El día en el que las restricciones de público han tocado a su fin en el Bilbao Arena después de dos años, permitiendo que 7.913 aficionados poblaran sus gradas, la racha de ocho triunfos seguidos como local del Surne Bilbao Basket ha tocado a su fin. El Joventut, superior en ritmo, intensidad y acierto, se ha llevado la victoria este domingo en el recinto de Miribilla (71-77) en un encuentro que ha dominado de principio a fin.

El conjunto vizcaino no ha mostrado la imagen enérgica y chispeante vista recientemente en su magnífica racha triunfal y su regreso a la competición tras el parón ha sido áspero y poco fluido ante un contrincante con las ideas claras, notables cerebros competitivos como los de Ante Tomic y Pau Ribas, siempre acertados en beneficio del colectivo, y un Joel Parra en plan ejecutor. A los de Mumbrú les ha pesado primero su flojera defensiva y a continuación su déficit de acierto en ataque, con porcentajes muy pobres durante los treinta primeros minutos, demasiado fallos a un palmo del aro y problemas a la hora de generar situaciones ventajosas.

Su intento de remontada en el acto final, pasando del 47-62 al 60-67, con Jonathan Rousselle fallando un triple absolutamente solo para estrechar aún más el luminoso, ha sido meritorio, pero una gota demasiado solitaria en el desierto del desatino tras haber concedido excesivo terreno hasta el descanso. En el primer partido desde la marcha de Valentin Bigote, demasiados jugadores han tardado más de lo deseable en dar un paso al frente a la hora de generar puntos, con Andrew Goudelock como punta de lanza con solo diez anotados.

POR DEBAJO DESDE EL ARRANQUE

Fueron los visitantes quienes arrancaron el partido más entonados en ataque (0-7 en menos de dos minutos) y aunque el suministro de puntos de los locales no tardó en aparecer, sobre todo gracias a los triples de Goudelock, el Joventut se llevó muy pronto el duelo a su terreno. Los triples de Paul, la superioridad al poste de Brodziansky y Tomic para anotar y generar y el juego entre pívots requerían demasiados focos de atención para una retaguardia bilbaina que normalmente llegaba tarde a las situaciones de peligro. Además, el ataque de los de Mumbrú tampoco encontraba situaciones cómodas, por lo que el 17-26 al término de los diez minutos iniciales dibujaba un ecosistema complicado.

La diferencia en tiros de dos puntos entre ambos bandos (8 de 11 para los visitantes, 3 de 11 para los locales) ponía el foco en la principal vía de agua de los 'hombres de negro' y, además, el acierto en el triple de Busquets y Ribas llevó la diferencia a favor de los de de Duran hasta un más que inquietante 21-37 a 5:14 del descanso. El Surne Bilbao Basket Su defensa permitía al conjunto catalán jugar absolutamente a placer, mientras que cada ataque era una tortura en la que apenas nada salía bien. La sangría al menos no fue a mayores en el ecuador de la contienda (29-44), pero los problemas eran evidentes para los de Mumbrú. En esos compases finales del segundo acto consiguieron contener la superioridad ofensiva del rival, pero el problema radicó en que su ataque siguió sin rendir al nivel exigible, con mal movimiento de bola, demasiadas imprecisiones e incluso tiros fallados a un palmo del aro que dificultaban aún más el panorama.

Doblados en el rebote (21 a 10) y con porcentajes de tiro muy desiguales (35% en tiros de dos y 30% en triples para los anfitriones, 54% y 62% respectivamente para los visitantes ), cualquier intento de darle la vuelta a la situación exigía un radical cambio de guion en el partido. Lo intentó el Surne Bilbao Basket con un Delgado más protagonista en la reanudación de la contienda, llegando a tener muy pronto un triple liberado para rebajar la desventaja a un solo dígito, pero sus clamorosos fallos incluso debajo del aro eran totalmente incompatibles con la remontada. Al Joventut le bastó con el notable Parra para recuperar su distancia de seguridad (36-53) porque el conjunto anfitrión llegaba casi siempre un segundo tarde y su nivel de efusividad no igualaba al empleado por su rival, sin ni siquiera utilizar las faltas (solo una cometida en todo el tercer cuarto) para colocar piedras en el camino del Joventut, encantado con las facilidades encontradas.

El 47-62 dejaba prácticamente todo resuelto con diez minutos por jugar, pero el Surne Bilbao Basket no quiso privarse de intentarlo. Con el segundo quinteto en cancha, intercambiando defensas zonales con individuales y con Withey abriendo la tienda de 'txapelas' en la zona, los locales, con el impulso de Miribilla, fueron recuperando terreno hasta verse con un 60-67 a 6:45 del final. Rousselle, absolutamente solo, tuvo un triple frontal para estrechar aún más el luminoso, pero lo falló y el Joventut recuperó la calma (62-73) de la mano de Ribas. Las opciones de victoria acabaron ahí. Los visitantes mantuvieron el rumbo en los minutos finales y la racha de ocho triunfos seguidos en casa tocó a su fin.