente desatado. El 17-0 global para el 35-19 a 6:11 del descanso destrozó a un conjunto vizcaino muy precipitado en ataque, tirando por la vía individual con cero fortuna, y deshilachado en retaguardia. Ponsarnau reseteó a los suyos, exigió circulación de bola y volver a recuperar la seriedad atrás, y los hombres de negro se aferraron al choque con un parcial de 2-11 impulsado por un tremendo Smith (diez puntos en el segundo cuarto) y un Pantzar entonado en el triple. El acercamiento llegó hasta el 37-30 y no fue a más porque Oriol Paulí castigó desde la larga distancia como inesperada solución de los de Grimau.

El conjunto vizcaino consiguió llegar a flote al ecuador de la contienda (47-39), habiendo controlado bien al gigantesco y larguísimo Barça (27-11 en puntos producidos por el banquillo) salvo en los cuatro minutos iniciales del segundo cuarto, pero necesitaba mayor sostenibilidad y producción de piezas importantes como Killeya-Jones para buscar el más difícil todavía.

SIN RENDICIÓN

En la reanudación, Georgios Tsalmpouris facturó siete puntos en menos de cuatro minutos jugando de fuera hacia dentro y acercó a los visitantes hasta el 50-47. El problema residió en que no tuvo acompañamiento. Killeya-Jones siguió muy fallón, una antideportiva de Laprovittola se quedó en un solo punto facturado… El Barça no necesitó demasiado para recomponerse. Bastó con que Vesely hiciera añicos la defensa del pívot estadounidense de los ‘hombres de negro’ para que sus ocho puntos en un abrir y cerrar de ojos impulsaran otro parcial de 15-2 para colocar en el marcador un durísimo 65-49. Pantzar intentó liderar la resistencia a base de penetraciones, pero el 69-57 a diez minutos del final era un ochomil muy complicado de escalar.

Parecía por momentos que el Surne Bilbao basket iba a enarbolar la bandera blanca. Error. Entre Hernangómez y Parra elevaron al Barça hasta su máxima ventaja (79-59) haciendo parecer que la matinal podía acabar en paliza, pero los visitantes no estaban con la labor. Killeya-Jones, con nueve puntos, se encontró por fin consigo mismo y con la colaboración de Kristian Kullamae, también desaparecido hasta entonces, dio forma a un parcial de 2-16 que hizo soñar a los de Ponsarnau. Pero el 81-75 no fue a más. El Barça recuperó la verticalidad con una canasta de Jokubaitis y dos triples de Álex Abrines y Parra y el conjunto vizcaino tuvo que conformarse con una derrota más que honrosa, dando la cara hasta el final.